
No tengo clara la guerra de El Comercio contra los días libres. Bueno, sí, tengo claro que su agenda es la de una derecho económica y tradicional que cualquier derecho de las personas trabajadoras les termina doliendo. En julio, por fiestas patrias, sacaron varios artículos al respecto, al igual que el año pasado (y no puse nada por acá porque… bueno, era igual que el año pasado). Una comparativa en que se fijan en el número de festivos (16), que han crecido en cuatro desde hace unos pocos años (2022, creo que era) que cuesta dinero y, según insisten, son más que en otros países y eso genera más informalidad; esto obviando en la comparativa, como ya dije el año pasado, las horas de trabajo efectivas (desde la jornada semanal hasta cuándo se comienza a tener derechos laborales o los distintos regímenes laborales que acá existen según el tipo de empresa), porque puedes tener más festivos pero muchas más horas efectivas por año, así como las razones de fondo para la informalidad (y que en estos años el tema de los festivos, para la formalidad de las empresas, importa un pepino, hablando mal y pronto).
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