«No sabemos lo que propone». Hace nada fueron las primarias en el PSOE, solo tres candidatos compitieron por la secretaría general del partido; como en otras formaciones, primero eligen líder y luego proyecto (en una de las grandes, ahora se eligen en conjunto). Las primarias enfrentaron a la principal baronesa del partido, Susana Díaz, y al ex secretario general, al que le echaron de una forma un tanto rara, Pedro Sánchez, como principales figuras en conflicto; como tercero en discordia estuvo un «exsanchista», Patxi López, otrora Lehendakari y presidente del Congreso de los Diputados.
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Centro y consenso: todo en la derecha
«Hemos vuelto», dijo el jefazo del PSOE. Así que era cierto: se habían ido. Rosa María Arta, en El Diario, apostillaba «desde la derecha sin remilgos» (y explica por qué lo dice, claro). Esta frase, junto con cuatro pinceladas más, han servido a la derecha más reaccionaria para tachar al PSOE de «radical», «extrema izquierda» y demás sandeces tan lejos de la realidad del propio partido y, mucho más, de sus experiencias de gobierno. Si el PSOE fuera la mitad de socialista de lo que dicen que es, España ni sería una monarquía ni tendría un sistema económico capitalista. De hecho, el PSOE se reconoce lejos de IU -y no por la izquierda, se entiende- y Bono, por dar nombres, prefiere que el PSOE pacte con el PP que con IU por esa «vocación a las mayorías»… En realidad el PSOE siempre ha votado más con el PP que con IU -incluso en esa época llamada de «la pinza» entre IU y el PP, la realidad parlamentaria fue otra-.
La izquierda que necesita…
¿Se enteraron que el otro día tuvimos una «Jornada de lucha» en todo el Perú? Sí, seguro que sí. Muchos de ustedes -la grandísima mayoría- se enteró tarde y solo por los «inconvenientes» («caos» según ciertos medios). Ando lejos, ustedes lo saben, así que de las cosas me entero por pura fuente indirecta; es increíble -no, increíble no es el adjetivo correcto, justo lo contrario- cómo los principales medios dedicaron páginas y bits para enseñarnos el «desorden» pero no contar nada, esto es, no decir por qué y para qué se salía a la calle, que era lo importante. Todo lo demás es anécdota -exagero-.
La rendición de Rodríguez Zapatero
El gobierno tapa sus vergüenzas en uno de los peores debates del Estado de la Nación de los últimos años. Es normal, es difícil defender una cosa, la contraria, el guiño a la derecha y a la izquierda a la vez, es difícil decir que se gobierna para los más necesitados mientras se les exige pagar favores para alegrar a quienes causaron, básicamente, la crisis, es difícil decir que se es de izquierda cuando se gobierna solo con la derecha, es difícil aceptar que los principales programas sociales (mal hechos desde el inicio) se cortaron por un tema meramente económico, como es difícil mantener las misiones de Libia y Afganistán con un discurso que permitió sacarlas de Iraq, es difícil explicar por qué se está al lado del gobierno marroquí y no del pueblo saharaui… Eso ni lo tocó, al menos no en las intervenciones que vi. En todo caso, Rodríguez Zapatero nos ha descubierto un nuevo principio: «Principio de realidad», que es de «sentido común».
Resultados de las elecciones en Grecia
La tercera vía gobernará Grecia (república parlamentaria). Los socialdemócratas del Movimiento Socialista Panhelélico (Πανελλήνιο Σοσιαλιστικό Κίνημα, Panellínio Sosialistikó Kínima, ΠΑΣΟΚ o Pa.So.k.) recuperarán el gobierno del país heleno tras las derrotas de 2004 y 2007, con, previsiblemente, mayoría absoluta, si se confirma esa clara superioridad por encima del 43% de los votos, que serían entre 150 y 159 de los 300 parlamentarios de la única cámara legislativa griega. Con este resultado aumentarían sensiblemente con respecto al anterior parlamento, elegido en el 2007, cuando se quedaron con tan solo 102 asientos (aunque una votación superior al 40%).
Subida de impuestos en España
Existe una fuerte sensación de que Rodríguez Zapatero improvisa. No sé si improvisa, pero sí lo parece. Se fija demasiado en la aritmética del Congreso de los Diputados, está demasiado pendiente a las encuestas de opinión y no tiene lo que hay que tener para marcar líneas de actuación a largo plazo. O eso parece. Las idas y vueltas con el tema de los impuestos continúan y la mala gestión de la medida del subsidio no contributivo para parados que han agotado la prestación por desempleo acrecientan esa idea de un gobierno que improvisa, mientras tanto el baile por los presupuestos no queda claro de si el gobierno elegirá a la izquierda parlamentaria o al PNV como pareja de último momento, ante el desafuero previsible de la enfadada quinceañera de CiU.
De impuestos y burradas
¿¡Qué demonios piensa hacer este gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en el tema fiscal!? ¿¡Por qué los anuncios los hace, a veces a título personal, a veces como ministro, el titular de Fomento y no la de Economía y Hacienda!? ¿Nos lanzan globos sondas para ver cómo reacciona la ciudadanía? ¿Saben de qué va el tema? ¿Saben que se supone que son socialdemócratas y aplicar una política fiscal liberal no les deja bien parados ni siquiera dentro de la Tercera Vía? ¿Saben que están haciendo mucho más daño con esas declaraciones de ida y vuelta y esa indecisión al elegir a los socios parlamentarios que si cogieran al toro por los cuernos, ya sea para subir, bajar o mantener los impuestos tal como están?
¿Socialdemócratas keynesianos?
El subdirector de Público, Jesús Maraña, en su columna de hoy señala:
«Dirigentes y votantes de izquierda se preguntan cómo es posible que las ideas socialdemócratas avancen (a su manera) en EEUU y que gobiernos de derecha en la UE apliquen políticas keynesianas mientras los partidos progresistas retroceden.»
En Público, medio de «izquierdas», llevan unos días analizando el retroceso de la socialdemocracia europea, indicando lo obvio, que en general ha caído estando o no en los gobiernos, mientras que otros partidos de derechas en gobiernos, aunque bajan en votos, no caen tanto como la oposición socialdemócrata, los análisis han sido de todo tipo, pero, para mi gusto, los más certeros indican que la socialdemocracia ha perdido los referentes, o ya no son, directamente, socialdemócratas. Y creo que el artículo de Jesús Maraña es un buen ejemplo de ello.
Rodríguez Zapatero defiende los impuestos indirectos
Ya es malo que el PSOE siga insistiendo en lo de «socialista» cuando se supone que quiere decir «socialdemócrata», pero aun es peor que, vista la política impositiva de Rodríguez Zapatero y todo su gobierno, sigan hablando de socialdemocracia (o progresismo) cuando tendrían que quitar lo de «social» del nombre. Y lo de obrero de paso. Lo de subir impuestos indirectos para llenar una caja que se vacía a todo galopar es, en general, mal síntoma. A punta de impuestos especiales que no hacen sino engordar, pero bueno, uno es sobre un producto de ocio ya cargadísimo y el otro sobre los hidrocarburos.
Tres elecciones, tres «izquierdas»
Del humanismo cristiano socialista del S. XXI a los socialdemócratas, las elecciones dominicales son un triunfo para «las izquierdas» (aunque sean muy moderadas).
De Correa a Johanna Sigurdardottir pasando por Jaume Bartumeu, son los agraciados en las últimas elecciones de sus respectivos países. Correa, presidente en funciones en Ecuador, ha arrasado en los comicios del pequeño país suramericano, la coalición de centro izquierda, en el poder de forma interina y en minoría desde la caída de la derecha por la crisis económica, adquiere mayoría absoluta en el parlamento de Islandia y los socialdemócratas en Andorra rozan la mayoría absoluta (14 de 28 curules) en la asamblea pirináica.
Socialdemócratas convertidos en capitalistas keynesianos
A nadie se le escapa que la socialdemocracia, en su origen, era una postura reformista del sistema capitalista en que se aceptaban muchos de sus puntos y se abandonaba el programa máximo del socialismo en favor de la disminución de las desigualdades del capitalismo dentro de los sistemas burgueses, con lo cual la revolución se abandonaba siempre y cuando las luchas sociales institucionalizadas consiguieran determinados triunfos menores dentro del propio sistema, muchas veces se ha visto en los socialdemócratas a socialistas pragmáticos. Ahora bien, desde hace unos cuantos años a esta parte, los partidos socialdemócratas han ido abandonando esas posturas reformistas en favor de enarbolar banderas totalmente capitalistas donde Keynes, como mucho, es el nuevo punto a seguir y de medio se convierte en fin.
Guatemala: Triunfo socialdemócrata
Álvaro Colom es el ganador de la contienda electoral de Guatemala, eso sí, con una participación algo escasa (63%), pero mejor de lo esperado (durante primeras horas del día, la apatía ganaba por goleada). Esta fue la segunda vuelta de un proceso en que el menos malo era, sin dudas, Colom. Enfrente tenía al más que derechista Otto Pérez Molina, ex general del ejército y abanderado de la «mano dura» como solución a los problemas de un país sumido en los problemas similares a nuestro Perú, pero con más violencia en general (no sólo por las pandillas que hacen suyos barrios enteros, sino por la existencia de varios grupos armados relacionados con el narcotráfico). La economía, como en Perú, está bastante saneada en los grandes datos, pero persiste un importante problema de distribución de las riquezas.
Socialdemócratas de fiesta, nuevo partido en Perú
Y no por lo de Argentina… Me entero gracias a una entrada de José Alejandro Godoy, «Nueva propuesta, nuevos retos», del nacimiento de un nuevo partido político, suma de algunos movimientos regionales (siete partidos regionales y uno distrital) y el Partido Democracia Social (que presentó a la presidencia en el 2006 a Susana Villarán). El reto es grande para este nuevo partido que aún no tiene nombre (en debate, junto con el ideario, logo, programa, organización, plan de acción política y estatutos, según la propia Villarán), buscan un partido nacional «descentralizado y descentralista» que aune la política nacional y la local (tan divorciadas en Perú, miren el mapa político peruano y se darán cuenta de esta gran separación) donde los partidos regionales o distritales jamás han conseguido dar, realmente, el salto a la política nacional (con sendos fracasos en algunos movimientos que contaron con cierta fuerza local) y donde los partidos nacionales no han sabido ser representativos en las regiones. Y por ello se inventaron cosas como la valla nacional (para mantener el poder de los partidos nacionales «establecidos» o «grandes» sobre los movimientos regionales y las minorías, pero me escapo del tema).