Hemos tenido unas semanas con muchas elecciones por todos lados y, la verdad, no he llegado a poner casi nada de ninguna. Incluso esta vez, de cara a las elecciones europeas, no hice mi típico repaso por las candidaturas (y ganas no me faltaron, lo que falló es el tiempo). He colocado los resultados de dos de las principales (México y las parlamentarias europeas) en la página de elecciones, les dejo los enlaces:
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Haciendo los deberes a última hora… y mintiendo, claro
Hace unos días se publicó el «Real Decreto-ley 9/2017, de 26 de mayo, por el que se transponen directivas de la Unión Europea en los ámbitos financiero, mercantil y sanitario, y sobre el desplazamiento de trabajadores», que, como pueden observar, recoge un amplio pupurrí de materias. La justificación es que hay que trasponer una serie de directivas europeas. Las directivas, como saben, tienen un plazo para realizar la adaptación del derecho nacional, que hay que cumplir sí o sí. Una mala práctica en la transposición es realizarla mediante Real Decreto-ley, esto es, el plazo es amplio, si se hace por un instrumento que está pensado para la «urgencia», significa que algo se hizo increíblemente mal o que al gobierno no lo interesa para nada la materia o que la misma se discuta en Las Cortes, en ambos casos, algo negativo.
Bolivia y la Unión Europea, dos notas y un dibujo extra
Un título demasiado largo para lo que será una nota de enlaces… El primero es un artículo sobre la UE: «Ni unión ni…»«Hablar de la Unión Europea cada vez me resulta más difícil: hay que dar muchas explicaciones, matizar cada palabra, tener claro que una cosa es el ser y otra el deber ser y, por supuesto, la propia historia de una institución que aunque la mencionemos en singular desde hace muchos años, hasta hace un par era un «plural». La Unión Europea es muchas cosas a la vez y ninguna de ellas. Ahora toca el «tema británico». ¿Cuál? Sí, ese que acabó con un acuerdo el viernes pasado en que 27 jefes de gobierno daban el «sí, quiero» a un texto cocinado por el primer ministro británico. Sí, ese mismo primer ministro que en campaña prometió celebrar el referendo para ver si Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte se quedaba o no en la Unión Europea y que fue a Bruselas para conseguir un «trato favorable», un traje a medida, que le permitiera mantener la campaña por el «sí a la permanencia». El referendo se celebrará con un gobierno británico partido entre favorables a la permanencia y contrarios a la misma.» [Continúa leyendo en D=a=].
¿A quién temen y por qué?
Es interesante seguir cómo nos cuentan las subidas y bajadas de la bolsa, por lo visto ahora son por Grecia (nota: efecto retardado claro; además, era algo que se daba por descontado). No deja de ser curioso, en todo caso, que exista tal temor en los mercados por la entrada de un partido de izquierdas en un gobierno de la zona euro y no teman, a su vez, al Pa.So.K (Πανελλήνιο Σοσιαλιστικό Κίνημα, Panellínio Sosialistikó Kínima, ΠΑΣΟΚ, PASOK o Movimiento Socialista Panhelénico; partido en caída libre) o a ND (Νέα Δημοκρατία, Néa Dimokratía, ΝΔ o Nueva Democracia), los partidos que no solo arruinaron Grecia (eso le puede pasar a cualquiera) sino que son responsables de falsear las propias cuentas del Estado, no un simple juego de números de no me cuentes esta deuda y se me olvidó apuntar este gasto, no, señores, no, hablamos de falsear ingresos y gastos por todos lados para poder «entrar en el Euro» y estar así durante años de años; ambos partidos mantenían al gobierno de Antonis Samarás (Αντώνης Σαμαράς) que ha forzado estos nuevos comicios. ¿Cómo pueden esos mercados confiar en los mismos que mintieron y se equivocaron tanto antes que en nuevos agentes? Más que «confianza» hablamos de «agentes» suyos y el control que ejercen sobre ellos, contando el poder deponer al gobierno y poner «tecnócratas» (se vio en quién fue nombrado para dirigir el país, ¡el que falseaba las cuentas!, es que ni siquiera son sutiles). Siga leyendo…
Megacorporaciones y sus problemas con la ley
Son las más grandes empresas las que figuran en el registro de las más grandes sanciones; una de las razones es que se suele tener en cuenta el poder económico del infractor para poner la sanción. Uno de los principios básicos en todo el sistema de control es que infringir una norma no puede salir más beneficioso que cumplirla, y algo pasa con las de Competencia cuando, parece, por más que se termine sancionando, los infractores tienden a repetir en los procesos para, una y otra vez, pagar multas… pero que les quiten lo bailado, como diría aquel.
¿Quiénes son los euroescépticos?
Hace ya unos días que publiqué la nota sobre las coaliciones y los partidos que se presentan al Parlamento Europeo, mientras redactaba esa entrada pensaba en qué significaba ser «euroescéptico», sobre todo me lo planteaba cuando leía algunos programas y las referencias que encontraba con respecto a algunos partidos (calificados como tales); no tanto cuando encontraba cuando me encontré con esa «excusatio non petita» de una coalición, sino por otros partidos que incluso pedían la salida de la Unión Europea pero a la par reclamaban construir otra Europa. Así que le daba vueltas a qué rayos es eso de euroescepticismo. ¿Es ser contrario a la actual UE o es negar la posibilidad de una Unión Europea -bajo cualquier nombre y forma que supere los estado nación-? En la Wikipedia, por ejemplo, se recogen dos formas distintas de euroescepticismo, una «moderada» o «suave» que es estar en contra de algunas formas que actualmente tiene la UE (donde se enclavarían algunas derechas y muchas izquierdas) y otra «fuerte», que es la que niega la UE como tal (y que, normalmente, es a lo que nos referimos); me parece una clasificación insuficiente o equívoca, al menos.
Malos ejemplos
Tengo pendiente escribir sobre el Parlamento Europeo (y las instituciones de la Unión)… pero no me resisto a decir esto: ya van varias ocasiones en que escucho a los sabedores de todo (tertulianos que les llaman en la TV y Radio) poner lo de la Doctrina Parot como «ejemplo» de cómo las cosas que se deciden en la Unión Europea nos afectan y lo hacen para animar al voto al Parlamento Europeo. Por favor, dejen de utilizar ese caso para hablar de la necesidad del voto para el Parlamento Europeo, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) no tiene absolutamente nada que ver con la Unión Europea, no es un órgano de la misma; es parte del Consejo de Europa, organización internacional que, aunque comparta bandera con la UE, no son lo mismo, no son parte una de otra; el CdE es anterior a la UE y pertenecen, al mismo, más países (47, en concreto). Con el tema de la Doctrina Parot ya desinforman hasta sin darse cuenta… Y este es uno entre otros «ejemplos» la mar de erróneos (y conclusiones absurdas, como «lo bien que negocia España que tendrá un comisario», ¡todos los países de la UE lo tienen!, antes -y hasta esta saliente comisión- era uno por país; ahora será de 2/3 del total de países y de cargo rotativo, vamos, que necesariamente habrá un español entre los comisarios en algún momento del mandato, la cuestión es en qué cartera) en los que ahora no entraré.
El peñón del circo
Iba a poner de título, en un alarde de creatividad desmesurada, «El peñón de la discordia»… pero lo que hay con Gibraltar no es discordia como tal (que sí), sino mucho, pero que mucho circo. Y parece que siempre es en verano o cuando faltan otros temas para servir los periódicos y tertulias de radio (sí, «servir»). Y pico el palito y me meto en este follón absurdo.
La verdad es que el tema es jurídicamente simpático, políticamente entretenido (en el plano diplomático) y lleno de comentarios totalmente fuera de lugar (esos contertulios, ¡qué haríamos sin ellos!), con una mezcla de lo público, lo privado y lo fiscal que resulta hasta tierna. Todo ello sazonado de mucho pero que mucho patriotismo (por parte de todos), y demagogia barata (y cara).
El TJUE y la reventa de software
En Barrapunto me enteré de la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea en una cuestión prejudicial en el caso de UsedSoft GmbH contra Oracle International Corp., (asunto C-128/11, copia en ODT), donde se dilucidaba sobre si era posible «revender» un determinado software – servicio, esto es, si existía un «agotamiento del derecho de distribución» en programas de ordenador (computadora) transmitidos por Internet y en qué condiciones, en todo caso, el mismo se tendría que dar.
Otra norma xenófoba en Italia
Solemos mirar con recelo los movimientos de la aun mayor potencia mundial en cuanto al tratamiento de los inmigrantes, es demasiado irónico que una población mayoritariamente inmigrante margine y desprecie a los inmigrantes «nuevos» por no ser «auténticos americanos», pero el resto del primer (y no tan primer) mundo no se queda atrás en el maltrato a los que vienen de fuera. El país en la «Unión Europea de los derechos humanos» que se lleva la palma en este sentido no es otro que Italia (aunque seguido bien de cerca por Francia, máxime si los inmigrantes son gitanos), que lleva un tiempo persiguiendo a los inmigrantes (criminalizándolos) y hoy ha dado un paso más: «Italia podrá confinar a los inmigrantes hasta 18 meses».
Lisboa, Unión Europea, religión y preámbulos
Hoy se ha publicado, por fin, la ratificación realizada por España del Tratado por el que se modifican el Tratado de la Unión Europea y el Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea, hecho en Lisboa el 13 de diciembre de 2007 (Tratado de Lisboa, para los amigos), pueden verlo en: BOE-A-2009-18898 (PDF, 192 páginas, más de 6 megas). El Tratado de Lisboa fue ratificado en España por el Congreso de los diputados el 26 de Junio de 2008 y por el Senado el 15 de Julio de 2008, pero hasta que no se ha publicado en el BOE no entraba en vigor «internamente» (y no son pocos los tratados que se quedan en dique seco durante años esperando o ser ratificados o ser publicados, lo cual es incluso peor), en concreto este tratado entrará en vigor a todos los efectos, dentro del reino de España, el 1 de diciembre del presente año… Pero de esto no les quería hablar, sino, más bien, de un detalle que no había visto hasta ahora.
El tratado de Lisboa y el «Sí» irlandés
Irlanda dijo «no» al tratado de Lisboa, Irlanda ahora ha dicho que «sí» al Tratado de Lisboa. ¿Qué ha cambiado en este tiempo entre una y otra votación para que la opinión pública varíe? Por un lado, se apresuran a señalar, la crisis económica ha golpeado fuerte al milagro liberal, y ven en las instituciones europeas un colchón que sueñan no perder nunca (y les han vendido la necesidad de ratificación como un requisito para la continuidad de la Irlanda de la UE) y por otro, una serie de «garantías» que permiten que Irlanda siga siendo un paraíso socialmente conservador,con lo que muchas posturas por el «no» o han cambiado o se han relajado al punto de no hacer campaña en favor de su postura, habiendo conseguido ya lo que pretendían (como en el tema del aborto).
Tres en uno
Detesto el doble discurso, y cada vez le cojo más alergia, si es que se puede, al que encima va acompañado de populismo y demagogia a partes iguales. Ayer el Congreso convalidó el decreto de los 420 euros para los parados que han agotado la prestación de desempleo, ayer también el Congreso dio luz verde a que se siga tramitando una reforma que endurece más la Ley de Extranjería, ayer los responsables del PSOE se colgaban la medalla de ayudar a los grupos marginados, mientras dificultaban el acceso a servicios más básicos a uno de los grupos sociales más marginados, maltratados y explotados: Los inmigrantes ilegales.
Sobre el mercado laboral español y el de la UE
Algunas precisiones sobre las declaraciones de Mariano Rajoy el pasado miércoles, durante la cesión de control, y otras cuestiones anexas.
El miércoles hablé sobre lo mal que contesta Rodríguez Zapatero a las preguntas que le hacen, aunque me quedé un poco “extrañado” al escuchar a Mariano Rajoy decir «(…) pero España es el país de Europa con mayor tasa de paro, el doble de la media europea, de un millón seiscientas mil personas que perdieron su puesto de trabajo en Europa, un millón cien mil eran españoles» (sobre el cuarto minuto del vídeo), lo cual no es del todo exacto.
PE dice NO a las 65 horas
La retrógada Directiva que pretendía ampliar la jornada máxima legal hasta, en ciertos supuestos, 65 horas semanales se ha visto frustrada en el Parlamento Europeo, donde unos 500 eurodiputados han dicho que las 65 horas las trabajará su padre (en palabras más discretas, pero creo que los europarlamentarios eran de los primeros en no querer ver su jornada aumentada). La mayoría en la cámara de todos los europeos de la Unión ha sido clara, hasta miembros del PPE han votado a favor de decirle NO a la directiva que ya avisaba conflictos sociales.