Estos días muchos partidos muestran su cara más racista, menos solidaria, y muchos de esos partidos se dicen de izquierda (PSC y ERC, sin ir más lejos), hasta han comprado el discurso de la derecha sin sonrojarse ni un poquito (bueno, a veces rectifican, al ver las que les cae), y eso que la derecha nacional no se termina de aclarar (aunque lleva tiempo pidiendo que se endurezca la ya dura ley de extranjería, y mintiendo descaradamente sobre los efectos de la misma en extremos como la reagrupación familiar -que finalmente se ha limitado, por enésima vez-, así como azuzando la xenofobia), va, eso sí, dejando de lado el doble discurso para centrarse en lo importante para ellos: «No cabemos». La extrema derecha lleva años apostando por ese lema, deben estar aplaudiendo hasta con las orejas.
Aun así, la demagogia que se aplica para explicar ese «no cabemos» es tan mala que nadie debería aceptarla, pero aun así el discurso va calando, se asimila sin problemas una serie de mentiras (y gordas) no solo sobre la inmigración, sino sobre las causas y consecuencias de la misma.
Se identifican problemas como causa-efecto que no son tales, y se aplica la responsabilidad de dichos hechos a quien es víctima de los mismos, no al victimatario (así, que exista empleo sumergido es «culpa» del «inmigrante ilegal» y no se responsabiliza, socialmente, al empresario que explota a dicho inmigrante, que es, además, quien más defrauda a la seguridad social en dicha relación, no el trabajador).
Existe una campaña por parte de la derecha, que ciertas izquierdas ya han asumido como propias (insisto en el PSOE y ERC, lo de los primeros es triste, pero llevan treinta años aceptando postulados de la derecha a cuenta gotas, los segundos insisten en lo izquierdistas que son, pero como buenos nacionalistas a primeras de cambio sacan la xenofobia a pasear, y su concepto de solidaridad es «todo para los míos», incompatible con una postura de izquierdas), que simplemente miente, y se basa en:
- Los inmigrantes saturan la sanidad pública (algo que todas las estadísticas desmienten rotundamente, siendo los inmigrantes el colectivo que menos usa la sanidad -por debajo de su peso demográfico, más o menos la mitad del mismo-);
- Los inmigrantes cobran los subsidios que deberían ser para los españoles (acá habría que distinguir las prestaciones contributivas de las no contributivas, para el primer caso, cada quien recibe lo que ha aportado, independientemente de si es o no español, si hablamos de los no contributivos, hay que distinguir los regulares de los irregulares, para los primeros, pues tienen todo el derecho a recibirlo si cumplen los requisitos, a veces por requisitos temporales les es imposible entrar en dichos subsidios o prestaciones -o por el tipo de visado con el que están en España-, así que reciben MENOS que los españoles, si hablamos de irregulares, en principio no tienen derecho alguno);
- La ley de extranjería es demasiado blanda (esto es falso sin más, léanse la ley y me cuentan qué tan blanda es, además, la redacción principal de dicha ley la dio el Partido Popular, y desde el 2000 siempre se ha endurecido, contando la última reforma de la que viene el problema suscitado en Vic) o no se aplica (sí que se aplica, las expulsiones se realizan todos los días y los Centros Especiales de Internamiento están llenos);
- Los españoles tienen menos derechos que los inmigrantes (un inmigrante no comunitario no puede votar diputados o senadores, ni parlamentarios autonómicos, ni ocupar un montón de cargos públicos, y un larguísimo etcétera, así como no puede acceder a determinadas transferencias públicas, está sometido a más leyes de control administrativo -eso es la renovación del visado-, así como muchos derechos están matizados con respecto a los españoles, y todo desde la propia constitución, artículo 13);
- Los inmigrantes se llevan las ayudas públicas que deberían ir para los españoles (acá hay que distinguir a los regulares de los irregulares, los segundos no se llevan nada, los primeros, si la norma lo dice, «compiten» en igualdad de condiciones con los españoles, ahora bien, si el español está solo y concursa por una VPO y el inmigrante va con toda la familia, y el segundo tiene menos salario que el primero, por la simple lógica del concurso será él quien se lleve la vivienda, pero no por inmigrante, sino porque está en situación de más necesidad que el español, lo mismo pasaría si ese español compite con una pareja de compatriotas con menos salario y que esperan a un hijo, pero en ese caso nunca se dice «los españoles quitan las ayudas a los españoles», y si hablamos de regulares, hablamos de personas que pagan impuestos de igual manera que lo hace el español);
- Los inmigrantes no pagan impuesto y se lo llevan todo (lo segundo es falso como hemos visto, lo primero también, si distinguimos los regulares de los irregulares, los regulares pagan todos los impuestos de igual forma que los españoles -con el agregado de haberse formado «fuera» del sistema español, esto es, su formación no ha tenido más costes que los de adaptación para España-, los irregulares NO reciben ningún beneficio y además pagan el IVA);
- Los inmigrantes tienen derechos pero no obligaciones (¿perdón? como ya he señalado, tienen MENOS derechos, y las mismas obligaciones que los españoles, con algunas extras como el tener que trabajar para mantener el visado, a un español en el paro no se le echa del país, a un inmigrante que no ha trabajado más de seis meses sí se le puede llegar a echar, con lo que tiene la «obligación» de aceptar cualquier porquería de trabajo para poder renovar el NIE);
- Los inmigrantes tiran los salarios a la baja (eso es responsabilidad de los empresarios y, en su caso, de la negociación colectiva, no de los inmigrantes, oiga usted, quéjese de que hay empresarios que explotan por cuatro perras a otras personas, no del explotado por intentar sobrevivir);
- Los inmigrantes encuentran empleo antes que los españoles, el INEM les ayuda más (visto en una publicidad de DN, pues no, no es cierto, en esta crisis el colectivo que más ha sufrido el desempleo son los inmigrantes -por ocupar los puestos más precarios en la construcción- y son los que más difícil recolocación tienen, en general la tasa de desempleo de los inmigrantes es mayor, la tasa de colocación por los servicios públicos es menor y los empresarios españoles, para los puestos no precarios, prefieren trabajadores españoles, además, la tasa de desempleo alta ha hecho que españoles cubran puestos normalmente empleados por inmigrantes, eso sí, de manera informal, el trabajador cobra del paro y del subempleo mientras que el empresario se lucra con el beneficio del salario convencional no pagado y del fraude a la seguridad social, y esto normalmente no se hace con inmigrantes, sino con españoles; y esa afección mayor por el desempleo los coloca en situación de necesidad mayor que la de los españoles, por no hablar de la falta de red familiar que agrava la situación del inmigrante frente al español).
Y así podríamos seguir un largo rato. Todo lo que tiene que ver con las ayudas sociales (piénsese que muchas están reducidas a españoles y ciudadanos de la Unión Europea, así que su no consecución NO depende de los inmigrantes, menos de los irregulares, sino de la escasez de dichas ayudas), de las que los inmigrantes pueden acceder, no es que los mismos tengan «preferencia» por el hecho de ser inmigrantes, sino que normalmente están en peor situación que los españoles*, así que el problema es la escasez de ayudas sociales, no así la existencia de «inmigrantes» (a lo largo de la vida, un inmigrante que ha llegado a trabajar a España, recibe menos transferencias por parte del Estado que un español nacido en España, así como un inmigrante nacido en el territorio nacional).
¿Por qué triunfa el enfrentamiento horizontal? Es más fácil enfadarse con el «otro», el «diferente» (y posiblemente quien esté en posición de debilidad) que con el «igual», eso se da en parte porque hemos aceptado el discurso nacionalista, que nos iguala transversalmente (genera paz social y elimina la lucha de clases), y se coge al inmigrante como cabeza de turco (igual que los empresarios usan la indemnización por despidos como causa de la crisis, o como solución, cuando NO tiene nada que ver).
Al punto que, ante las consecuencias negativas de la crisis, en vez de buscar a los responsables de la misma, le da a la población por atacar a quien sufre en sus carnes dicha crisis, así una consecuencia de la crisis (más gente que requiere de los servicios sociales, y entre ellos abunda el colectivo más afectado por el paro, los inmigrantes) es vista como un «aprovechamiento» por parte de las víctimas (los inmigrantes, que en general lo que quieren es trabajar, no vivir de ayudas de subsistencia mínima) en vez de mirar a los especuladores que los dejaron en dique seco, que los tenían en promociones con las que ganarían millones pero, al reducirse el beneficio esperado, cerraron el chiringuito y dejaron a todos los trabajadores en el desempleo… El «cómo debería ser», a quién echar la culpa, lo retrató genialmente Manel en una viñeta en Público, lamentablemente esos obreros, en vez de ver con malos ojos a ese patrón aprovechado que extiende la mano al Estado y aun así despide, echan la culpa a los inmigrantes. Con los débiles sí se meten, ¿no?
Me robo la reflexión final de Rubén Kotler (realizada en «La “ultra” derecha toma el timón del barco en el mundo»), que viene bien para este artículo, pues termina resumiendo la solución para el problema, el fin de la lucha horizontal:
«Quizás sea el momento, definitivo, en el que una vez más podamos ser capaces de releer el manifiesto y comprender el mensaje final, aquel en el que Marx, sí, una vez más Marx, culminaba llamando a la “unidad” del proletariado. La lista de los que debemos unirnos para poner freno a la avanzada de la derecha es más extensa que solamente el proletariado, pero lo que no caben dudas es que solo esta unidad será capaz de transformar el mundo, ese en el que la reacción viene pisando con fuerza, por uno un poquito menos injusto, como primer y necesario paso para la construcción de otro mundo. Necesario y urgente.»
Y no quiero acabar sin recordar que el problema con las ayudas sociales no es quien se las queda (el más necesitado debe ser, independientemente de su nacionalidad y estado de legalidad) sino la escasez de las mismas, que si ha aumentado el número de necesitados, debe aumentar el número de ayudas, no se puede dar la misma cantidad que antes cuando la pobreza ha crecido, y hay que mirar a los responsables de la crisis, no a quienes la sufren.
Excurso: Si se quiere acabar con los «pisos patera» la solución no es impedir el empadronamiento a más de una persona por 20m2 (qué demonios, conozco apartamentos alquilados a parejas que no tienen 20m2 -menos de 10m2 por persona-, y yo he vivido en departamentos donde no salía ni a 15m2 por persona ni de lejos, y no eran «pisos patera», y teniendo en cuenta que en Madrid han salido VPO con menos de 60m2 para familias, haría imposible que dichas familias empadronaran, por ejemplo, a sus hijos), eso no soluciona nada, solo impide que esté en las estadísticas oficiales una realidad, además de dificultar la vida de quienes ya están en penosas situaciones vitales, la solución es aumentar el parque público de viviendas de alquiler.
*Hasta ahora recuerdo esa conversación, de las que ya les he hablado, de un chico, que vivía en casa de sus padres y optaba, junto con su pareja que también vivía en casa de sus progenitores, a una VPO, que se quejaba porque todo se lo dan a los «inmigrantes», luego resulta que dichos «inmigrantes» era una pareja con dos hijos que vivían de alquiler y tenían un salario ponderado menor que el de la pareja de estos dos chicos, ¿quién debe recibir una ayuda, quien ya tiene techo y buen salario o quien no lo tiene además de mantener una familia? Lo peor es que si esa pareja fuera de españoles ese chico no hubiese puesto «peros» en que recibieran la vivienda.
Jo no u veig aixi.Un espanyol sen va i no li donen ni els bon dia Un inmigrant aqui u te tot mamat i per molt que digueu es aixi .Per aixo els espanyols acabarem fira tots De fora vingueran i de casa ens trieran .Apart que nocsaben fer laO en un canut i son bruts Es terrorisme d’estat i genocidi per el poble espanxol I no soc raciste Soc realista Att.Laura
Salud
Creer que los inmigrantes lo tienen todo hecho cuando vienen (y decir que son «tontos», generalizando de esa forma) no es ser realista, es ser racista. Decir que es terrorismo de estado es pasarse tantos pueblos que no sé dónde acabó su comentario… ¿en Alfa Centauro? Usted repite esas mil mentiras y se las traga. No es realismo: es racismo.
Hasta luego.