Cuando se pide una «izquierda moderna»

Será que no me meto (demasiado… o creo que no lo hago) con sus cosas, así que me resulta molesto cuando desde otros ámbitos ideológicos se «pide» una «izquierda moderna»; más cuando los requisitos para la misma significan, en el fondo, no ser izquierda. Esto lo digo en gran medida sin ánimo de «repartir carnés de izquierdistas», lo pongo de manifiesto, dentro de las múltiples izquierdas, porque normalmente a esa descripción abstracta de lo que debemos defender se le suele llamar «centroizquierda» e, incluso, dentro de ella nos encontraríamos en el «ala derecha de la centroizquierda». Y no rechazo que se nos critique, por supuesto que no (¡nos viene bien, incluso!), lo que me desespera son los consejos que te llevan a la tumba ideológica desde una superioridad moral absurda.

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La derecha se baja de FS

Fuerza Social se presentaba como socialdemócrata e izquierda liberal (¡menudo oxímoron!), esa suerte de «centro izquierda» que tira al «centro», como la cabra al monte. Ni sus colores eran los carmesís, ni querían que lo fueran: eran una alianza variada con el partido de la lideresa en el centro de la descentralización. La derecha, tan abundante y llena de caras como está, nunca terminó de abrirle los brazos, más bien ninguneó a FS (por otro lado, normal teniendo en cuenta los resultados electorales previos). A la izquierda encontró algunos amigos -tampoco vamos a exagerar en su cuantía o capacidad movilizadora de voto- y por esos lances del destino la alianza y el partido consiguió colocar a una persona al frente de la Alcaldía de Lima, ni más ni menos, venciendo a la candidata de UN (que, al igual que la de FS, previamente había sido candidata presidencial). Ni bien la reina verde era coronada, le salieron revocadores hasta debajo de las piedras. No pudieron con ella -Susana Villarán recibió apoyo de sectores que no habían votado por ella, el enemigo del enemigo es tu amigo-, pero con sus «rojos aliados» sí, (casi) todos cayeron. Pero toda esta historia ustedes ya la conocen. Mientras tanto, el JNE canceló la inscripción de FS por sus resultados electorales a nivel nacional (junto con otras once formaciones).

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La rendición de Rodríguez Zapatero

El gobierno tapa sus vergüenzas en uno de los peores debates del Estado de la Nación de los últimos años. Es normal, es difícil defender una cosa, la contraria, el guiño a la derecha y a la izquierda a la vez, es difícil decir que se gobierna para los más necesitados mientras se les exige pagar favores para alegrar a quienes causaron, básicamente, la crisis, es difícil decir que se es de izquierda cuando se gobierna solo con la derecha, es difícil aceptar que los principales programas sociales (mal hechos desde el inicio) se cortaron por un tema meramente económico, como es difícil mantener las misiones de Libia y Afganistán con un discurso que permitió sacarlas de Iraq, es difícil explicar por qué se está al lado del gobierno marroquí y no del pueblo saharaui… Eso ni lo tocó, al menos no en las intervenciones que vi. En todo caso, Rodríguez Zapatero nos ha descubierto un nuevo principio: «Principio de realidad», que es de «sentido común».

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¿Abaratar el despido sirve de algo?

Mariano Rajoy ha hablado, otra vez, para señalar el mercado laboral como el problema de la economía española. No, no busquen en el PSOE una respuesta contundente, desde hace unas semanas el gobierno mira dicho mercado con las gafas de la CEOE y está de acuerdo, faltan perfilar detalles, por eso CiU está más próximo al gobierno, CiU y su propuesta de indemnización de 20 días por año para los despidos improcedentes (la misma que para los procedentes no disciplinarios).

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Lo de OPEL es casi gracioso

Con perdón a todos los trabajadores de la OPEL, pero lo de su compañía, como digo en el título, es casi gracioso. Desde el punto de vista de quiénes son los agentes que están interviniendo en todo este juego económico-industrial, mejor dicho, político-económico, o un juego de a ver quién se queda con el dinero de quién, y dónde están todos esos liberales y sus declaraciones, porque esto es lo menos libre del mercado a la par que se habla de liberalismo para pedir bajadas de los impuestos.

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Los falsos o hipócritas argumentos de los mercantilistas

¿Cuántas veces hemos oído a la patronal de las patronales, madre de todas las patronales de España, la CEOE, pedir bajada de los pagos de la seguridad social y despido libre y lo más barato posible, encaletado en eliminar las causas para el despido procedente (sea objetivo o disciplinario) para que así, realmente, deje de existir el improcedente (salvo temas de nulidad, claro)? Demasiadas.

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Libertad económica y progreso

El Cato Institute y el Fraser Institute presentaron su índice de Libertad Económica de este año, y Ian Vásquez, director de Proyectos Globales de Libertad Económica, aprovechó, en un diálogo con la gente de El Economista, para afirmar «que se constata una relación indisoluble y directamente proporcional entre libertad económica y prosperidad, entre libertad económica y bienestar humano». ¿Es eso cierto? Viendo otros índices yo diría que NO, no existe esa relación indisoluble y directamente proporcional. Desarrollo la idea en: «Libre mercado, bienestar y calidad de vida», publicado en De Igual a Igual.

«Se puede hacer un paréntesis en la economía de libre mercado»

Publicado también en De Igual a Igual

Entre la sensatez y la cara dura. Así es el vaivén de los grandes empresarios del mundo en esta época de crisis y ruptura del dogma de la desregularización gubernamental y la autorregulación dentro del mercado por sus propios agentes. Las declaraciones de Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE, esto es, la patronal de patronales), son más que ejemplarizantes de lo que estamos viviendo: «Creo en la libertad de mercado, pero en la vida hay coyunturas excepcionales. Se puede hacer un paréntesis en la economía de libre mercado«.

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