En clase de psicología social estamos viendo temas tan interesantes como los estereotipos y los prejuicios, cómo se crean y cómo se manifiestan, más en tiempos como los actuales, donde el sexismo y el racismo sutil ganan terreno poco a poco mientras que el manifiesto, el directo o tradicional, van retrocediendo en su expresión (y dando la falsa sensación de que van disminuyendo esos males sociales). Dentro del debate, en la parte que se explica cómo los grupos buscan denostar a otros grupos para sentirse superiores por mil y un cosas que acá no viene al caso, una de las compañeras de clase (que además es psicóloga) lanzó que ella sí tiene razones para sentirse superior que, por ejemplo, los «etarras» (antes dijo «árabes» -refiriéndose realmente a los islamistas de origen árabe-, tras una pequeña discusión cambió el grupo por «etarras») y el profesor le preguntó si a quienes se sentía superior era a quienes matan (a los asesinos) o a los «etarras», porque no es lo mismo (acá habló la diferencia que hay cuando a uno le molestan sus vecinos de arriba porque hacen ruido y se queda ahí, o cuando el perjudicado se fija en una característica de esos vecinos para rechazar a todo su supuesto grupo, por ejemplo, si son gitanos, justificar su racismo contra ese grupo étnico porque sus vecinos de arriba le molestan -algo que se hace a menudo-).
Categoría: Pensamientos
Contrarrespuestas sobre las independencias americanas
Saben ustedes que soy poco entusiasta de las independencias americanas, no por amor a un Imperio cruel y tirano, sino por desamor a quienes las llevaron acabo, las ejecutaron y lo que nos dejaron: Más de lo mismo. Esto es, que no fueron independencias revolucionarias, sino meras reformas de quién manda a quién, un traspase de oligarquía a oligarquía y tiro porque me toca. Leo y releo el texto del historiador Manuel Lucena Giraldo (investigador del CSIC ni más ni menos) publicado el pasado 19 en el ABC y no salgo de mi asombro con algunas de las «respuestas» que da (porque el inicio del artículo es prometedor en todo su esplendor).
Cuba: ¿No hay oposición legítima?
El lunes, en Radio Nacional a eso de las 10pm, entrevistaron a Bruno Rodríguez Parrilla, Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, y representante de ese país en la VI Cumbre Unión Europea – América Latina y Caribe, a la cual no asistió el presidente cubano, Raúl Castro. Cuba fue a Madrid con el discurso y el escepticismo de siempre, pero también dispuestos a abordar todo tipo de temas (los cuales, la gran mayoría, no se pusieron sobre la mesa). La entrevista fue, en general, muy buena, el canciller cubano mostró su desacuerdo hasta con la forma en que se informa sobre Cuba y se mostró, a la par, bastante a la defensiva en algunas cuestiones.
Reparto en una Circunscripción Única
Últimamente… no, siempre hablo mucho de las elecciones, sean para parlamentos de todo tipo (supranacionales, nacionales, regionales), autoridades de toda «estatura», sistemas electorales variados (y he intentado explicar alguno que otro) así como que he realizado distintas extrapolaciones (a sabiendas que eso no se puede hacer por la estrecha relación entre la elección que se trate, el sistema electoral y la cultura de voto) y opinado sobre si bicameralismo sí o no, o cómo en su caso, sobre sistemas de listas abiertas o cerradas, al igual que he hablado sobre barreras electorales (o vallas, como prefieran llamarlas) o el voto obligatorio frente al facultativo (donde claramente me posiciono por el voluntario, como sabrán), incluso una de las pocas partes de la Contextopedia que he desarrollado es la que tiene que ver con los métodos de reparto.
La «democracia» de quienes tienen el dinero
El otro día (y no encuentro la cita exacta) Rajoy, hablando de economía, Grecia y demás, y antes de su reunión con el presidente del gobierno, instó al ejecutivo a hacer las medidas exigidas desde las instituciones internacionales como el FMI y similares, vamos, que hiciera en España lo que se está haciendo en Grecia, porque (y ahí está la clave de sus declaraciones) «si no tomas las decisiones otros las toman por ti» (no es textual, pero casi), y claro, continuaba, es más doloroso que otros te la apliquen a hacerlo uno mismo.
De la interpretación de las leyes
El título ha quedado demasiado pomposo para lo que la entrada será, les voy avisando, para que luego no digan que el texto carece de tecnicismos, citas doctrinales, jurisprudencia y demás. Y por supuesto, esto no va de «cómo» hay que «interpretar» las leyes, sino de que las leyes son interpretables. Existe una sensación de que la justicia (aplicación de las normas por jueces y magistrados, la llamaré «justicia» por abreviar nomás) es parcial, discrecional, que está «politizada» y que sus sentencias no son «técnicas», y por ello, está podrida por dentro y por fuera, no sirve, se debe dar un paso a «tecnificar» los órganos con poder de juzgar y hacer cumplir lo juzgado, se mira un poco a la ley y se le acusa de ambigua, se mira a los jueces y se les acusa de no funcionar según el «sentido común», en fin, lo que vemos todos los días en la prensa.
Por la tercera
No son pocas las veces que en esta bitácora recuerdo la experiencia republicana española, ya sea abordando las culturas que acompañaron a la brevísima primera república o la historia más que trágica y convulsa de la segunda, y también, por supuesto, me he plantado contra la monarquía española y solicitado, por qué no, la tercera república. Es14 de abril, ya entienden… En De Igual a Igual hemos publicado una serie de artículos sobre la II República, uno de ellos se titula «La Mujer en España. De la igualdad republicana a la sumisión franquista», y está hecho por tres amigas y compañeras (Marta Casado, Alexandra Nieto y Raquel Torres) y yo (para una asignatura de clase, y aprovechamos hoy para publicarlo). Es un poco, como dice el título, las condiciones de la mujer española en dos regímenes políticos totalmente antagónicos, máxime en el tema de género.
Mercado dual y contrato único
Tengo un serio problema con los modelos que usan los economistas para entender la realidad, y sé que cualquiera de ellos puede venir y darme una colleja por parecerme que simplifican todo de forma innecesaria y abrupta y justificarme, «científicamente» la bondad del modelo, el porqué se usan y cómo es casi imposible acercarnos a la realidad sin antes definir correctamente el mismo y usarlo junto con muchos otros. Todo eso lo entiendo, pero, a la hora de sacar conclusiones para el mundo real, el modelo siempre hará aguas desde su formulación. Algo así me pasa con el interesante artículo publicado por el Banco de España publicado en marzo dentro de su boletín económico, «Fluctuaciones del empleo en un mercado de trabajo con contratación dual» (archivo PDF, 109 KB) de James Costain, Juan F. Jimeno y Carlos Thomas.
Hace falta resucitar a la izquierda
He comentado la columna de hoy de Juan Carlos Escudier, «La izquierda ha muerto», en De Igual a Igual, pueden leerlo dando click acá: «Hace falta resucitar a la izquierda». La pregunta sigue siendo «¿cómo?»; algo que no contesto, por supuesto (sino no estaría acá)…
Comentario a «La Corrosión del carácter» de Richard Sennett
En la asignatura de «Teoría de las Relaciones Laborales» (dentro de «Ciencias del Trabajo») el profesor, Antonio San Martín, nos pidió que hiciéramos dos trabajos (más comentario personal que otro tipo de artículo) eligiendo dos de tres libros, por mi parte escogí «La Corrosión del Carácter. Las consecuencias personales del trabajo en el nuevo capitalismo» de Richard Sennett y «Cabeza de Turco. Abajo del todo» de Günter Wallraff, y acá les copio el trabajo de «la Corrosión…» (el trabajo es de febrero de este año):
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Sindicatos de oficio y sindicatos de clase: De Perú a España y viceversa
El estallido de los conflictos laborales en las ONG peruanas ha puesto sobre la mesa, una vez más, la necesidad de que los trabajadores de dichas entidades se organicen y defiendan sus derechos laborales (que hay que empezar por casa, señores de oenegés), no es una necesidad nueva, claro, ya se ha intentado antes y se sigue intentando (pueden verlo en la bitácora del «Sindicato Nacional de Trabajadores en ONGs y afines»), solo que ahora (tal vez y por lo que veo y leo) existe más consciencia de su necesidad por parte de los trabajadores (hay cierta idea de «sacrificio» entre los trabajadores en favor de la causa de la ONG que, sin dudas, es encomiable, pero no debe mezclarse con el «que se salten la legislación laboral conmigo», que termina siendo lo que pasa).
Remuneraciones y convenios colectivos
No sé cómo comenzar esta reflexión en voz alta realmente, ni hacia dónde la quiero llevar… Se dice que a igual trabajo debe corresponder igual salario, parece lógico. Se dice también que los convenios colectivos son la expresión de la autonomía colectiva y el medio más correcto de articular las relaciones laborales para que: a) se adapten a cada sector productivo mejor de lo que lo haría una imposición desde el Estado (siempre más lento); b) puedan equilibrar, mediante la fuerza colectiva, al trabajador con el empresario (jurídicamente el dominador en la relación, y no hablemos de la realidad).
La necesidad de salir a la calle
¿Salimos o no salimos a la calle? ¿Cualquier consigna vale para llenar la calle? Para De Igual a Igual: «La necesidad de recuperar la calle. Pero no a cualquier precio, no con esas consignas…». Sobre la manifestación de ayer y las consignas que sacaron a las dos centrales sindicales principales a la calle.
Cabezas de turco para limpiar consciencias inversionistas
Cero de autocrítica. El otro día en clase (de Políticas Públicas Socio-Laborales) se comenzó un breve debate sobre el tema de los altos sueldos de directivos, sobre todo de las entidades financieras, también de las intervenidas, a raíz de un artículo de no recuerdo quién publicado en El País que abogaba porque la «mano visible» del Estado guiara por el camino «correcto» a la «mano invisible» del mercado y evitar crisis como la actual. Ante todo, estoy de acuerdo con la crítica a esos salarios, a esa desigualdad salarial que no deja de crecer (en España es sangrante, los altos directivos son de los mejor pagados de la UE -entre los primeros puestos, no el primero-, mientras que los trabajadores estamos por debajo de la media, además, se ha incrementado los salarios de los altos directivos mientras el poder adquisitivo de los trabajadores ha bajado en la última década), y que la estructura salarial (de primas) favorece la especulación y la toma de decisiones arriesgadas que nos han llevado a la actual crisis (una de las tantas concausas).
Servicios centralizados y control
Otra vez me aprovecho de una columna de Marco Sifuentes (más conocido como ocraM o «el del Útero ese») como punto de partida para un artículo, y es en parte por una noticia de la que no tuve conocimiento hasta leer dicha columna, y aprovecho para meter cabe a los «servicios» de esta tan cacareada «web2.0». Al lío, lean el artículo de Sifuentes en Perú21 de este domingo: «No es censura pero se parece».