Pandemia: aporafobia y racismo

«Comedores de papas» de Vincent van Gogh

Medios de comunicación y responsables políticos del espectro derechista han sacado sus filias y fobias estos días con más desparpajo de lo habitual, así se atreven a «acusar» de los problemas en controlar la pandemia a la irresponsabilidad individual, sobre todo de pobres e inmigrantes. Señalan que son los barrios con más inmigrantes los que sufren los mayores rebrotes; la presidenta de una comunidad autónoma en España llegó a decir que es por la «forma de vida» de los inmigrantes (en casas pequeñas, mucha gente junta), confundiendo «forma» con «condiciones». No, el problema no es que los inmigrantes tengamos una forma de vivir que favorece a los contagios (como si tuviéramos las mismas costumbres no importa de dónde seamos), entre otras cosas porque eso nos daría a España muy por debajo que el resto del mundo y esto no ocurre. Pasa que esos inmigrantes viven en barrios con infravivienda, donde los altos porcentajes de contagios se dan en toda la población que vive en esos barrios, no solo entre las personas migrantes.

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«Pero… búscate la vida»

En Castilla y León existe una «Renta garantizada de ciudadanía» (RGC), la cual es una ayuda bastante minúscula para personas con un perfil determinado -que excluye a las personas sin hogar, cosas de la vida-. Como otras ayudas, tiene un problema de plazos -hasta tres meses se tiran para contestarte si tienes o no derecho, son tres meses de penurias para los que la solicitan, con silencio negativo, para colmo-; pero además un problema en el funcionamiento de la inspección.

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Reclutas menores, dos dramas

El Ejército no está haciendo su trabajo, acepta como buenas partidas de nacimiento o cualquier papelucho mal falsificado para reclutar jóvenes, no como «recién cumplidos los dieciocho», sino como «menores de edad», y encima los manda a las zonas calientes, de emergencia, esas a las que solo deberían ir tropas altamente entrenadas y bien pertrechadas, pero parece que el plan es agotar las balas del enemigo con nuestros jóvenes escudos humanos, y por otro lado tenemos una generación entera, en una zona deprimida del país donde eso del milagro económico peruano es cosa de limeños y narcos nomás, que tienen como única salida de la pobreza el engrosar las filas de las fuerzas armadas peruanas, aun cuando no cumplan el básico requisito de edad.

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