Día internacional de los trabajadores. No es lo mismo que «día del trabajo», conmemoramos la lucha de la clase trabajadora, recordamos a los mártires de Chicago, no del «trabajo». No es lo mismo… Cuando manipulamos las fechas nos podemos permitir el lujo de dar premios a los empleadores «por el día del trabajo»… en fin, vamos al lío: Pedro Pablo Kuczynski, presidente de la República del Perú, no se le ocurrió mejor idea que «repartir las culpas» entre los trabajadores y los empresarios a la hora de analizar la realidad precaria del trabajo en el Perú.
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Menos paro pero muchos menos trabajadores
El paro registrado es el resultado de realizar una serie de exclusiones dentro de los «demandantes de trabajo» apuntados en las oficinas públicas de empleo a último día de mes; así, lo primero que se excluye son los «ocupados» -personas inscritas para mejorar su actual puesto de trabajo, lógico, no son desempleados- y luego a los que buscan «empleos específicos o con disponibilidad limitada», aunque estén sin trabajo -¿por qué? porque se consideran demandas muy especialitas, para decirlo de forma poco técnica-. Entre los demandantes «desocupados» se produce una nueva criba -se excluye a quienes buscan un empleo de corta duración, a quienes quieren empleos de algo menos de media jornada (lo cual no coincide con ese «fomento del tiempo parcial» que tanto dice el gobierno), distintos «tipos» de «estudiantes» (incluso mayores de 25 si aún no han trabajado, algo ahora habitual), las personas que el SPEE considera que han rechazado un «empleo adecuado» (que es cualquier cosa) y otros-, todo regulado en la Orden Ministerial de 11 de Marzo de 1985. ¿Por qué les suelto todo este rollo? Porque hoy toca la alegría gubernamental por los datos del paro registrado. ¡Ha bajado!
El gobierno no quiere eliminar los CAS
Hace unas semanas una comisión del Congreso nos dio una alegría parcial e inicial: «Comisión de Trabajo del Congreso aprobó modificaciones a las leyes de Promoción Agraria y derogatoria del Decreto Legislativo 1057 sobre el Contrato de Administración de Servicios (CAS)». El nuevo Ministro Trabajo y Promoción del Empleo, José Villena Petrosino y Luis Miguel Castilla Rubio, Ministro de Economía y Finanzas, ha apuntado en la misma dirección: El gobierno rechaza el dictamen de la comisión de Trabajo del Congreso (lo que uno y otro dijeron, según las correspondientes noticias).
Y la derecha toma el MT
«Lo que podemos tener en claro, ya con la actual disposición del nuevo gabinete, es que el proceso de viraje iniciado al final de la primera vuelta, continua de manera sostenida. Lo que antes aparecía como un cambio de discurso ahora ya empieza a verse como una orientación que se aleja de la izquierda a pasos acelerados.»por Carlos Mejía A.
Ya sabemos cómo queda el plano laboral (algo que me preguntaba unos días), al menos el primer gran gesto del presidente electo Ollanta Humala: en el ámbito del Trabajo la dirección política está en manos de un miembro de la derecha peruana: Rudecindo Vega Carreazo, ex ministro de Vivienda (2005-2006). No la extrema derecha, claro, pero sí la derecha que ya gobernó el Perú hace unos años (2001-2006) y que la fórmula de distribución de la riqueza era el chorreo, en cuyo haber no encontramos más que deudas con los trabajadores y los sindicatos, cuya legislación laboral no cambió en nada la fujimorista.
¿Y el plano laboral en el gobierno de Ollanta cómo quedará?
Mientras la aprobación de Ollanta Humala cae según El Comercio (impresionante, y todo esto antes de asumir el gobierno), todo por el tema del hermanísimo, y medios como El Comercio siguen fijando su atención básicamente en quién será o el próximo Primer Ministro o, lo que parece más importante, el próximo Ministro de Economía, a mí me sigue preocupando quién puede llevar la cartera de trabajo (y otras como Educación). Cada día que avanza la transferencia, que salen posibles nuevos ministros, que se ven los lineamientos del próximo gobierno, parece, y digo parece, que es un todo cambia para que nada cambie. Que los actores del renovado gabinete ministerial que acompañan a Ollanta sean los mismos que hemos visto los últimos 10 años no es precisamente una buena señal, sobre todo en temas sensibles como la economía, educación o el tema laboral.