El peñón del circo

Iba a poner de título, en un alarde de creatividad desmesurada, «El peñón de la discordia»… pero lo que hay con Gibraltar no es discordia como tal (que sí), sino mucho, pero que mucho circo. Y parece que siempre es en verano o cuando faltan otros temas para servir los periódicos y tertulias de radio (sí, «servir»). Y pico el palito y me meto en este follón absurdo.

La verdad es que el tema es jurídicamente simpático, políticamente entretenido (en el plano diplomático) y lleno de comentarios totalmente fuera de lugar (esos contertulios, ¡qué haríamos sin ellos!), con una mezcla de lo público, lo privado y lo fiscal que resulta hasta tierna. Todo ello sazonado de mucho pero que mucho patriotismo (por parte de todos), y demagogia barata (y cara).

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Berrinche: El trabajador oferta Trabajo, no lo demanda

Esto es un «berrinche» en el sentido más estricto; y una maldición entre dientes a quien lo escribió y al que lo editó. En uno de esos horrorosos libros de texto que usan ahora los chicos me encuentro -dando apoyo de cara a la recuperación de septiembre- la definición imposible: El empresario oferta Trabajo y los trabajadores lo demandan. Lo hacen para mantener el mismo «estilo» que en el mercado de bienes y servicios: el empresario oferta y el consumidor demanda. Pero justamente se estudia por separado los mercados de trabajo por sus peculiaridades, y la principal es que el empresario es el que demanda el trabajo y las personas quienes constituyen la oferta -los neoclásicos tienen claro ese punto, no es un tema de clásicos frente a noclásicos-; sin tener claro ese «detalle» todo lo demás carece de sentido, todas las peculiaridades y toda la estructura, así como lo segundo más importante: Es un mercado derivado. Si la estructura fuera como dice ese «libro», en un contexto como el actual (exceso de demanda -la de los trabajadores, por el desempleo- y escasa oferta -la de los empresarios-), el precio del trabajo (salario) subiría, no bajaría (la receta liberal, sea dicho). Quien tiene el trabajo (la fuerza de trabajo) es la persona, no la empresa, el empresario necesita convertir la fuerza de trabajo en bienes y servicios, para ello tiene la organización, el capital y consume la materia prima necesaria. Edito: Estos casos me causan problemas; lo que el alumno quiere es aprobar, si el profesor es de los que se apegan a los manuales, tiene que repetir los mismos aunque la información no sea del todo «correcta», así que uno debe ayudarle a que sea capaz de hacer eso, entendiendo lo que pone… ¡pero es que lo que pone está mal! ¿Qué hago en esos casos? Hasta ahora voy por lo «fácil», repito lo que pone el libro, le digo que está mal, le explico por qué y puntualizo: «en el examen pon lo que dice el libro, y si te atreves, agrega lo que te estoy explicando yo».

Reforma laboral en una ley ómnibus con «nombre» positivo

Me encantaría conocer al que se encarga de poner los nombres a las leyes en España. Sé que no hay «una persona» con dicha ocupación, pero hay veces que merece un premio por saber ocultar todo en un nombre casi positivo. Eso pasa con el Real Decreto-ley 11/2013, de 2 de agosto, para la protección de los trabajadores a tiempo parcial y otras medidas urgentes en el orden económico y social (PDF, otros formatos). Por favor, vuelvan a leer el nombre. Los operadores jurídicos tendemos a llevarnos mal con las leyes ómnibus, esas que tocan mil y un temas, a veces con mucha profundidad, a veces por encima, pero que no hay un hilo conductor claro, sino un remiendo de inconexos temas que los han metido todos dentro de la misma norma para ahorrar procesos y procedimientos (algunas sí tienen un tema transversal claro, otras, como este, son «económicos y sociales», o sea, todo).

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Sobre el 27J y los medios

Hay algo internacional: La información totalmente centrada en la violencia por parte de quienes están en contra de dicha protesta. Y si se puede, se acusa de terrorismo y santas pascuas. Algo así está pasando con el «27J» en Perú, que también será un «28J» (no hay mejor forma de celebrar la independencia que reclamando derechos y en contra de los abusos del poder).

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De «repartijas» y sistemas

Hace no mucho se mencionaba como causa de la no-existencia de «indignados» en Perú que los mismos habían ganado las elecciones en 2011. Puede que en parte fuera cierto. Puede, también en parte, que esos motivos de «indignación» (caída estrepitosa de la confianza en las instituciones públicas) en nuestro país no se dieron en un corto plazo, más bien vienen produciéndose desde hace más de treinta años. Más aún, gobiernos enteros han insistido en desprestigiar sus propias instituciones. ¿Cómo puede nadie indignarse con la falta de representatividad del Congreso de la República si nadie cree que represente algo? Los congresistas en Perú siempre han tenido una valoración bajísima. La corrupción nos ha acompañado tantos años que hay muchos que cínicamente la apoyan («roba, pero hace obra»).

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La izquierda que necesita…

¿Se enteraron que el otro día tuvimos una «Jornada de lucha» en todo el Perú? Sí, seguro que sí. Muchos de ustedes -la grandísima mayoría- se enteró tarde y solo por los «inconvenientes» («caos» según ciertos medios). Ando lejos, ustedes lo saben, así que de las cosas me entero por pura fuente indirecta; es increíble -no, increíble no es el adjetivo correcto, justo lo contrario- cómo los principales medios dedicaron páginas y bits para enseñarnos el «desorden» pero no contar nada, esto es, no decir por qué y para qué se salía a la calle, que era lo importante. Todo lo demás es anécdota -exagero-.

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Wert y el clasismo

Posiblemente ningún ministerio esté dejando más claro el conservadurismo y clasismo del gobierno como el de Educación. Ni Empleo (Báñez), ni Justicia (Ruiz-Gallardón), ni Sanidad (Mato), ni Interior (Fernández), ni Economía (Guindos), ni Hacienda (Montoro) están a la altura del clasismo que está demostrando el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert Ortega. Y miren que se empeñan, las reformas laborales de Báñez, las de Ruiz-Gallardón, los estropicios de Mato (contando, por supuesto, el pasar olímpicamente de temas como el aborto y decir que eso es de Justicia), los ajustes del dúo dinámico De Guindos-Montoro o el conservadurismo filofascista de Fernández con respecto a, bueno, todo, desde la homosexualidad hasta las manifestaciones en la calle. Se empeñan en conseguirlo, pero Wert abre la boca y se lía parda.

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Sobre la posición de Ollanta Humala en el espectro

Ni es ni quiere serlo. Estos días volvió el debate con fuerza: ¿es Humala un izquierdista? (véase por ejemplo las columnas de Sifuentes y Tanaka). Pues no, no lo es. Él viene diciéndolo desde hace tiempo, e insistiendo en esa idea. Hacerse aliado electoral de algunos que sí lo son no le volvieron más que eso, un aliado (nada, acá no vale tanto el «dime con quién andas y te diré quién eres», sobre todo cuando las compañías son variadas, dispersas y fugaces). Ahora sus principales aliados son otros, y están todos a la derecha del espectro político (a los antiguos amigos ni el pan).

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Firme aquí, por favor (o eres el demonio)

Me encanta ver cómo se «pontifica» la proposición no de ley que firman el PP y el PSOE. No solo eso, se ataca directamente a los partidos que no han querido firmarla. ¿Por qué no se unen al pacto? ¡Es por intereses electorales! Chillan desde el PP y el PSOE (y sus acólitos tertulianos). Es por señalar y atacar al bipartidismo, no por convencimiento… Vamos a dejar claro dos cosas: No se invita a nadie a la redacción del texto (así que no es un pacto o acuerdo, es un documento de adhesión para el resto); el día de la presentación-firma pública no se llegó a invitar a todos los grupos y, al ver que solo una formación aceptaba asistir, lo cancelaron sin más, dejando colgado a la única formación que estaba bien dispuesta (una falta de respeto gorda). En fin, parece que más importante es la foto del pacto que el contenido (se nos ha comunicado cuatro cosas con las que, por cierto, yo no firmaría); parece que se usa para acusar a ciertos grupos de no pactar por sentimientos mezquinos (sin tomar en cuenta ni su ideología ni el proceso del no-pacto). Personalmente dudo de la utilidad de este tipo de pactos, más cuando lo importante es la foto.

¿Sin culturas democráticas?

«Pero desde su propia génesis resulta ilegítimo democráticamente hablando. No nos sirve.»
Víctor Alonso Rocafort en El Diario.

Les recomiendo la lectura del artículo de Rocafort, «Expertos, objetividad y odio a la democracia», publicado ayer. Sin querer descontextualizar la frase citada, creo que se equivoca en plantear esas «comisiones» como parte del problema. En realidad la cuestión no está tanto en quién o cómo se hace un borrador, sino en lo que se hace luego con él. Bien señala Rocafort a lo largo del texto enlazado varias de las cuestiones, el discurso que envuelve dichos proyectos, la falta de debate posterior (ahí hay que incidir) y, por supuesto, ese «odio a la democracia» que se ve en la propia estructura de toma de decisiones y en cómo las mismas se venden. El problema, en el fondo y como ya señala el autor, es que vivimos en una democracia formal donde el acto de votar agota la vida pública… acto que luego no sirve para nada (como vieron los griegos o italianos recientemente).

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Contrato de emprendedores: ¿un fracaso?

Las empresas de cincuenta o menos trabajadores constituyen, según datos del Directorio Central de Empresas del Instituto Nacional de Estadística, el 99,23% de las empresas españolas. La reforma laboral trata de facilitar la contratación de trabajadores por parte de estas empresas, que representan a la mayor parte del tejido productivo de nuestro país y que albergan las diversas fórmulas de organización empresarial que posibilita nuestro ordenamiento jurídico, entre las que cabe destacar el trabajo autónomo y las diversas familias de la economía social. Con esta finalidad se crea una nueva modalidad de contrato de trabajo por tiempo indefinido de la que sólo podrán hacer uso las empresas que tengan menos de cincuenta trabajadores que, pese a la situación de crisis económica, apuesten por la creación de empleo. Además, se establecen dos incentivos fiscales para sujetos pasivos del Impuesto sobre Sociedades y contribuyentes del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas que realicen actividades económicas, destinados a incentivar este tipo de contrato. El primero de los incentivos resulta aplicable exclusivamente a aquellas entidades que carezcan de personal contratado, mientras que el segundo va destinado a las empresas de cincuenta o menos trabajadores, que realicen la contratación de desempleados beneficiarios de una prestación contributiva de desempleo.

El párrafo citado corresponde a la exposición de motivos de la Ley 3/2012, de 6 de julio, de medidas urgentes para la reforma del mercado laboral, que modificó levemente la anterior Real Decreto-ley 3/2012, de 10 de febrero (una de las cosas que cambió fue, justamente, la redacción de ese párrafo, no el contenido), esto es, la última gran reforma laboral en España. Por ahora, que en nada nos caerá una más gorda. Sobre este contrato hablé bastante en su día, así que acá no entraremos en la regulación sustantiva, sino en su utilización práctica.

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Breve sobre el reglamento de la Ley del Servicio Militar

El gobierno, en vez de recular en su absurdo plan de hacer obligatorio el servicio militar voluntario (que ahora lo de voluntario es más sarcasmo que realidad) aprobó el Decreto Supremo Nº 003-2013-DE, Reglamento de la Ley Nº 29248, Ley del Servicio Militar (PDF de El Peruano de 3 de Junio de 2013, los anexos se publicaron el 4). Mantiene, claro, algunos de los problemas, como que sigue manteniendo una exclusión solo a los universitarios (sí, el presidente del Consejo de Ministros dice que no hay distinción, que «universitario» es una categoría propia de la Ley, eso no es cierto, para que funcione la exhoneración es necesario una acreditación de la Universidad, ¡¡universidad!! no centro de estudios o similar, por ello exige copia del carné universitario). La norma no solo es discriminatoria sino que «lo sabe», «sabe» que el que hará el Servicio Militar es de clase baja y de ahí los beneficios diseñados. Es hora de plantear en serio un movimiento de insumisión militar.

Notas sobre el Tratado sobre el Comercio de Armas

Ayer se abrió el plazo de firmas del Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA; PDF). Es una buena noticia que ya más de 60 países lo hayan firmado (PDF)*, lo cual es el primer paso rumbo a la entrada en vigor de ese instrumento internacional (que requiere de cincuenta ratificaciones). El TCA fue adoptado hace un par de meses por la Asamblea General de la ONU en abril, con el voto favorable de 154 estados (entre ellos EE.UU., cuya postura con respecto a este texto cambió por el 2009), en contra tres (Siria, Corea del Norte e Irán), la abstención de 23 (entre ellos China y Rusia) y la ausencia de muy pocos (13). Un camino tortuoso iniciado en el 2006…

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A vueltas con el Régimen de Servicio Civil

Cuando se declaró transitorio el CAS hace algo más de un año (Ley Nº 29849, que establece la eliminación progresiva del Régimen Especial del Decreto Legislativo 1057 y otorga derechos laborales, PDF; por acá hablé de ella) quedó pendiente la creación del «Servicio Civil» en la administración. Pasó el tiempo, la eliminación progresiva del CAS comenzó el primer día del 2013 y no había aún un proyecto sobre la mesa. Deprisa y corriendo el gobierno terminó planteando uno a los pocos días de empezar el año (Proyecto de Ley 01846/2012-PE, del Servicio Civil, expediente), se mandó el texto a las comisiones pertinentes…

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