Hablar de las elecciones en Perú se vuelve difícil una vez se ven los resultados. Existe la tentación de analizar los votos según unos parámetros que suponen, en el fondo, que tanto quien ganó como la segunda opción más votada representan buena parte del electorado y eso está francamente lejos de la realidad. Al menos en buena parte del Perú. Si sumamos a Perú Libre (PL) y a Fuerza Popular (FP) tenemos que han recibido 4 655 514 votos, lo que supone el 26,28 % de los emitidos; entre los dos primeros lugares a duras penas se supera 1 de cada 4 votos. De hecho, FP tiene menos votos en primera vuelta que los votos en blanco. Ojo, que ese es un 26,28 % de los votos emitidos, si nos fijamos en el padrón electoral, tenemos que solo han recibido el apoyo del 18,41 % de la gente con derecho a voto. ¿Les parece que esos son números dignos para quienes se muestran como las representantes de las mayorías en Perú? Están muy lejos de serlo; de hecho, lo que vemos es una gran dispersión del voto en general (hay zonas que no es así).
Siga leyendo…Etiqueta: voto
Perú: voto por correo y voluntario
Era el momento ideal que justificaba regular, de una vez, el sistema de voto por correo (o voto postal o voto por correspondencia) en Perú. Llevamos una vida esperando para ver la reglamentación para el voto postal de la ciudadanía que vive (vivimos) en el extranjero (posibilidad en principio recogida por el artículo 239 de la Ley Orgánica de Elecciones, Ley n.º 26859, pero sin reglamentación eso no sirve) y, de paso, extenderlo para toda la población. De cara a estos comicios, sin dudas, un factor importante era (es) evitar lo máximo posible las aglomeraciones. Soy consciente del esfuerzo que se ha hecho para disminuir la cantidad de gente por colegio electoral (aumentándolos, entre otras medidas), pero eso no es suficiente. Máxime si el sistema obliga a votar.
Siga leyendo…Voto libre: una cuestión de principios
De cuándo en cuándo vuelve a salir el tema del voto obligatorio en Perú, si conviene mantenerlo o quitarlo. Las opiniones están ahí, de todos los palos y para todos los gustos; desde los que creen que, por principio, debe ser obligatorio (en tanto que el sufragio es entendido como un deber ciudadano) y los que pensamos, en cambio, que o es voluntario o no tiene sentido; existen posturas intermedias, llamémoslas así, que se fijan sobre las consecuencias de una forma u otra al momento de votar, así pues, están quienes por principio preferirían el voto voluntario pero nos ven o como una democracia aún joven o desinstitucionalizada o, en el peor de los casos, temen simplemente que una baja votación abra el espacio para los antisistemas, que deslegitime a las autoridades electas. Dentro de este último grupo creo que podemos encajar a Carlos Meléndez, que en su columna de hoy, «¿Voto voluntario u obligatorio?», se ocupa del tema.
Notas breves sobre el voto preferente
Estoy con Carlos Meléndez, más conocido como el Jorobado de Notre Dame, «no culpes a la lista», más aun, no lo hagas cuando tú confeccionaste las listas. Si tú invitaste a Pascual, aupaste en unas falsas primarias a Menganito y permitiste, previo pago, que Sutano entrara con el siempre beneficiado número 13, no te quejes del voto preferente para explicar que tus parlamentarios apesten (hablando feo y pronto) y que sean unos díscolos que no saben por dónde andan. Si tu idea de partido político es un club de amigos que reúnen plata para las elecciones, no te quejes que luego la maquinaria partidista no funcione para nada y que los congresistas (o cargos electos en general) sean un atajo de mentirosos o disfuncionales miembros bajo unas siglas normalmente cambiantes (y de esto los fujimoristas nos pueden dar cátedra, y eso forman lo más parecido, junto al APRA, a un Partido Político, así, con mayúscula). Mejor lea esos consejos que hace unos días daba El Jorobado a todos los que monten chiringuitos partidarios.
Revocatorias y voto voluntario
«Para fortalecer la legitimidad del proceso democrático debemos replantearnos algunos temas centrales de nuestro sistema electoral.» Concluye Beatriz Boza en el artículo «Votantes de segunda clase» publicado en El Comercio. La verdad es que no puedo sino estar de acuerdo con esa conclusión, aunque claro, la aproximación que hace Boza es cuanto menos tímida al tema. Comienza recordando que en la última revocatoria de autoridades (alcaldes y regidores) el 98% de los «postulados a revocar» se ubicaban en distritos pobres, y a la par recordó que el 33% de los votantes no acudió a la mesa y por tanto tendrá que pagar la multa, la cual es realmente prohibitiva, por más «descuentos por pobre» que se hagan.
Voto voluntario y Unidad Nacional
Hace unos días uno de los gerifaltes de Unidad Nacional (del Partido Popular Cristiano realmente, ya que UN se ha disuelto de hecho) declaró: «Se necesita realizar reformas constitucionales para trabajar un modelo político fundamental en el país y esto pasa por la bicameralidad, eliminar el voto preferencial y el voto obligatorio, son temas que se necesitan priorizar» (la negrita es mía). Es interesante el cariz reformador que tiene el PPC en el actual parlamento, y aunque pongo pegas a casi todas sus líneas de actuación, lo primero que uno piensa es «en algo están al menos», pero luego recuerdo la realidad: Unidad Nacional votó en contra de la reforma constitucional para eliminar la obligación del voto.
No le interesan tus derechos
El PSOE no realiza el anunciado «giro a la izquierda», hasta mantiene su opinión sobre la directiva de retorno de inmigrantes (que de progresista tiene más bien poco), pero sí da un cierto paso en cuanto a las libertades civiles y políticas con respecto a ciertos temas y colectivos: Voto en las elecciones municipales para los inmigrantes regularizados, regulación del llamado «testamento vital» y legislación sobre los cuidados paliativos.
Archivado proyecto en favor del voto voluntario
El proyecto para instaurar en Perú por fin el Voto Voluntario (o voto libre o voto facultativo) ha sido archivado con la mayoría de votos en la comisión de Constitución y Reglamento del Congreso de la República con argumentos tan absurdos como que el voto voluntario «pondría en juego la legitimidad del sistema» o que la ciudadanía no está preparada para decidir si va a votar o no. ¿Cómo es posible que no estemos preparados para tomar la primera decisión en todo proceso electoral pero sí para elegir al que mandará?