El sistema jurídico en que se fundamenta la educación en España está repartido entre dos leyes, por un lado, Ley Orgánica 8/1985, de 3 de julio, reguladora del Derecho a la Educación (LODE), que regula algunos aspectos básicos del sistema (la clasificación de públicos, privados y concertados la encontramos en esta ley) y por otro tenemos la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (LOE), que es la ley básica que organiza todo el sistema educativo (todo todito) y sirve de base para las especificidades desarrolladas en las comunidades autonómicas (que ya todas cuentan, si no me equivoco, con competencias en educación; no era así hace treinta años).
Siga leyendo…Etiqueta: educación
Educación: un problema desde tantos puntos de vista
No estoy seguro con saber qué les quiero contar en esta nota. Solo sé que quiero «desahogarme» un poco y de forma más bien poco organizada en una variedad de temas que, cada uno de ellos, merecen un artículo en profundidad –mucho más de lo que yo puedo soltar sobre el particular–. Pero acá vamos, voy a hablarles un poco sobre «la educación formal» y algunos problemas que veo –cuando he estado dentro de la misma o desde fuera–, dificultades varias y la frustración constante de sentir que cualquier cosa distinta a lo que ahora se hace es navegar contra corriente.
Dos breves sobre la clasificación de universidades
Una «consultora» saca una clasificación de universidades latinoamericanas y me ha llamado la atención un par de cosas: entre las diez primeras, las brasileñas copan la clasificación (5 de las 10, los dos primeros puestos), y las cinco son públicas. Para seguir con esa distinción, solo 3 de las 10 son instituciones privadas; y esto sin obviar que, al menos, la Católica chilena recibe bastante apoyo económico de los presupuestos públicos de su país. Peruanas aparecen 18 universidades, con mucha ventaja está la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP, privada), puesto 19 en toda la región. La Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM, pública) queda segunda en Perú y 60 en la región.
A propósito de la universidad con el 3+2
Es increíble los problemas que está trayendo el dichoso Plan Bolonia en España; la mala implementación que se ha hecho desde el inicio y lo poco claro que han tenido las autoridades para su desarrollo y aplicación en estas tierras. Apurando los plazos, siempre sin tener claro qué queremos y cómo debemos llegar a eso que deseamos. Tal vez porque el proceso de Bolonia suponía un gran cambio en el cómo funcionaba la Universidad y, en el fondo, no se tuvo muy en cuenta este sistema y la inercia existente para ir probando cambios en que, necesariamente, se necesitaba la colaboración del sector. Tal vez porque la visión de futuro fue (y es) nula en estos temas.
No sé qué índice leyeron
La noticia en «Perú quedó rezagado en el puesto 75 del índice de capital humano» se pone especial énfasis en la parte educativa del informe (son cuatro pilares, uno es la educación) y, para hablar sobre esto, se llama al rector de una universidad privada y a un experto. Entiendo que el periodista lo que hace es llamar al experto al que tiene acceso y este da, al vuelo, su opinión; pero creo que ni el periodista ni el experto se leyeron el reporte. ¿Por qué digo esto? Basta con ver el Human Capital Report del Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) de 2013 (que es de lo que hablamos; pdf) para notar que ahí el puesto de Perú no es un «es un reflejo de la mala calidad de su educación superior, tanto de universidades como institutos» en tanto que se cuestiona duramente toda la calidad del sistema en su conjunto (globalmente el 112 de 122 y con 2,66 puntos de 7 posibles -siendo 7 lo mejor-), y en particular recibe un duro golpe la primaria (puesto 113 y 2,3 puntos). Incluso, dentro de la calidad educativa, reciben no tan malas puntuaciones el tema de «Internet access in schools» (que no tiene nada que ver con el acceso a Internet, la pregunta de la encuesta se refiere a la preparación para una economía competitiva; que es de lo que habla el rector y el experto): puesto 82 (mejor que la educación en su conjunto) y 3,71 puntos. En El Comercio, por lo que sea, la noticia se ha llevado hacia el lado de tenemos una mala educación post-secundaria y no se educa para el mercado laboral. Mientras que el informe apunta con más dureza a la primaria. Por cierto, también es importante la fuente de información: en concreto estos apartados sobre la calidad de la educación vienen de la Executive Opinion Survey, 2013-2014 que realiza el propio WEF, que no deja de ser una opinión subjetiva de los «líderes empresariales» de un país sobre un determinado tema, con lo que la fuente no es un estudio empírico (con todos sus sesgos y subjetividades) sino directamente una opinión de un grupo reducido de personas que no están vinculados directamente con la educación.
¿Libros de texto? Acabemos con ellos
Estoy generalizando de mala manera en el título. Lo sé. Quiero hablar sobre los libros de texto que actualmente (veo) que se usan (desde primer grado hasta bachillerato, por distintos motivos conozco una variedad relativamente amplia de los mismos); de cómo están hechos para que sean de usar y tirar y cómo, por el mal entendimiento del papel de la escuela (o por un concepto totalmente distinto de lo que para mí es y lo que para quienes crean el currículo educativos es); de cómo los padres que tanto se quejan de su existencia son los primeros en reclamarlos; de cómo más que una herramienta terminan siendo jaulas de oro para la formación de los pequeños de las casas. Pero cuando pienso en hablar de estos temas me siento como un total extraño, como alguien que solo tiene contacto con estas materias de forma tangente*, de quien no tiene la profundidad de estudios de, por ejemplo, esos que establecen el currículo oficial o de los que escriben esos libros de texto… Aún así, creo que algo puedo decir (porque así de pedante soy, las cosas como son).
Berrinche: El trabajador oferta Trabajo, no lo demanda
Esto es un «berrinche» en el sentido más estricto; y una maldición entre dientes a quien lo escribió y al que lo editó. En uno de esos horrorosos libros de texto que usan ahora los chicos me encuentro -dando apoyo de cara a la recuperación de septiembre- la definición imposible: El empresario oferta Trabajo y los trabajadores lo demandan. Lo hacen para mantener el mismo «estilo» que en el mercado de bienes y servicios: el empresario oferta y el consumidor demanda. Pero justamente se estudia por separado los mercados de trabajo por sus peculiaridades, y la principal es que el empresario es el que demanda el trabajo y las personas quienes constituyen la oferta -los neoclásicos tienen claro ese punto, no es un tema de clásicos frente a noclásicos-; sin tener claro ese «detalle» todo lo demás carece de sentido, todas las peculiaridades y toda la estructura, así como lo segundo más importante: Es un mercado derivado. Si la estructura fuera como dice ese «libro», en un contexto como el actual (exceso de demanda -la de los trabajadores, por el desempleo- y escasa oferta -la de los empresarios-), el precio del trabajo (salario) subiría, no bajaría (la receta liberal, sea dicho). Quien tiene el trabajo (la fuerza de trabajo) es la persona, no la empresa, el empresario necesita convertir la fuerza de trabajo en bienes y servicios, para ello tiene la organización, el capital y consume la materia prima necesaria. Edito: Estos casos me causan problemas; lo que el alumno quiere es aprobar, si el profesor es de los que se apegan a los manuales, tiene que repetir los mismos aunque la información no sea del todo «correcta», así que uno debe ayudarle a que sea capaz de hacer eso, entendiendo lo que pone… ¡pero es que lo que pone está mal! ¿Qué hago en esos casos? Hasta ahora voy por lo «fácil», repito lo que pone el libro, le digo que está mal, le explico por qué y puntualizo: «en el examen pon lo que dice el libro, y si te atreves, agrega lo que te estoy explicando yo».
Wert y el clasismo
Posiblemente ningún ministerio esté dejando más claro el conservadurismo y clasismo del gobierno como el de Educación. Ni Empleo (Báñez), ni Justicia (Ruiz-Gallardón), ni Sanidad (Mato), ni Interior (Fernández), ni Economía (Guindos), ni Hacienda (Montoro) están a la altura del clasismo que está demostrando el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert Ortega. Y miren que se empeñan, las reformas laborales de Báñez, las de Ruiz-Gallardón, los estropicios de Mato (contando, por supuesto, el pasar olímpicamente de temas como el aborto y decir que eso es de Justicia), los ajustes del dúo dinámico De Guindos-Montoro o el conservadurismo filofascista de Fernández con respecto a, bueno, todo, desde la homosexualidad hasta las manifestaciones en la calle. Se empeñan en conseguirlo, pero Wert abre la boca y se lía parda.
Notas sobre la huelga anunciada del SUTEP
Cuando el gobierno comenzó a hablar de una reforma de la regulación del profesorado desde determinados medios se dio como una victoria total del SUTEP, dentro de poco nos enfrentaremos a una huelga indefinida de los maestros de la escuela pública contra el proyecto oficialista (proyecto de ley nº 1388/2012-PE). ¿Cómo se explica eso? Esos medios no lo explican, como mucho dicen que es una forma de presionar más al gobierno (¿más? ¿qué hay mayor que una victoria total y el control del ministerio, como en su día decían? igual, simplemente, es que no era cierta su apreciación de los cambios y cómo contentaban o no a las partes, o cuánto habían influido), lo que sí pasa es que, nuevamente, se reedita la guerra Ministerio de Educación contra SUTEP, donde la parte gubernamental juega con ventaja, declara ilegal la huelga (PDF)* y utiliza un lenguaje impropio cuando hablamos del ejercicio de un derecho (¿¡cómo es posible que Salas hable de atentado refiriéndose a las huelgas!?).
Cambios que no cambian nada en la educación peruana
Estos días una de las noticias estrellas es que el gobierno de Ollanta Humala aprobó un proyecto para unificar los regímenes legales de los docentes en el Perú (que hasta web le han montado), siendo una fuerte reforma de la Ley del Profesorado, nº 24029 y la la Ley de la Carrera Pública Magisterial, nº 29062, que desde el APRA se defiende como el mejor invento del país del S. XXI o algo así, y desde los medios de la derecha como el gran triunfo «del Perú sobre SUTEP» (muy al estilo de Chang frente al MINEDU en tiempos del APRA), más o menos, al punto que cualquier modificación de ese perfectísimo texto, por lo visto, es para fortalecer al SUTEP (con esa intención de respuesta está la pregunta en Perú21, o las editoriales de Fritz Du Bois sobre el tema), en parte porque en toda esta arena política se pretende mostrar la interacción como un juego de suma cero, algo total y absolutamente alejado con la realidad; y también desde un punto de vista de confrontación entre el gobierno y los sindicatos (si los sindicatos aplauden algo, es porque han ganado y el Perú perdido, ene veces repiten esa falsa fórmula). Y el grito en el cielo se puso antes de conocer ni media coma del proyecto, eso sí, algunos medios pusieron bien grande que con ese proyecto (¡es un proyecto!) ya se tiraba al tacho nosecuantitos millones de soles.
Atacan a la Universidad
El sistema educativo tiene una serie de objetivos que pueden, además, coayudar en distintas políticas, sirve tanto para la alienación de los estudiantes como método de inclusión social, sirve tanto para nutrir el mercado de trabajo de personal cualificado (quitando el peso de la formación a las empresas, esto es, evitando que inviertan de forma directa en capital humano y facilitando sus filtros en la búsqueda de trabajadores) como para construir una sociedad crítica y libre desde el conocimiento. También sirve, o puede servir, para la exclusión social, para la diferenciación de los trabajadores y para perpetuar una sociedad con poca movilidad social, esto es, para estancar aun más las clases sociales. Corresponde al gobierno (a los distintos gobiernos) el usar de una forma u otra el sistema educativo, y refleja también el modelo de sistema que quieren, esto es, desde las medidas concretas podemos ver las políticas subyacentes (si lo que se busca es más el tema de cubrir necesidades del mercado de trabajo, si se busca más la inclusión, si, en cambio, se apuesta por la exclusión, etcétera).
AlB: Igualito y la Educación
Decimoctava tira de Igualito, esta vez relacionado con la educación en general, pública en particular.
Marea verde: contra los recortes en Educación
Marea verde en Valladolid: En defensa de la educación pública y de calidad
Asistí a la marcha en defensa de la educación pública y contra los recortes que corona este día de huelga en el sector público de la Educación (los cinco sindicatos educativos con más representantes la convocaron, secundada por asociaciones de alumnos, algunas de las principales asociaciones de padres, etcétera), de la más básica a la universitaria. Vean la fotogalería en De Igual a Igual. Hoy me he hartado de escuchar a representantes del Partido Popular y el gobierno (dirigido por dicho partido) defendiendo los recortes, o como dicen, los ajustes. Niegan que haya recortes, sino una «optimización de recursos», e insisten en que se puede «hacer más con menos» y que es necesario un cambio de modelo porque el actual es un fracaso. No sé qué entienden por cambio de modelo, o cómo se construye el mismo, pero si es primero recortando para luego… ¿luego qué? Esa es la cuestión. Quiero que entiendan esta entrada en relación a algo que ya apunté hace unos meses en «Otra perspectiva sobre los «Servicios Públicos»».
AlB: Igualito por Chile
Tercera entrega de Igualito (sí, tercera) con la incorporación de un nuevo personaje y todo eso… Espero que les guste.
El ataque a la enseñanza pública
Y es ataque a la educación pública, no a la educación en general, ni a los profesores en particular (aunque son estos los que más sufren). En Madrid la cosa está clara: Se bonifica fiscalmente (en el IRPF) a quienes llevan a sus hijos a colegios privados (hasta 1800 euros al año), ojo, privados, ni siquiera concertados, que también se ven favorecidos en sitios como Madrid (al punto que en los últimos años algunos colegios públicos se han privatizado para luego concertarlos). Los concertados no mejoran la situación de los docentes, en realidad la precariza.