En muchos ámbitos estamos con la mala costumbre de comparar los datos o con el final del periodo de Rodríguez Zapatero –algunas publicaciones seudocientíficas directamente comparan unos trimestres con el último de 2011 cuando eso estadísticamente está prohibidísimo– o con el peor punto de la crisis que estamos pasando. Lo primero tiene una evidente razón: dejar claro que tan mal no va con el PP –ya hay muchos datos que mejoran al último del PSOE– y lo segundo tiene que ver con darnos un poco de coba a nosotros mismos: miren qué buenos somos. Más inversión en no sé qué; más empleo en no sé cuanto; más gasto social… Paren el carro un poco. Deberíamos estar comparándonos con un trimestre similar a «antes de la crisis»; siendo este el objetivo –estar, al menos, tan bien o tan mal como hace unos años–. También nos olvidamos que el «antes» fue lo que nos llevó al «ahora»; al menos por mi parte no me apetece escribir media línea para favorecer un modelo de crecimiento basado en la especulación y la construcción, además de la precariedad. [Continúa leyendo en D=a=].
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La falta de escrúpulos como problema económico-social
Qué título más rimbombante para algo que pretendía ser un «necesito decir esto» relacionado con la crisis económica y, en concreto, con el tema de la vivienda. Revisando notas viejas (buscando una que creo que escribí, para no repetir el mismo discurso o al menos para ver si mi posición ha variado y preguntarme por qué lo ha hecho) me encuentro con algunas relacionadas con la vivienda (en concreto, dos berrinches sobre la burbuja inmobiliaria, uno relacionado con la Ley del Suelo y el otro con la vinculación de los inmigrantes, la política migratoria y dicha burbuja) y es aquí cuando llega el «tengo que soltarlo». Como pueden saber, a veces me piden asesoría legal sobre algunos temas; en estas últimas semanas me han llegado consultas que tienen que ver con todo el tema inmobiliario (pisos comprados: deudas tras desahucios y cláusulas suelo) en los cuales se juntaba, además, el tema del origen de los afectados, inmigrantes.
A vueltas con las estadísticas laborales
Tres tipos de mentiras: las mentiras, las grandes mentiras y las estadísticas
En el debate del estado de la nación hemos podido asistir a un combate de medias verdades y desinformación según se iban tirando datos a la cara unos a otros, absolutamente descontextualizados, faltos de explicación y arbitrarios; cada vez que tenemos datos del mercado laboral (como el reciente del paro registrado) ocurre algo así, más cuando la lectura (los matices) que se hacen por los operadores sociales y políticos son lanzados al público sin vacuna alguna (y sin la menor explicación de qué es eso de paro registrado o lo que toque en cada momento).
¿A quién temen y por qué?
Es interesante seguir cómo nos cuentan las subidas y bajadas de la bolsa, por lo visto ahora son por Grecia (nota: efecto retardado claro; además, era algo que se daba por descontado). No deja de ser curioso, en todo caso, que exista tal temor en los mercados por la entrada de un partido de izquierdas en un gobierno de la zona euro y no teman, a su vez, al Pa.So.K (Πανελλήνιο Σοσιαλιστικό Κίνημα, Panellínio Sosialistikó Kínima, ΠΑΣΟΚ, PASOK o Movimiento Socialista Panhelénico; partido en caída libre) o a ND (Νέα Δημοκρατία, Néa Dimokratía, ΝΔ o Nueva Democracia), los partidos que no solo arruinaron Grecia (eso le puede pasar a cualquiera) sino que son responsables de falsear las propias cuentas del Estado, no un simple juego de números de no me cuentes esta deuda y se me olvidó apuntar este gasto, no, señores, no, hablamos de falsear ingresos y gastos por todos lados para poder «entrar en el Euro» y estar así durante años de años; ambos partidos mantenían al gobierno de Antonis Samarás (Αντώνης Σαμαράς) que ha forzado estos nuevos comicios. ¿Cómo pueden esos mercados confiar en los mismos que mintieron y se equivocaron tanto antes que en nuevos agentes? Más que «confianza» hablamos de «agentes» suyos y el control que ejercen sobre ellos, contando el poder deponer al gobierno y poner «tecnócratas» (se vio en quién fue nombrado para dirigir el país, ¡el que falseaba las cuentas!, es que ni siquiera son sutiles). Siga leyendo…
Menos paro pero muchos menos trabajadores
El paro registrado es el resultado de realizar una serie de exclusiones dentro de los «demandantes de trabajo» apuntados en las oficinas públicas de empleo a último día de mes; así, lo primero que se excluye son los «ocupados» -personas inscritas para mejorar su actual puesto de trabajo, lógico, no son desempleados- y luego a los que buscan «empleos específicos o con disponibilidad limitada», aunque estén sin trabajo -¿por qué? porque se consideran demandas muy especialitas, para decirlo de forma poco técnica-. Entre los demandantes «desocupados» se produce una nueva criba -se excluye a quienes buscan un empleo de corta duración, a quienes quieren empleos de algo menos de media jornada (lo cual no coincide con ese «fomento del tiempo parcial» que tanto dice el gobierno), distintos «tipos» de «estudiantes» (incluso mayores de 25 si aún no han trabajado, algo ahora habitual), las personas que el SPEE considera que han rechazado un «empleo adecuado» (que es cualquier cosa) y otros-, todo regulado en la Orden Ministerial de 11 de Marzo de 1985. ¿Por qué les suelto todo este rollo? Porque hoy toca la alegría gubernamental por los datos del paro registrado. ¡Ha bajado!
Un optimista gobierno
No se me ocurre otra forma de decirlo. La variación intertrimestral del PIB, según el Banco de España (PDF), es 0,1%; la variación interanual (más importante que la anterior) es del -1,2%. De Guindos ya dice que este es el final de la recesión y el inicio del fin de la crisis. Hay que recordar que durante esta crisis ya hemos tenido periodos de crecimiento del PIB (de hecho el PIB durante el 2011 creció, muy poco, eso sí), y fue hasta irregularmente sostenido (en la interanual, tres trimestres consecutivos, en la intertrimestral fue salteado). Siga leyendo…
Cajas sí, cajas no
Alemania salva su red de cajas y cooperativas de ahorro que, en el conjunto, son extremadamente importantes en la economía alemana (y hay quien señala que tienen verdaderos problemas), tienen, además, un sistema de protección propio que hace de ellas una verdadera red. Esas cajas no serán controladas. Mientras tanto en España se ultima la liquidación de las cajas de ahorro. Hemos vivido unas fuertes reformas tendentes a la bancarización de las cajas de ahorro (hace unos años comenté por acá cómo se desnaturalizaba a las cajas abriendo paso a la bancarización de las mismas, todas las reformas posteriores han seguido ese camino), el siguiente paso que se dará es claro: Prohibición de operar a cierto nivel salvo si se es banco. Y no, no es lo mismo que el negocio financiero lo lleve una caja a que la caja sea accionista más o menos mayoritario de un banco, no se le parece ni un poquito. Quedan en el aire muchas preguntas y, creo, dos importantes son: ¿Por qué a unos países se les protege para que mantengan su red de cajas y a otros se les obliga a no tenerla? ¿Quién gana con todo esto?
Fotografías: Valladolid contra los recortes
Fotografías de la marcha en Valladolid contra los recortes de Rajoy, celebrada el 19 de julio. De paso: Igualito y los recortes en la vigésimo quinta tira.
Los recortes de Rajoy
Un comentario para De Igual a Igual sobre el discurso y los recortes anunciados ayer por el presidente de gobierno español. Nada de movilizaciones, Huelga General.
Donde dije recorte digo ajuste
Una de las cosas que más (me) fastidian de esta crisis es la doble vara de medir de algunos, y la neolengua que se emplea ya desde hace años pero que tiene un nuevo punto de sobreutilización ahora casi desesperante (es que incluso recorte, en su día, fue un eufemismo, ahora se usa un nuevo eufemismo para evitar el ya maldito recorte). Hace unos años la prima de riesgo tenía nombre propio, todo se debía a lo que hacía el gobierno (mal, por supuesto), las amnistías eran un suicidio y las subidas de impuestos «en ningún caso» se tenían que hacer (ojo al absolutismo del «en ningún caso»), ahora en cambio todo es culpa de los malos mercados, de los especuladores antipatrióticos. El ejemplo lo voy a poner con tres portadas de La Razón: Recorte antisocial de Rodríguez (15 mil millones), acelerar las reformas y ahorro por parte de Rajoy (10 mil millones en Sanidad y Educación) y ajuste de 40 mil millones también de Rajoy (en dos años, 10 millardos ahora, 30 el próximo ejercicio). Antes bajar el sueldo a funcionarios era un recorte antisocial, hoy eso mismo (quitar una paga es bajar el salario anual) es un ajuste. (Las portadas de El País de esos mismos días acá: 1, 2 y 3.) Actualizo: ¿Vieron la portada de La Razón de hoy? «Sacrificio», arrimar el hombro, resultados buenos al final y sindicatos malos e irresponsables. Hace unos años se criticó desde esa tribuna a los sindicatos por no movilizarse más. En ABC no mereció ni foto de la portada y el mayor recorte era la segunda noticia de la misma. En El Mundo se opta por destacar que no hay alternativa (titular principal) pero la foto es para los palos a los mineros.
El mito sobre las deudas, a propósito de un editorial de El Comercio
Estoy de acuerdo cuando se dice que no es una «crisis del capitalismo», porque no lo es, no estoy de acuerdo con que se diga que es una «Crisis del Estado Social», como hace se tramposamente en el editorial de El Comercio. Es una «crisis en el capitalismo» (crisis, por lo demás, cíclicas). Y hace trampa porque la crisis en Grecia no tiene el mismo sentido (ni la misma forma) que la ocurrida en Irlanda, en España, en Portugal, en Italia… cada país muestra una serie de peculiaridades no solo en dónde viene la parte gorda y preocupante de la deuda (en Grecia sí es la parte pública, como en Italia, en Irlanda o España es la deuda privada lo que fastidia al total de la economía), unas condiciones productivas distintas (Alemania sale de la crisis distinto que España entre otras cosas porque su crecimiento se basa y basaba en la exportación y las tecnologías, mientras que el crecimiento español, ese milagro que tantas veces se ha aplaudido en El Comercio, se sustentaba en el ladrillo especulativo, que hoy tumba bancos y cajas, y para salir se tienen que reforzar sectores ignorados e inexistentes), mercados distintos.
Vargas Llosa y el experto en economía española
Por fin me puse con la última nota de Mario Vargas Llosa, «Las ficciones malignas» (publicado primero en El País, pero les enlazo La República, porque sí), en que básicamente dice que todo el que no piensa como él (en el terreno económico) vive engañado en una ficción maligna (válgame dios, olvidaba que El Mercado, con mayúsculas y en bastardilla, es un ente natural que se autorregula solo y todo es perfecto, si las frías manos del resto no se entrometen, claro), o engaña a los demás (que es mucho peor), a lo que Antonio Avendaño replica, así que no voy a repetir lo que otros ya señalan bastante bien. Les recomiendo leer ambos artículos. Pero fíjense en el largo paréntesis que introduce en el segundo párrafo el hispanoperuano más conocido. ¿Lo leyeron? Bien, cierto, yo no estoy de acuerdo con Krugman sobre el «corralito», no les llamo la atención sobre eso, sino sobre la mención a César Alierta y lo bien que parece conocer la economía española… ¿Seguro, señor MVLL, seguro? Veamos. ¿Qué decía Alierta, presidente de la multinacional Telefónica, allá en 2007? Que la crisis financiera no afectaría a España, campeón del mundo en sistema bancario y tal. Bueno, se equivocó con la crisis (como mucha tanta gente, entre ellos los que gobernaban y ganaron las elecciones), pero estaba claro, para él, en el 2009 lo peor ya había pasado, recuperación y todo bien en adelante. Que no pasó lo peor en el 2009, el año indicado era el 2010, el resto son errores de dígitos. Supongo que si todos los años digo que lo peor ya pasó y vamos a crecer, en algún momento acertaré. Ah, CA vende a sus accionistas e inversores un futuro mejor, no va a decir nunca que todo está mal e irá a peor durante mucho tiempo, por evidentes razones. Supongo que es una ficción maligna la que engaña a MVLL y le hace creer que un presidente de una gran compañía conoce mejor la economía de un país por el mero hecho de hacer negocios (en ese sitio y otros muchos), confundiendo la micro con la macro economía, además.
Marea verde: contra los recortes en Educación
Marea verde en Valladolid: En defensa de la educación pública y de calidad
Asistí a la marcha en defensa de la educación pública y contra los recortes que corona este día de huelga en el sector público de la Educación (los cinco sindicatos educativos con más representantes la convocaron, secundada por asociaciones de alumnos, algunas de las principales asociaciones de padres, etcétera), de la más básica a la universitaria. Vean la fotogalería en De Igual a Igual. Hoy me he hartado de escuchar a representantes del Partido Popular y el gobierno (dirigido por dicho partido) defendiendo los recortes, o como dicen, los ajustes. Niegan que haya recortes, sino una «optimización de recursos», e insisten en que se puede «hacer más con menos» y que es necesario un cambio de modelo porque el actual es un fracaso. No sé qué entienden por cambio de modelo, o cómo se construye el mismo, pero si es primero recortando para luego… ¿luego qué? Esa es la cuestión. Quiero que entiendan esta entrada en relación a algo que ya apunté hace unos meses en «Otra perspectiva sobre los «Servicios Públicos»».
El avisado tijeretazo a Sanidad
«Asimismo, con el fin de definir el Programa Nacional de Reformas y determinar las reformas encaminadas a lograr una mayor racionalización, eliminación de duplicidades y eficiencia en la gestión de los grandes servicios públicos que se pondrán en marcha en este mes, el presidente del Gobierno se ha reunido también con la ministra de Sanidad y el ministro de Educación. El ahorro previsto superará los 10.000 millones de euros.» (Nota de prensa del gobierno de España.)
Tras un par de días trepidantes en cuanto a contradicciones dentro de los miembros del gobierno (ese era uno de los grandes males que el PP atribuía al anterior ejecutivo) el gobierno, ya de forma oficial y sin poder decir «son comentarios personales de tal ministro», lo enfanga todo más gracias a unas pocas líneas en un comunicado de prensa. Sin comerlo ni beberlo, y tras presentar los presupuestos, se habla de un ahorro mágico de diez mil millones de euros adicionales en las carteras de Educación y Sanidad (así, con mayúscula), juntos y revueltos (otras informaciones hablan de siete mil millones en Sanidad y el resto en educación). ¿Explicaciones? Ya se darán, cuando los rotativos alemanes lo soliciten, imagino.
Sin Público en los quioscos
Se acabó lo que se daba, la solución empresarial, el problema de los trabajadores, fue cerrar la edición impresa de Público,. La empresa propuso, por lo visto, tirar un par de números más a la calle, ya el de hoy estaba medio terminado cuando los trabajadores decidieron que no, que no tenía sentido seguir, menos ante la incertidumbre que espera a los trabajadores y en las condiciones que queda la edición digital (¿por cuánto tiempo se mantendrá?). Público, un periódico que nació para cubrir ese espacio informativo en la izquierda que El País hace mucho que abandonó, pero que no dejaba de ser un medio burgués, sometido a la lógica empresarial de los resultados. Sí hay que reconocerle que planteaba un diario diferente, con más cabida (aunque con el paso del tiempo perdió espacio) para secciones como la de Ciencias o la de Historia, la de cultura en general, siempre desde una mirada crítica. También tuvieron sus momentos con un periodismo de investigación casi desaparecido en favor del conspiranoico que practican otros medios.