Chávez al grupo de trabajo de DD.HH., una burla

Martha Chávez, la fujimorista que no pertenece a esa familia por excelencia, será la presidenta del Grupo de Trabajo sobre Derechos Humanos dentro de la Comisión de Justicia. Por supuesto, las organizaciones de DD.HH. ya pusieron el grito en el cielo. ¿La respuesta de Chávez? Atacar a la Comisión de la Verdad y Reconciliación -porque el enemigo es quien sacó a la luz los múltiples crímenes… y no critica porque se quedaron cortos, sino porque criticaron a su amado líder y llamaron delito a matanzas que ellos siguen justificando- y a todos los que ella llama «seudo defensores de DD.HH.», que son básicamente todos los que señalamos a los militares y sus mandos -también los políticos- cuando delinquen contra la sociedad en su conjunto vulnerando los DD.HH. Nada nuevo bajo el sol.

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Ante la posible ausencia de Chávez

¿Es posible un chavismo sin Chávez? Esa pregunta ronda muchas cabezas estos días, algunos se apresuran a contestar que no (rezando a todos sus dioses para que su intuición no falle) y otros que sí (poniendo de ejemplo las recientes elecciones regionales donde Chávez no ha participado casi nada, obviando el hecho de que Chávez sigue ahí y se ha apostado por su continuidad). Personalmente no estoy tan seguro de ninguna de las dos opciones. Por un lado Chávez ha conseguido un poder cercano al de un rey absolutista, en todos los niveles posibles hay chavistas al mando (sean o no electos), y estas elecciones han dado un buen ejemplo de esa fuerza, pero por otro es un movimiento muy personalista, el punto de referencia no es una ideología (el propio Heinz Dieterich se apartó del chavismo ya hace años), no es un cuerpo normativo (no es la constitución, mucho menos tras fracasar el referendo de hace unos años), es Chávez, es su discurso (¿esperanzador? sin dudas), es su dirección, su mando. Venezuela es un feudo de ese hombre, que se dedicó por años a cortar cuanto debate interno surgiera, a impedir figuras emergentes y aglutinantes. Ahora ha nombrado a un sucesor (porque puede) pero tal vez sea demasiado tarde. Lo único que une a los chavistas es el poder, y el poder es Chávez.

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Chavín de Huántar y Montesinos

La Operación Chavín de Huántar en la que liberó la casa del embajador de Japón de un comando del MRTA sigue dando que hablar. Esta vez un fallo polémico de la mano de la Tercera Sala Penal Liquidadora de la Corte Superior de Lima, por un lado, la sentencia asegura que el «Camarada Tito» (el emerretista Cruz Sánchez) fue ejecutado extrajudicialmente tras ser capturado, por otro lado absolvió a Montesinos, a Hermoza Ríos y Roberto Huamán en tanto que se consideró que no existió un comando paralelo (una defensa constante de los comandos era que si existieron ejecuciones fueron, las mismas, cometidas por agentes que no pertenecían a los heroicos comandos). Se estableció en la resolución judicial que ese ajusticiamiento fue un hecho aislado producido por un militar de gatillo fácil contraviniendo órdenes. Además se determinó que las muertes de Hernán Luz Meléndez Cueva y Víctor Salomón Peceros Pedraza fue en combate, al solo haber un testimonio que indicara que se rindieron, siendo esto no suficiente para probar la ejecución extrajudicial, además de tener múltiples heridas de bala (a diferencia de Tito).

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¿Urge un Senado?

Lo que urge, realmente, es plantear un proceso de descentralización real, no ese no sabemos qué tenemos regional actual, no este sistema de mando imperfecto en las regiones y donde el presidente de la república se salta la autoridad regional para dirigirse directamente a la local, donde nadie sabe para quién trabaja, donde la traslación de departamentos a regiones es un error con el que Humala ya ni se plantea acabar (y donde García perdió rápidamente interés en el pasado), donde, en otras palabras, jugamos como si tuviéramos ya un estado descentralizado, cuando lo que tenemos es un tablero de ajedrez y fichas que no corresponden, así como un manual de instrucciones incompleto, y por ello caemos no pocas veces en discusiones bizantinas que a nada llevan.

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Pena de muerte: ¡Que no!

Pena de muerte. Un tema recurrente en nuestra prensa. Un tema recurrente en los procesos electorales. Un tema recurrente entre los que solo ven la «mano dura» como la solución a todo. Y un paso que jamás debemos dar*. Ahora el tema de moda es la pena de muerte para los narcoterroristas que secuestran niños para que sean futuros senderistas. Al oportunismo en materia penal y petición de mano dura que nos tiene acostumbrados el fujimorismo parlamentario, hay que sumarle las burradas soltadas por Luis Bambarén (y digo burradas porque su rectificación no es tal, no totalmente, hablar de merecer la muerte).

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AlB: Igualito habla con un fujimorista

Undécima tira de Igualito, esta vez sacando el lado más friki de nuestro estimado protagonista al hablar del autogolpe de Fujimori de 1992. Segunda tira consecutiva con Igualito tratando de hacer una broma en la tercera viñeta de la tira, pero bueno, es que es gratis ese esquema… Sé que es delito de lesa humanidad citar el episodio III de Star Wars (al ser uno de las tres películas que jamás debieron existir, al menos no con esa ejecución), pero esa frase (y momento) en el Senado vienen bien para reflejar algunos discursos.

Repartiendo comisiones en gerundio

Las comisiones parlamentarias se distribuyen, más o menos, según el peso en el hemiciclo de los distintos partidos, así que lo interesante es ver quién se lleva qué presidencia. Digamos que el presidente tiene ciertas prerrogativas que, delante de una comisión, pueden permitir el trabajo de una forma u otra. Es por eso, por ejemplo, que Gana Perú se ha asegurado comandar la comisión de Constitución y Reglamento, es una forma de dar un impulso especial a las reformas que, nos anuncia el partido, quiere hacer. El reparto preliminar (a falta de lo que hagan en el pleno) nos deja algunas cosas interesantes para comentar.

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Sobre el caso de peculado de Carlos Raffo

«[E]s obvio que no sé quién dejó el dinero»
Carlos Raffo

No me imagino cómo debe ser la vida de una persona en entradas y salidas de dinero para que reciba ni más ni menos que 450 mil dólares en el año 2000 y no sepa (y lo considere obvio) quién le dejó el dinero. En marzo de ese año la RMV era de 410 soles mensuales, y el cambio rondaba los 3,5 soles por dólar, esto es, Carlos Raffo recibió 305,3 veces el salario bruto anual en términos de sueldo mínimo en un periodo de un año más o menos y ni se preguntó quién le daba la plata realmente. En donde trabajo está contado hasta el último centavo, incluso asumiendo que hay dinero que no se puede controlar (por falta de tiques y demás), 430 mil dólares es demasiado dinero para que entre en la zona oscura de esa plata que no sabes ni a dónde va ni de dónde vino.

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Humala: Una elección por el «mal menor»

¿En diez años nos vamos a arrepentir? Puede, pero no queda otra

ollantahumalarotoscopiadoHugo Neira plantea que si elegimos a Ollanta Humala en 10 años nos vamos a «arrepentir», como pasó con la elección de Fujimori frente a Vargas Llosa en 1990. Fujimori salió rana, como también pasó con Alan García (tanto su primer gobierno como este segundo) y antes con Alejandro Toledo. No es que hayamos tenido mucho tino en los últimos cientos de años con nuestros gobernantes, sean «electos» o «autoproclamados». Ollanta Humala no es mi opción preferida, es, posiblemente, uno de los últimos candidatos por los que hubiese votado, pero como todo lo relativo, si el penúltimo (tampoco lo es) se enfrenta con la última, la decisión favorece al «menos malo», sin eliminar la idea de que es «malo».

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Los compañeros de viaje de Fujimori, antiguos y actuales

Rafael Rey suelta una burrada cuando intenta defender a la vez que mantener su posición sobre las esterilizaciones forzosas al decir que no fueron «contra su voluntad, sino sin su voluntad» (se debe presumir que es «contra» la voluntad de alguien lo que normalmente exige su voluntad expresa y clara para ser válido), el filofascista de Rey aseguró que Keiko era consciente del daño hecho pero que ella no era su padre y que no cometería ese «error» («error», eufemismo para no decir «delito»), cada vez que aseguran que Fujimori no es su padre sale alguien de la vieja guardia de Fujimori padre que hoy por hoy son parte del equipo de Fujimori hija para recordarnos que el fujimorismo no admite «errores» y que niegan sus delitos, así Alejandro Aguinaga, congresista electo por Fuerza 2011 y ex ministro de Salud durante el fujimorismo, afirmando que la gran mayoría de esterilizaciones forzosas no fueran tales, fueron voluntarias, y que las forzosas fueron «casos aislados». La propia campaña pública mentía a las mujeres, el plan contra la pobreza era acabar con la reproducción de los pobres. El viejo fujimorismo sigue negando los delitos que cometió de forma sistemática, el viejo fujimorismo es el actual fujimorismo comandado por Keiko.

Tienen un plan… Hagamos que fracase

No a Keiko FujimoriHace casi 4 años salió publicado en el conservador diario chileno «El Mercurio» un reportaje sobre las intenciones de Alberto Fujimori de presentar a su hija, Keiko Fujirori, a la presidencia del Perú si él no pudiera presentarse (los cables de Wikileaks confirman el plan global de la vuelta del fujimorismo), hace cuatro años afirmé, al final de un artículo, lo siguiente:

«Por suerte, no creo que los peruanos seamos tan idiotas como para aupar otra vez al fujimorismo a la casa de Pizarro, no creo que el APRA lo haga tan pero tan mal que vuelva a permitir que un Fujimori ocupe palacio, y no creo que la izquierda sea tan inocente de confiar otra vez en un Fujimori como el mal menor (bastante torpes hemos sido en las últimas elecciones -y bueno, las de los últimos 25 años más o menos-). Pero, por si las moscas, hay que estar atentos a las maquinarias publicitarias de un ex mandatario que siempre ha tenido buenos asesores en eso de manipular.»

Para pitonisa no valgo, eso lo tengo más que comprobado. Hoy veo las encuestas, de una arrolladora victoria de Ollanta Humala hemos pasado, primero, a una victoria holgada de la ex primera dama y, ahora, de un final de fotografía que favorece a la hija del criminal Fujimori.

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Consideraciones varias sobre los resultados limeños para el Congreso

Hablamos demasiado de las elecciones presidenciales, tal vez porque se prolongan bastante más en el tiempo que las del congreso, tal vez porque realmente somos un país fuertemente presidencialista, tal vez porque son más interesantes para los inversores, tal vez porque el Congreso no nos importa para nada, tal vez… Tal vez tantas cosas. Al margen de una curiosa entrada de Ocram (por más que su DNI se empeñe en llamarle Marco Sifuentes) y de denuncias varias sobre los nexos de tales o cuales congresistas o con las mineras (esas que tan dadivosamente financiaron la campaña de muchos candidatos, y de distintos partidos a la vez) o con los narcotraficantes, u otras yerbas nada positivas sobre los representantes del pueblo, se habla poco del Congreso. Veíamos un minuto a minuto de los resultados presidenciales en distintos medios, afanados por actualizar la información, esa final que no fue de foto pero estuvo cerca, mientras que del Congreso no teníamos ni noticias lejanas (algunas sí). En la presente entrada me centraré en la circunscripción de la Provincia de Lima y Extranjero, la más grande con diferencia del Perú (y en la que yo ejerzo mi derecho-deber al voto) y jugaré con los resultados, no sin antes llamarles la atención por los siempre indeseables efectos de la barrera electoral.

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Fujimoristas contra fujimoristas

La «ruptura» dentro del fujimorismo es casi graciosa. Y falsa. En todas las elecciones pasa algo como esto, uno de los tantos movimientos que se reclaman fujimoristas intenta ir por libre, y el resto, en mancha, le niega el carné de autenticidad, o algo así. Lo más gracioso es que esta vez la facción «disidente» es ni más ni menos que Cambio 90, partido que lanzó a Fujimori en 1990, partido que se niega a seguir el camino marcado por la actual lideresa del fujimorismo (hija del caudillo) que ha fundado el enésimo partido fujimorista (en el ADN del fujimorismo está el fundar partidos y movimientos como quien cambia de lema electoral, forma parte de su política anti-partidos) por… por… por lo que sea. En fin, Carlos Raffo dice que los de Cambio 90 no son fujimorista, pero ¿qué es ser fujimorista realmente? Porque si es entrar en política para forrarse a costa de todos, idolatrar a un líder preso por casos de corrupción y crímenes contra la humanidad, justificar matanzas, apostar por la mano dura y por «el mercado» y odiar la democracia de partidos y todo lo que huela a izquierda así como ocultar la propia ideología bajo el paraguas del «pragmatismo», Cambio 90 es tan fujimorista como Carlos Raffo.

Romerías partidarias y caudillos varios

En Perú no tenemos partidos. Tenemos marcas electorales, y posiblemente el APRA (y sin exagerar tampoco), pero no mucho más. Eso sí, tenemos una buena cantidad de caudillos de distintos niveles, hombres-marca que en sí mismos aglutinan votos, y si se juntan varios de ellos bajo un eslogan pegadizo y un par de colores mal combinados, obtenemos lo que normalmente llamamos «partidos políticos». Gracias al chiste de Bayly tenemos un manual para bobos de la política de partidos en Perú del Jorobado de Notre Dame (por algunos conocido como Carlos Meléndez).

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Revés anunciado para el voto facultativo

«El voto voluntario no tiene aval», cuentan en Perú21. Seguimos en las mismas: Los partidos políticos en Perú no quieren democracia, e insisten en el voto obligatorio, que ni es derecho ni es nada. El APRA ha vuelto a plantear un proyecto para reformar la constitución e introducir el voto voluntario (ante el actual panorama de voto obligatorio, con multa por no votar). Lo peor son las razones, por llamarlas algo, para mantener la absurda contradicción de voto obligatorio. Vivimos en tiempos oscuros, donde se recurre a los mismos argumentos que en su momento se esgrimieron en favor del voto censitario (solo para propietarios), el voto machista (en contra del voto femenino) o el voto limitado a los que sabían leer.

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