En Perú llevamos un tiempo en que cada escándalo con delito de por medio se propone, por parte del poder político, una reforma del código penal en el sentido de endurecer las penas de los delitos del escándalo. Esta vez, curiosamente, los delitos vienen desde las dos partes del escándalo, por un lado está todo el tema desvelado en los petroaudios (un caso amplio de corrupción en distintos niveles que ha propiciado la caída de todo un gabinete ministerial) y por otra el origen de dichos audios. El gobierno presidido por Alan García ha enfocado todas sus fuerzas en minimizar el tema del petróleo y resaltar el del chuponeo, pidiendo, entre otras muchas cosas, un aumento de las penas sobre dicho tipo penal, y se ha olvidado pedir un aumento de las penas a los corruptos y corruptores (¿porque los implicados son de su partido?).
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Caridad, necesidades básicas y Estado
Lo mínimo que uno espera del Estado es que sea capaz de cubrir las necesidades más básicas de la población. Lo mínimo que uno espera de un partido que pertenece a la Internacional Socialista es que defienda un Estado de Bienestar en el cual la solidaridad sea uno de los tres pilares del mismo. Lo último que uno desea es que el Estado mendigue la caridad de sus ciudadanos para que estos, mediante aportes voluntarios, cubran la carencia de infraestructura y servicios del Estado, y esto es lo que hoy pasa.
¡Me pido serrano de Marte!
Hace unos días Juan Carlos Valdivia, en su sección «Columnas Bizantinas» en Correo, soltó un contundente:
«No es objetable que haya prensa y periodistas que legítimamente decidan apoyar al gobierno, pero de ahí a dedicarse a tapar un acto de corrupción hay una gran distancia. Sea por un malentendido oficialismo, por celos profesionales, o la razón que se quiera esgrimir, es incomprensible el papel que algunos han decidido desarrollar frente a este escándalo. Lo que no cuestiona la válida preocupación sobre el origen de los audios y correos electrónicos.»
En otras palabras un bien que seas oficialista, pero eso no significa el soboneo y la ocultación de corrupción y del gobierno. Pues bien, Julio Favre, personaje más que cuestionable, se suelta con todo contra los detractores del actual gobierno y de paso muestra por enésima vez su cara más racista en el artículo «¡Marcinanos o Serranos!» publicado también en Correo, en la columna de Favre llamada (nótese la ironía) «Ama Llulla».
Más dinero a las promotoras
Y al final, la solución termina siendo lo mismo que originó el problema: Ladrillo. ¿Cómo se va a solventar un problema estructural en el tejido productivo español? Ni se sabe ni se quiere intentar, que las cosas sigan como estaban, parece ser la consigna y al final se socializan las pérdidas mientras se privatizan las ganancias. Si es que con estos liberales no se puede seguir… En fin, que más dinero para las constructoras (o facilidades, o liquidez, o lo que toque decir), que era lo que no se debía hacer en ningún caso.
Sobre el Paro y los padrones de afiliados
Al igual que estoy en contra de la entrega del padrón de afiliados de los partidos políticos (por todo lo que ello significa) no puedo sino estar totalmente en contra de la «gran idea» de que los sindicatos muestren los padrones de sus afiliados. No no y mil veces no. Por las mismas razones, básicamente, que las del registro del padrón de afiliados a los partidos políticos, y algunas cuantas más: a.- En Perú se persigue a los sindicatos, tanto política como empresarialmente, el obligar que la afiliación a un sindicato sea público es un desincentivo claro a la afiliación sindical; b.- Los patrones encontrarán, en la afiliación a los sindicatos, una seña de la posible «conflictividad» o «sumisión» de un trabajador, se volverá «motivo» o de despido (que ya se persigue bastante a los sindicalistas que van como tales) o de «no contratación».
No le interesan tus derechos
El PSOE no realiza el anunciado «giro a la izquierda», hasta mantiene su opinión sobre la directiva de retorno de inmigrantes (que de progresista tiene más bien poco), pero sí da un cierto paso en cuanto a las libertades civiles y políticas con respecto a ciertos temas y colectivos: Voto en las elecciones municipales para los inmigrantes regularizados, regulación del llamado «testamento vital» y legislación sobre los cuidados paliativos.
Evo Morales, Perú y militares de EUA
¡Cómo es posible que Evo diga eso! Braman a coro los aduladores de palacio. ¡Que venga el canciller ipso facto! Reclaman sin dejar pasar medio segundo. Pero Evo tiene razón: En Perú hay una base militar estadounidense (provisional o no permanente, pero base a fin de cuentas), como poco, en el VRAE, en esa operación llamada «Nuevos Horizontes». Como poco. Sabemos que en la selva peruana también tienen presencia (después de un tiempo de negativas, hasta que la evidencia pilló al gobierno por la banda).
¿El Primer Ministro se lee los informes?
Contundente suenan las siguientes palabras de Jorgen del Castillo, Primer Ministro de Perú, al referirse a la inacción del gobierno ante los avisos de la defensoría sobre los conflictos en Ilo:
«Quiero dejar constancia que en el informe defensorial de marzo, abril y mayo no había una línea relativa al problema del canon en Moquegua, había problemas de otro tipo, como el tema agrario y de límites, pero no había una referencia al canon. No es que dijeron y nosotros desatendimos.»
¿Es cierto que no había referencia alguna? En El Comercio no opinan así, y mencionan que la defensoría ya había anunciado el conflicto.
FONAVI: El gobierno sigue mintiendo y dando largas
¿Cómo se puede mentir en un tema tan sensible? Todos sabemos que los gobiernos tienden a endulzar la realidad, pero de ahí a que den información directamente falsa hay un paso bastante grande, no se puede permitir que desde las oficinas de comunicación del gobierno se rebote noticias que no son tales y los medios, encima, las recojan sin entenderlas o analizarlas. J. Francisco Canaza en Apuntes Peruanos nos advierte: «El Gobierno miente: No hay devolución de aportes a los Fonavistas».
El Paro Nacional es justo y necesario
La Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) convoca un paro nacional para el próximo 9 de julio. Según el secretario general del sindicato:
«[E]ntre las principales exigencias de la medida de fuerza destacan el cambio de la política económica, lucha contra el alza del costo de vida, aumento general de sueldos, salarios y pensiones, el cese de la represión y violencia contra los trabajadores, el cese de las privatizaciones, defensa irrestricta de los recursos naturales, atención a la agenda agraria, atención a la seguridad social, solución a los problemas de los trabajadores auto-empleados.»
A la par que anunción la instalación del Comité Nacional del Paro Nacional (un poco redundante el nombre) que pretende estructurar el paro convocado a la par que organizar comités regionales y provinciales para promover la participación en el paro.
HHHH (υʹ) ευρώ
Sí pero no. Cumple pero a medias, mal, a rastras, algo raro. Estoy seguro que Rodríguez Zapatero planteó la medida como una devolución o cheque de 400 de un sólo tirón, al menos eso era lo que yo entendí de todos sus mensajes (medida, por cierto, totalmente innecesaria y criticable, poco progresista y compravotos de forma descarada, populista a más no poder). Pero al final, haciendo cuentas de lo caro y mal que sale la devolución como tal, máxime de un solo tirón, y han decidido realizar el pago electoral de los 400 euros de una forma un tanto más peculiar.
Cuatro años de continuismo y ambigüedad (III)
Es la jornada de reflexión, así que continúo con las reflexiones en torno al actual gobierno español. Obviamente no me va a dar tiempo, antes de mañana, de dar todas las razones por las cuales el PSOE no se merece mi voto (el mío, me refiero a ese exclusivo voto), realmente ni siquiera lo necesita (todos los sondeos en la provincia que voto, bipartidista hasta la médula, indican que el PP ganará con gran diferencia al PSOE pero en el reparto irán dos para cada partido)… En fin, ya hablé de la política internacional y de la laboral del actual gobierno, así que paso a la fiscal y económica.
Cuatro años de continuismo y ambigüedad (I)
Mientras que para valorar a los partidos de la oposición para saber si se merecen o no nuestro voto debemos analizar la coherencia de su ideario conjuntamente con sus propuestas electorales más los candidatos que la defienden (la integridad de los mismos y su propia historia), para valorar al gobierno que pretende la reelección hay que mirar todos sus años de gobierno, cómo respondieron al a realidad en cada instante, qué propusieron antes de ser elegidos y cómo lo llevaron a cabo (o al menos si lo intentaron o qué excusa pusieron para no hacer lo prometido) y por supuesto, qué es lo que prometen para su futuro, qué identidad quieren mantener y qué nivel de autocrítica contiene el propio gobierno para saber si han aprendido de sus errores o nos espera más de lo mismo. Y ya que he criticado duramente al principal partido de la oposición, toca hacer lo mismo con el gobierno reformista actual, lo haré en varios artículos.