Por aquí he hablado más de una vez de traspasar votos de unas elecciones a otras. Esto realmente no es válido, en tanto que en cada elecciones la gente vota de una forma distinta, la cultura electoral se desarrolla en un marco normativo y con unas expectativas distintas según el contexto. En concreto, en el Parlamento Europeo es especialmente importante el voto estatal, la gente sabe que su voto «no se pierde» dentro de una circunscripción pequeña, al menos no tanto como puede pasar en el voto de unas autonómicas o en el voto de las generales, y el voto útil funciona de una forma diferente. Pero también es importante destacar, para las elecciones europeas, la poca participación, la poca movilización. Un partido emergente puede conseguir destacar más acercándose bastante a su propio techo de votos, mientras que otras formaciones quedan muy por detrás de lo que tendrían, en votos, en unas autonómicas o nacionales. ¿Y las coaliciones que se realizan para impulsar determinados proyectos? Insisto: la gente vota distinto en las autonómicas, en unas locales, en unas nacionales o en las europeas. Sabiendo que los sistemas de elección no son exactamente iguales. Lo mismo pasa en las generales con los votos al Senado y los votos al Congreso de los Diputados.
Una vez dicho esto, lo que sí podemos hacer es un poco de ficción electoral. Podemos coger los resultados en unas elecciones y aplicarlos como si hubiesen sido otros comicios y, además, utilizar distintos repartos, no solamente con la ley electoral actual, sino otras posibilidades. Que cabría más o menos dentro de la Constitución o necesitaría, este cambio, de una reforma constitucional es otro tema. En esta ficción electoral, podríamos tener un Congreso de los Diputados bastante más diverso que lo que tenemos ahora o realmente parecido, dependiendo de qué tanto ficcionemos el sistema de reparto y las circunscripciones usadas.
Siga leyendo…