Los medios de comunicación están en campaña. Bueno, siempre lo están, pero este año me da la sensación de que es más descarado que otros. No podemos obviar que los medios de comunicación no son neutrales, tienen una línea editorial que responde a un marco ideológico concreto. Algunas veces, en pro de la pluralidad, dan espacio a voces discrepantes o son críticos también con «su bando». A veces, y pareciera que cada vez menos, también son capaces de distinguir lo que es un hecho, lo que es la interpretación y el análisis del hecho, lo que es una opinión pura, de lo que simplemente es propaganda o, en el peor de los casos, mentira y manipulación. Y todo lleno de condicionales para que algo que ni ha ocurrido ni se ha «anunciado» que se quiere que ocurra parezca una realidad palpable, un hecho causal necesario. No es así.
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De sesgos va la cosa [en D=a=]
Cuando pasan tragedias o, bueno, cualquier evento importante, sale a la luz la guerra de la información, contrainformación y sobre todo de desinformación. Esta última, una verdadera plaga que en los tiempos de las nuevas tecnologías de la información, curiosamente, ha crecido como nunca, es la que gana terreno gracias, en gran medida, a lo poco que conocemos los sesgos cognitivos y otros errores de razonamiento y lo poco que hacemos para combatirlos. No podemos negar que todas las personas tenemos sesgos en nuestra percepción, es tarea de cada una luchar contra estos para poder razonar y racionalizar de la mejor manera posible. Estos días de pandemia los bulos corren con más velocidad, si cabe, que en periodos electorales. Además, se hacen palpables algunos sesgos, como el de recapitulación o retrospectivo, con un montón de cantamañanas que nos dicen que ellos o ellas ya avisaban de que todo esto pasaría cuando la hemeroteca muestra claramente lo contrario. Pero aún así, damos por buenas sus expresiones. Es cierto que muchas veces no estamos ante un «sesgo» propiamente dicho, esto es, la persona que pronuncia ciertas palabras sabe perfectamente que está mintiendo, pero por ahora prefiero tratar todo desde el punto de vista de la estupidez antes que de la malicia (de los pensamientos de Diderot hasta el principio de Hanlon), por puro beneficio de la duda. Este pequeño artículo es una recopilación de algunos de estos sesgos o perjuicios simplemente para que los tengamos en cuenta una vez que leamos, veamos o escuchemos una noticia, simplemente para someter dicha información a una segunda lectura o, en su caso, a la búsqueda de verificación antes de darla por buena.
Cataluña: la hora de la demagogia y la desinformación
Una sentencia anunciada (y filtrada) trae ya tres días de manifestaciones en Cataluña… y en el resto de España. En Cataluña se han producido situaciones violentas, sin dudas, pero están lejos de ser tan masificadas como lo que, a veces, se nos muestra. Claro que lo que se nos muestra tampoco corresponde con lo que está pasando (como esas imágenes de TVE por las que pidió disculpas porque son de hace 9 años).
Siga leyendo…Rafael Hernando y la RTVE
Hoy en Radio Nacional han entrevistado a Rafael Hernando Fraile, Portavoz del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados, y entre los temas tratados está el de la dirección de RTVE. Hernando, además de quejarse de lo complicado del sistema, salió en «defensa» de la RTVE, dijo que no se podía acusar a esa casa de estar manipulando en favor del Partido Popular porque eso era dudar de todos los profesionales de los informativos. Indicó que sí, se podía discrepar de alguna línea concreta, pero no dudar de la profesionalidad de quienes trabajan en los informativos, así que insultó al PSOE y el resto de los grupos que acusan de manipulación al ente público. El conductor del programa escuchó y no dijo nada, cambiaron de tema.
Su casa, sus reglas
Cada vez se repite con más frecuencia: una persona con cierta llegada o un colectivo ven cómo su página o usuario en una -mal llamada- red social es bloqueado. Las explicaciones suelen ser nulas y las razones se encuentran, no pocas veces, en una coordinación de los «reportes» de algo que ha publicado esa persona o colectivo. Por supuesto, en esas redes hay mil mensajes peores -en todos los sentidos- que nadie ha reportado o no lo suficiente para su bloqueo. Además, en algunas de estas plataformas, por lo que quieren ser, directamente impiden que se suba o publique determinados contenidos, lo cual hasta obliga a cambiar logotipo a algunos colectivos.
Sobre los «clickbaits»
El 30 de septiembre Marco Sifuentes publicó «Oda al clickbait» en La República que, por cierto, es un titular «clickbait». Lo primero es explicar qué es «clickbait» (para no usar la definición de Marco, tiro de la Wikipedia): «[…] dependiendo de titulares sensacionalistas para atraer mayor proporción de clics y fomentar el envío de dicho material a través de las redes sociales. Los titulares clickbait típicamente apuntan a explotar la «brecha de curiosidad», proporcionando la información suficiente para provocar curiosidad al lector, pero no para satisfacer su curiosidad sin hacer clic en el contenido enlazado.» Sifuentes, conocido en la red (durante muchos años) como Ocram, fundador de Útero, sabe de lo que habla, tanto por el público que él ha sabido construir como por la comprensión de las prácticas en las redes peruanas y extranjeras… y justamente por eso lamento que se posicione así, por más que sea bajo ese «peor es nada» con el que acaba. Con lo pedagógico que es otras veces, acá se posiciona por la moda.
Gracias, Charlie Hebdo
En la tira 096 de Igualito hacemos nuestro pequeño homenaje a las víctimas del atentado contra Charlie Hebdo; y a todos los periodistas caídos durante el 2014 (con nombre propio) y durante toda la historia (ya que nos ponemos). La verdad es que esa persecución no siempre termina en la muerte del periodista, con lo que nos solidarizamos con todos los perseguidos (en todas las formas, por organizaciones estatales o no). JR Mora ha hecho un buen recopilatorio a otros homenajes (una serie de galerías con caricaturas sobre el tema, cientos de ellas).
Fujimori Condenado (caso Diarios Chicha) [actualizado con el texto de la sentencia]
Alberto Fujimori, expresidente del Perú, condenado por peculado al haber desviado fondos de las Fuerzas Armadas hacia el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) para que este comprara la línea editorial de los diarios chichas para la campaña electoral del 2000 (la re-reelección). La condena es de 8 años de prisión más tres de inhabilitación y una reparación civil en favor del Estado de tres millones de soles. Otra condena más para este prohombre (nótese la bastardilla).
Lo malo es que no es una inocentada
Hace no mucho, Marco Sifuentes contaba en La República cómo su actual medio masivo había superado a El Comercio en visitas (no a todo el grupo, solo a ese diario), les recomiendo leer las notas sobre eso: «Mira aquí qué significa nuestro primer lugar», «El día después del periodismo» y «De qué estábamos hablando». Esto ha generado una tendencia a frivolizar las portadas de los principales diarios, donde no en pocas ocasiones el recopilatorio de «los mejores memes sobre la noticia del día» supera en exposición y trascendencia a la propia noticia glosada.
Dos sobre la «Propiedad Intelectual»
Otra reforma, ahora sobre la ley de Propiedad Intelectual. Esta contenta a los más acólitos del gobierno (nomás miren la portada de ABC de ayer, La Razón la ve necesaria pero insuficiente) y a los «medios tradicionales» (en El Mundo ya lo plantean como la salvación de la prensa escrita) tras decir que los resúmenes o entradillas de noticias son pirateo (todo es ETA, digo, pirateo), ahora bien, esta es una nueva deuda de esos medios con el gobierno; editores digitales también contentos (se les excluye, en la práctica, de la «copia privada») y los productores y distribuidores abriendo copas de cava (más dureza contra las páginas de enlaces). Las entidades de gestión respiran tranquilas. Sí, les trae nuevas obligaciones, pero nada como lo que se temían; además que podrán actuar más contra intermediarios (páginas de enlaces).
Motivos para estar (o no) en las llamadas «redes sociales»
La semana pasada, tras mi rabieta, leí una interesante entrada en Guerra Eterna sobre Siria y la «actitud» de Facebook, no es de extrañar que FB «borre» ese tipo de contenido (previo toque de atención de gobiernos o multinacionales), no es de extrañar que los poderosos (gobiernos o grandes empresas) deseen con todas sus fuerzas que las voces oprimidas se canalicen por un medio centralizador (qué fácil es «cortar FB»* o pedir a FB que «borre» algo, sobre «cortar Internet» o pedir a otro tipo de proveedores que bloqueen) que, además, tiene muy claro que su objetivo no es ser el paladín de la justicia, su negocio y tema es otro (por ejemplo, si quieres mantener el anonimato ya atentas contra las condiciones de uso de FB, con lo que te pueden borrar la cuenta sin problemas). Me vinieron a la mente, también, los comentarios que hacen muchos sobre la cultura de la adhesión base de esas plataformas (entre ellos, David de Ugarte en el Poder de las Redes, Versvs cada vez que puede, y un librito sobre la Sociedad del Control donde también toca estos temas), lo cual imposibilita realmente la creación de alternativas; sumado recordé el artículo -que ya tiene muchos añitos- de la FIJL en El Fuelle nº 3, «¿Lucha? en Internet» (PDF, págs. 4 y 5)… ¿A qué viene todo esto?
Huelga portuaria, poder y medios
Históricamente los empresarios han hecho lo posible para reprimir a los trabajadores organizados, siempre a través de la represión mediante el Estado que no hace más que responder a sus intereses. Una vez que el movimiento obrero consiguió hacer valer parte de su fuerza, y las situaciones socio económicas recomendaron la estabilidad mediante el pactismo, decidieron así ceder ante unas cuantas reivindicaciones, aceptaron determinados derechos pero, una vez más, los vaciaron de contenido real, un buen ejemplo es el derecho de huelga y cómo, además, los empresarios siguen llamando a las puertas del Estado para que reprima, y estos aceptan.
Matando al mensajero
«Martha Hildebrandt critica a la prensa por contar escándalos de congresistas», titula El Comercio. Básicamente, la inefable congresista se queja de que la prensa airee toda la basura de los congresistas y apunta a una conspiración (tal vez de los narcotraficantes, ¿como aquella congresista tal vez?) que desea demoler el «Estado» y el «aparato público». Ahí es nada. Y lo dice una fujimorista, que ellos de usar los medios como arma (con dinero del Estado si se puede) y de demoler el Parlamento (con los tanques lo hicieron, y luego el resto es historia) saben mucho. No lo vamos a negar.
Cuarta condena a un ex presidente corrupto
Pronto veremos la cuarta condena en el cuarto juicio al ex mandatario peruano Alberto Fujimori. Por segunda vez el golpista Fujimori reconoce su propia culpa en los hechos sometidos a juicio, en concreto, reconoce sobornos a 12 congresistas de la República, interceptación ilegal de las comunicaciones de opositores políticos (como Lourdes Flores o Javier Diez Canseco) y la compra de la línea editorial de medios de comunicación para que aplaudan las burradas del gobierno y realicen cazas de bruja sobre los opositores al régimen.
Sobre el periodismo y Hildebrandt
«Antes el poder económico influía en la prensa, ahora el poder económico hace la prensa.»
César Hildebrandt
Interesante entrevista la que publica Diario la Primera a su columnista y ex presentador de TV, César Hildebrandt, uno de los periodistas más respetados del Perú. La frase resaltada un poco más arriba condensa la opinión que le merece la prensa actual (y no es algo que se limite solo al Perú).