Lo que urge, realmente, es plantear un proceso de descentralización real, no ese no sabemos qué tenemos regional actual, no este sistema de mando imperfecto en las regiones y donde el presidente de la república se salta la autoridad regional para dirigirse directamente a la local, donde nadie sabe para quién trabaja, donde la traslación de departamentos a regiones es un error con el que Humala ya ni se plantea acabar (y donde García perdió rápidamente interés en el pasado), donde, en otras palabras, jugamos como si tuviéramos ya un estado descentralizado, cuando lo que tenemos es un tablero de ajedrez y fichas que no corresponden, así como un manual de instrucciones incompleto, y por ello caemos no pocas veces en discusiones bizantinas que a nada llevan.
En la prensa leo la mención directa del Proyecto de ley 01241/2011-CR, presentado por el grupo fujimorista hace un par de días (que solo modifica un poco el artículo 30º, el precepto que da vacancia por participar directa o indirectamente en manifestaciones o prestas que «perturben» el «normal funcionamiento» de los servicios públicos, el comercio o corte vías de comunicación, y posibilita que los ciudadanos pidan directamente la vacancia), pero hacen referencia a que se modifican otros artículos (una treintena), entre ellos la incorporación como causa de vacancia el nepotismo («según su ley»), que se encuentran en otros proyectos (como el 00571/2011-CR, proyecto de Alianza Parlamentaria, que también tiene otros como el proyecto 01139/2011-CR), con lo que imagino que la comisión lo que aprueba no es uno de los proyectos presentados, sino que ha juntado varios y aprueba un texto sustitutorio que refunde una serie de proyectos distintos con el fin de realizar una modificación amplia de la Ley nº 27867, «Ley Orgánica de Gobiernos Regionales» (LOGR), cuando escribo estas líneas aun no está actualizada la página del Congreso con dicho texto.
No voy a hablar tanto del texto aprobado en comisión (porque no sé su letra exacta), puedo ver la de algunos de los proyectos que son su causa, como el mencionado nº 01241/2011-CR, el cual es una acumulación de despropósitos tanto en su intención como en su justificación (¿promover una protesta siempre es ir contra el desarrollo regional? ¿¡cómo!? eso es considerar, de partida, que la movilización es negativa tanto en el fondo como en el fin, que como medio debe ser proscrita, claro que el texto es de un fujimorista, ¿por qué habría de extrañarnos esta visión de la protesta social?), aunque casi peor, y digo casi, es el texto de AP nº 01139/2011-CR, porque ya me gustaría ver que se aplicara una causa de vacancia similar a los congresistas que apoyaran una ley luego declarada inconstitucional, tres cuartos de lo mismo cuando el proponente (o quien lo aprueba por Decreto de Urgencia) fuera el ejecutivo nacional. Volviendo al primero, ¿puede un ciudadano plantear la vacancia de un Congresista? ¿Por qué no? Los mismos argumentos que defiende su puesta en marcha para un Presidente Regional valen perfectamente para un congresista. Y no, la falta de mandato no es, ni de lejos, una razón, tampoco lo tienen los mandatarios (aunque parezca un contrasentido). En fin, que no se aplican el cuento.
En una de las notas periodísticas se entrevistó al congresista que presentó el mes pasado el texto del que todos hablan y ahí destacaba que el fujimorismo no tiene presidentes regionales, este contestó que en el 2014 tendrían varios y que igual se les aplicaría la norma… eso no es una respuesta. En realidad los partidos de ámbito nacional tienen una escasa presencia en las regiones (y decreciente, en contra de lo que debería haber pasado, nomás hay que ver los resultados del APRA o el propio fujimorismo), así en la primera vuelta de las elecciones regionales del 2010 solo 3 partidos nacionales alcanzaron alzarse con la presidencia sin necesidad de ir a segunda vuelta (Acción Popular en Tacna, el APRA en La Libertad, y una alianza del PNP con fuerzas regionales en Cusco), pasaron a segunda vuelta los fujimoristas en ICA, APP en Ayacucho y Lambayeque, ahí contra el APRA, y Somos Perú en Huánuco y Pasco, en dicha cita electoral la APP consiguió ganar en las dos plazas, Somos Perú venció por la mínima en Huánuco pero perdió en Pasco, el FRPI derrotó al fujimorismo en Ica, asi que quienes deciden la arquitectura del Estado no tienen presencia en las regiones (podríamos hacer también un repaso del peso en los alcaldes distritales y provinciales), y las mismas no tienen voz ni voto
Desde el Congreso peruano parece que se recela de las regiones, no se quiere competencia en su labor política (¿es una broma?), y se ve a los presidentes regionales como un incordio, como una serie de gestores del dinero público que no debieran tener potestades en el ámbito político, sin margen para maniobra autónoma, no se quiere, tampoco, avanzar en ningún tipo de descentralización, a sabiendas que puede significar perder el poco poder que sus partidos tienen en esos lugares (y esto porque tienen miedo de sus propias limitaciones en vez de ver una posibilidad de crecimiento militante), y el gobierno central aprovecha el congreso para atacar a los presidentes regionales que osan hacerle sombra (¡y recordarle sus promesas electorales! qué desfachatez), y en esas estamos.
Y es por eso que menciono (en el título de esta anotación) el tema de la bicameralidad, del Senado en concreto. La construcción ideal es la que se hace de abajo a arriba, pero teniendo ya un Estado que se dedica a destruir lo poco avanzado, es incluso iluso pensar en un proceso consensual de construcción de la descentralización que parta de los municipios y núcleos poblados, y mientras hablamos de cómo comenzar la descentralización (no es tampoco necesario un borrón y cuenta nueva) tal vez, dentro de los planes de traer la bicameralidad que ya están en marcha, plantearnos realmente el papel de la cámara alta como la representación territorial. Hace ya unos años le di vueltas a este tema, ahí mantuve:
Personalmente me inclino, dentro de los sistemas burgueses de parlamentos representativos, y para países como Perú, por un parlamento bicameral, donde los representantes de la cámara baja (Congreso o Cámara de Diputados) sean elegidos en una circunscripción única en todo el territorio nacional, y el Senado (Cámara alta) sea la representación de los territorios, por tanto, la circunscripción electoral sería la Región (…).
En el Senado, además, resultaría interesante una participación directa, en paralelo a los senadores electos de forma directa, de los distintos representantes locales, esto es, desde los regidores y alcaldes municipales hasta los presidentes regionales, al menos en la propuesta de ciertas medidas que tengan que ver con la descentralización o desconcentración, o ciertas legislaciones que les afecte especialmente. El Senado, en este sentido, debe servir para mejorar y optimizar la descentralización del Perú. Sobre todo si funcionara, en los asuntos «más importantes» como poco, mediante el mandato vinculante.
Así pues, el Senado podría servir para ayudar a la descentralización del país, dinamizando además la política nacional con la regional y no con ese aspecto de confrontación que actualmente tiene, donde el presidente de la república hace lo que le da la gana y se salta al presidente regional, y ante cualquier protesta el Congreso quiere legislar para castigar a los mandatarios regionales con los argumentos más peregrinos.
Con esto tampoco quiero decir que todo lo que los presidentes regionales arguyen en casos como el presente represente el «interés general» y no un deseo de mantener su cargo (lo mismo podemos decir de esos congresistas que se niegan a aplicar las duras condiciones que imponen a otros cargos públicos a sí mismos), pero en casos como el actual no se entiende que el Congreso tome una medida sin siquiera consultar a las regiones, a las que se les aplicará.
Por cierto: Sí, el proyecto (al menos los que leí) me parece (n) represivo (s) y contrario (s) a la movilización social.
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