Ya es definitivo: el proyecto de Carlos Bruce para establecer una Unión Civil No Matrimonial para personas del Mismo Sexo quedó archivado, tras rechazarse el pedido de reconsideración en la Comisión de Justicia del Congreso. Esta vez el proyecto solo tuvo dos apoyos… La noticia de esos días era la aprobación en Chile (nuestro vecino al que le copiamos todo lo que tiene que ver con los dineros pero nada de lo social) de la Unión Civil (allá planteada para parejas independientemente del sexo de los intervinientes, con efecto sobre los hijos del otro contrayente), en Perú se cerraban esas puertas.
Categoría: Actualidad del Perú
Recordando el autogolpe de Fujimori
No hay que olvidarlo: Alberto Fujimori dio un golpe de Estado acabando con la frágil democracia e instaurando un sistema dictatorial durante unos años, que tuvo su continuación con la Constitución Política de 1993, que aún nos gobierna. Un autogolpe, como el perpetrado por Fujimori y los suyos, no es más que una forma entre los tipos de golpes que encontramos en nuestros sistemas. No es justificable y no es aceptable, no se puede hablar de «salvar la democracia» destruyéndola. No por gusto el «Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional» inició su vida con los tanques en la calle, secuestrando periodistas y opositores, disolviendo el Congreso y destituyendo al Tribunal Constitucional y todos los elementos del Poder Judicial que no rendían pleitesía a Fujimori.
¿«Unión Civil» rechazada? Vamos (vayan) por el matrimonio
En el Congreso se votó en contra del proyecto de la Unión Civil para parejas de personas del mismo sexo (voto muy dividido por bancadas, salvo Gana Perú, que mostró nuevamente su cara reaccionaria). Pueden ver un interesante recopilatorio de reacciones en Útero por Diego Pereira, y leer las notas enlazadas completas. Esta entrada es «chiquita», sinceramente me hubiese sorprendido un resultado distinto. La lucha sigue…
Ley Pulpín: derogada
Es una victoria de la calle. Gana Perú, con su vocero, puede dedicarse a atacar al aprismo, fujimorismo y toledismo por todos esos regímenes especiales contrarios a los derechos de los trabajadores; puede, además, recordar que primero votaron a favor de la llamada «Ley Pulpín» (Ley nº 30288, PDF), puede pasarse el día así y eso no quitará que el régimen que ellos plantearon tuvo una fuerte contestación en la calle (algo que no tuvieron los otros, por los motivos que fuera), que son todos los jóvenes y no tan jóvenes los que han conseguido que esos partidos cambiaran de opinión (aunque solo fuera de cara a la galería, por ahora nos vale: se derogó la ley Pulpín con 91 votos a favor, 18 en contra y 5 abstenciones, durante la sesión extraordinaria del Congreso. Siga leyendo…
Ley pulpín: la lucha sigue y una respuesta
Y la discusión es parte de la lucha. Es importante ser honestos cuando se abre un debate; es imprescindible ir de buena fe, y por ello es increíblemente negativo estar otorgando oscuros intereses a las partes con las que se entabla la conversación. Con respecto a la Ley nº 30288 (PDF de la separata legal), llamada «Ley Pulpín», se están escribiendo ríos de tinta mientras los jóvenes y no tan jóvenes marchan en las calles (y se la juegan tras la brutal represión policial; algo básico: las pintadas no se combaten con pistolas, señores policías). Existe, en este caso, no solo intereses enfrentados, sino visiones distintas de cómo resolver los problemas; por ello el diálogo es importante… pero resulta imposible, por lo visto. El gobierno no escucha y quienes defienden la norma nos califican de manipuladores, de estar en contra por pura mala fe (o por ignorancia); como ejemplo, el editorial de El Comercio del domingo.
Fujimori Condenado (caso Diarios Chicha) [actualizado con el texto de la sentencia]
Alberto Fujimori, expresidente del Perú, condenado por peculado al haber desviado fondos de las Fuerzas Armadas hacia el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) para que este comprara la línea editorial de los diarios chichas para la campaña electoral del 2000 (la re-reelección). La condena es de 8 años de prisión más tres de inhabilitación y una reparación civil en favor del Estado de tres millones de soles. Otra condena más para este prohombre (nótese la bastardilla).
Sobre la «rigidez laboral» en Perú, a propósito de la «Ley pulpín»
«¿Cómo no va a poder defenderse un régimen que hace menos onerosa la contratación formal de un adulto menor de 24 años en un país que tiene uno de los 20 regímenes laborales más rígidos del planeta, o en el que siete de cada diez personas con algún tipo de trabajo se ven en la necesidad de desarrollarlo en la informalidad?»
Es una de las preguntas retóricas que hace el editorial de El Comercio para atacar a los opositores de la reforma laboral juvenil obrada por la Ley nº 30288 o, como se le llama, la «ley pulpín» (PDF de la separata legal). Esa pregunta contiene al menos tres elementos muy discutibles que El Comercio da por hecho. Por un lado, está la repetidísima afirmación sobre la rigidez en la regulación laboral peruana (algo que se machaca desde antes de la flexibilización que comienza en el 91 y que cada reforma laboral sigue), simplemente no es cierto (más adelante desarrollo esta idea) y, por otro lado, deja clara la opinión, sin establecerlo, que la flexibilización trae formalización. Lo segundo es empíricamente falso, el sector con más trabajo informal en Perú es la microempresa (casi la totalidad de los trabajadores, el doble que las empresas grandes) que tiene el peor y más flexible de los regímenes laborales posibles (incluso el mamarracho legal de la ley pulpín da más derechos que los que tienen los trabajadores de la microempresa). El tercer elemento de la pregunta retórica, en el que no entraré, es ese de «se ven en la necesidad» de trabajar informalmente; no es que sea una «necesidad», es que es una imposición por parte del empleador (no hay que perder de vista esto, nunca).
Ley pulpín: Igualito, Humala y Meléndez
Aunque con retraso (estaba pensada para hace dos semanas, así que ha sido un poco actualizada) Igualito discute con Kevin por la llamada Ley Pulpín; aunque creo que deberíamos haber apuntado más a las mentiras de Humala.
Lo malo es que no es una inocentada
Hace no mucho, Marco Sifuentes contaba en La República cómo su actual medio masivo había superado a El Comercio en visitas (no a todo el grupo, solo a ese diario), les recomiendo leer las notas sobre eso: «Mira aquí qué significa nuestro primer lugar», «El día después del periodismo» y «De qué estábamos hablando». Esto ha generado una tendencia a frivolizar las portadas de los principales diarios, donde no en pocas ocasiones el recopilatorio de «los mejores memes sobre la noticia del día» supera en exposición y trascendencia a la propia noticia glosada.
Dejen de mentar el 103º de la Constitución, por favor
«Artículo 103°. Pueden expedirse leyes especiales porque así lo exige la naturaleza de las cosas, pero no por razón de las diferencias de las personas. La ley, desde su entrada en vigencia, se aplica a las consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas existentes y no tiene fuerza ni efectos retroactivos; salvo, en ambos supuestos, en materia penal cuando favorece al reo. La ley se deroga sólo por otra ley. También queda sin efecto por sentencia que declara su inconstitucionalidad.
La Constitución no ampara el abuso del derecho.»
Ese precepto constitucional -su primera oración, en concreto-, desde el Día Cero de la llamada Ley Pulpín (Ley nº 30288), se ha blandido contra la norma, afirmando que la edad no puede servir para hacer diferenciación entre las personas y, por tanto, la norma podría ser inconstitucional. Dos cuestiones sobre este punto: a) la constitucionalidad o inconstitucionalidad de la ley pulpín es, en realidad, una anécdota que no afecta en nada al fondo de los reclamos que están en la calle; b) la norma puede ser inconstitucional por otros puntos, pero creo, sinceramente, que no por el 103º de la Constitución Política del Perú. Con esta entrada intentaré explicar por qué se está leyendo mal la disposición constitucional en muchos de los artículos (de opinión o información) aparecidos sobre la ley pulpín en que se menciona el mandato constitucional.
Ley pulpín: Ya la hemos leído y no la queremos
El gobierno ha decidido que el problema de la «Ley que promueve el acceso de jóvenes al mercado laboral y a la protección social», Ley nº 30288 (PDF de la separata legal), conocida por todos como Ley Pulpín, es que los jóvenes no se la han leído. Se han dejado llevar por lo que ciertos líderes (¿cuáles?) les han dicho y salen a la calle por las puras. Palabras de Humala, el presidente (más o menos). Bien, leamos juntos la ley y veamos ciertos argumentos en defensa de la norma. No voy a entrar en lo que nadie discute (carencia de CTS, vacaciones solo de 15 días, remuneración diferente…).
Urresti y Otárola deben dimitir
El segundo, el Ministro de Trabajo y Promoción del Empleo, Fredy Rolando Otárola Peñaranda, por la que ha montado con esta ley. Así de simple. Cierto, él no la escribió, pero es su cartera. El segundo, el Ministro del Interior, Gral. EP (r) Daniel Belizario Urresti Elera, por la que ha montado con las masivas manifestaciones. En las primeras manifestaciones la represión fue brutal (la acostumbrada por nuestra policía, tampoco pensemos que es algo fuera de lo común), pero en las de ayer, donde el ministro se las quiso dar de conciliador, en realidad llegó a insinuar una vulneración masiva del derecho a la manifestación. Sus amenazas veladas subieron tanto de nivel que la propia defensoría del Pueblo tuvo que salir a poner puntos sobre las íes (PDF). O deberían echarles. (No pasará ninguna de las dos cosas porque ambos son del agrado de la pareja presidencial, claro).
Organización y lucha contra una reforma negativa
La ley Pulpín, o esa norma que lo único que hará es arrebatar derechos a los trabajadores jóvenes, ha sido contestada masivamente en las calles. Por supuesto, algunos prefieren ocultar el origen de todo y fijarse en los actos de violencia ocurridos (que, a pesar de todo, son anecdóticos simplemente), obviando que en la mayoría de casos la policía comenzó los desmanes; esa que reprime por órdenes del gobierno, esa cuyo arma son las bombas lacrimógenas y los palos.
Trabajo precario, cortesía de gobierno y Congreso
«Beneficiará a unos 260 mil jóvenes que estarán en planilla y contarán con 15 días de vacaciones, pero no tendrán CTS ni gratificación.» (La República)
¿Cómo que beneficiará a esos jóvenes? Hace no mucho protestaba en esta página por una medida del gobierno que premiaba el incumplimiento de la legislación laboral, ahora toca señalar una cachetada a la juventud peruana. Para formalizar el empleo que ya existe no hace falta rebajar las condiciones legales del trabajo, sino aplicar la ley existente. Esto es, si las empresas no formalizan los contratos es, básicamente, porque no quieren; generar un régimen de precarización del trabajo como «gancho» para la formalización es disparar al pie, es hacer que los contratos que se celebrarían de todas formas se realicen con peores condiciones para los trabajadores.
Voto libre: una cuestión de principios
De cuándo en cuándo vuelve a salir el tema del voto obligatorio en Perú, si conviene mantenerlo o quitarlo. Las opiniones están ahí, de todos los palos y para todos los gustos; desde los que creen que, por principio, debe ser obligatorio (en tanto que el sufragio es entendido como un deber ciudadano) y los que pensamos, en cambio, que o es voluntario o no tiene sentido; existen posturas intermedias, llamémoslas así, que se fijan sobre las consecuencias de una forma u otra al momento de votar, así pues, están quienes por principio preferirían el voto voluntario pero nos ven o como una democracia aún joven o desinstitucionalizada o, en el peor de los casos, temen simplemente que una baja votación abra el espacio para los antisistemas, que deslegitime a las autoridades electas. Dentro de este último grupo creo que podemos encajar a Carlos Meléndez, que en su columna de hoy, «¿Voto voluntario u obligatorio?», se ocupa del tema.