Ayer se abrió el plazo de firmas del Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA; PDF). Es una buena noticia que ya más de 60 países lo hayan firmado (PDF)*, lo cual es el primer paso rumbo a la entrada en vigor de ese instrumento internacional (que requiere de cincuenta ratificaciones). El TCA fue adoptado hace un par de meses por la Asamblea General de la ONU en abril, con el voto favorable de 154 estados (entre ellos EE.UU., cuya postura con respecto a este texto cambió por el 2009), en contra tres (Siria, Corea del Norte e Irán), la abstención de 23 (entre ellos China y Rusia) y la ausencia de muy pocos (13). Un camino tortuoso iniciado en el 2006…
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Lima: Algunos sí deberían ser revocados
Cuando ganó por poco Susana Villarán la alcaldía de Lima se llevó un premio extra: La mayoría absoluta de los regidores. Así funciona nuestra legislación electoral. Pero eso también significa que la mitad del consistorio que no pertenece al equipo que gobierna Lima se enfrenta a la revocatoria conjuntamente con la alcaldesa, Susana Villarán. En El Comercio explicaron muy bien cómo se vota en esta consulta (PDF de la cédula). Si se fijan en esa hoja verán que aparece el nombre del regidor (y la alcaldesa) pero no del partido con el que se presentaron. ¿Usted conoce a todos los regidores? Personalmente a mí ni me suenan la mitad de los nombres.
UN se descompone, otra vez
Imagínese una alianza electoral que intenta aglutinar a las fuerzas de la derecha cristiana y la liberal, imagínese que, además, se llena de «independientes», gentes de derechas que no quieren compromisos partidarios pero sí los cargos políticos, imagínense que las distintas formaciones que se juntan en la alianza no están dispuestas a dejar sus propias agendas, imagínense que es un partido con más «personalidades» que militantes, donde las lealtades son nulas, todo en un contexto caudillista en que los partidos no importan…
Revés anunciado para el voto facultativo
«El voto voluntario no tiene aval», cuentan en Perú21. Seguimos en las mismas: Los partidos políticos en Perú no quieren democracia, e insisten en el voto obligatorio, que ni es derecho ni es nada. El APRA ha vuelto a plantear un proyecto para reformar la constitución e introducir el voto voluntario (ante el actual panorama de voto obligatorio, con multa por no votar). Lo peor son las razones, por llamarlas algo, para mantener la absurda contradicción de voto obligatorio. Vivimos en tiempos oscuros, donde se recurre a los mismos argumentos que en su momento se esgrimieron en favor del voto censitario (solo para propietarios), el voto machista (en contra del voto femenino) o el voto limitado a los que sabían leer.
Siguen queriendo complicarlo todo
Cuando el Partido Nacionalista Peruano se vio impedido de presentarse a las elecciones generales de 2006 buscó un partido que sí podía para hacer una extraña amistad y tirarse a la piscina electoral, fueron el partido más votado para el Congreso y ganaron la primera vuelta (UPP, no eran una «coalición electoral», en el sentido legal de la expresión, más bien, miembros del PNP se presentaron por UPP, contando el candidato presidencial), en esas elecciones una barrera electoral nacional impidió a un partido, el segundo más votado en La Libertad (por delante de UPP y UN, por detrás del APRA) consiguiera un escaño (peligraron tres curules, los del PP consiguieron saltar la valla), tras esas elecciones (y la reválida de las municipales y regionales), el propio PNP junto con muchos otros partidos perdieron su inscripción gracias a la ley de Partidos. La ley de Partidos, para seguir abundando, tiene una exigencias altísimas para poder inscribir formaciones políticas, busca grandes partidos y solo encuentra formaciones que, una vez en el Congreso, explotan por todos lados (buenos ejemplos son UN y UPP, divididos en infinidad de grupos, y la cantidad de «no adscritos» que ahora pululan por el parlamento, gracias, en cierta medida, a los tejemanejes nada claros del APRA y que nuestros políticos estén en venta constante).
Alva Castro Presidente (del Congreso)
Dos malas noticias en una sola: Queda patente que el APRA hace y deshace a su antojo en un Congreso donde ellos son el 30% de la representación, y Luis Alva Castro vuelve a primera línea política como Presidente del Congreso de la República. Lo dicho, dos malas noticias en una sola. Primero lo primero: Alva Castro como mandamás en el Congreso, en reemplazo de Velásquez Quesquén (ahora Primer Ministro).
Voto voluntario y Unidad Nacional
Hace unos días uno de los gerifaltes de Unidad Nacional (del Partido Popular Cristiano realmente, ya que UN se ha disuelto de hecho) declaró: «Se necesita realizar reformas constitucionales para trabajar un modelo político fundamental en el país y esto pasa por la bicameralidad, eliminar el voto preferencial y el voto obligatorio, son temas que se necesitan priorizar» (la negrita es mía). Es interesante el cariz reformador que tiene el PPC en el actual parlamento, y aunque pongo pegas a casi todas sus líneas de actuación, lo primero que uno piensa es «en algo están al menos», pero luego recuerdo la realidad: Unidad Nacional votó en contra de la reforma constitucional para eliminar la obligación del voto.
Chiquita: Suspenden UN
Marco Parra, secretario general de Solidaridad Nacional (SN), ha anunciado la suspensión de la alianza entre el Partido Popular Cristiano (PPC) y SN. Parra afirma que esta ruptura es de mutuo acuerdo y se produce porque tenían «puntos de vista diferentes». Tras el cisma provocado por el apoyo de Fabiola Morales y otros miembros de SN a la lista oficialista para la mesa directiva del Congreso, siendo esta la enésima vez en que en un tema clave los de SN se desmarcan de la posible decisión conjunta con el PPC dentro de UN, es la crónica de una muerte anunciada.
La nueva directiva del Congreso
28 de Julio, día de la declaración de Independencia. Un buen momento, como cualquier otro, para revivir el último gran escándalo del Congreso: La elección de la lista oficialista «gracias» al pacto (ahora expreso, no cabe dudas) entre el APRA y Fujimori (con visitas ministeriales al reo para que los súbditos del mismo voten por la estrella) y la desmembración de lo que quedaba de la oposición. Como dice Ernestos Cárdenas, ciertos pactos apestan, y sin dudas, este ha sido uno de esos.
Censura a Alva Castro: División y fidelidad
Hemos pasado de analizar el por qué Alva Castro debe irse (y en este sentido recomiendo el seguimiento de los distintos casos del Ministro realizado en la bitácora Desde el Tercer Piso), a ver un paseo de amenazas dentro de los grupos opositores sobre posibles disoluciones de alianzas, acusaciones varias, pactos «por lo bajo» de algunos congresistas que juegan «a dos bandas», y, por supuesto, un alegato a favor de la disciplina de partido (en un país donde, salvo tal vez en el APRA, brilla por su ausencia). Y esto es bastante interesante la verdad, casi más que la censura (si no fuera por todo lo que nos jugamos con la censura y la necesidad de la misma).