Consideraciones varias sobre los resultados limeños para el Congreso

Hablamos demasiado de las elecciones presidenciales, tal vez porque se prolongan bastante más en el tiempo que las del congreso, tal vez porque realmente somos un país fuertemente presidencialista, tal vez porque son más interesantes para los inversores, tal vez porque el Congreso no nos importa para nada, tal vez… Tal vez tantas cosas. Al margen de una curiosa entrada de Ocram (por más que su DNI se empeñe en llamarle Marco Sifuentes) y de denuncias varias sobre los nexos de tales o cuales congresistas o con las mineras (esas que tan dadivosamente financiaron la campaña de muchos candidatos, y de distintos partidos a la vez) o con los narcotraficantes, u otras yerbas nada positivas sobre los representantes del pueblo, se habla poco del Congreso. Veíamos un minuto a minuto de los resultados presidenciales en distintos medios, afanados por actualizar la información, esa final que no fue de foto pero estuvo cerca, mientras que del Congreso no teníamos ni noticias lejanas (algunas sí). En la presente entrada me centraré en la circunscripción de la Provincia de Lima y Extranjero, la más grande con diferencia del Perú (y en la que yo ejerzo mi derecho-deber al voto) y jugaré con los resultados, no sin antes llamarles la atención por los siempre indeseables efectos de la barrera electoral.

La valla funcionó, y eso es una mala noticia
Cambio Radical (CB) se quedó sin escaño en Lima. Esa lista no goza, precisamente, de mi estima, que Álex Kouri se quede sin un curul no me quita el sueño precisamente, pero lamento que esto no ocurra por el voto popular, sino por la ley electoral. Ya he hablado repetidas veces en estas líneas sobre cómo la legislación influye en el comportamiento electoral y viceversa, y también me he posicionado repetidas veces contra las vallas electorales, CR sacó un 3% de votos válidos en Lima, y a nivel nacional no le fue mucho mejor, estuvo lejos de saltar la barrera electoral, pero es que con un 3% de votos en Lima, al repartirse tantos escaños (36), si no aplicáramos esa ficticia valla, debería bastar para al menos conseguir un curul (que representa el 2,77% de los escaños repartidos en la circunscripción electoral), cualquier cosa distinta a eso significa que CR queda subrepresentado. Kouri cuenta con más votos preferentes que algunos de otros partidos que sí entran al Congreso y realmente se queda fuera por el bajo resultado de su formación de alquiler.

Los porcentajes reales
Nos solemos centrar mucho en los porcentajes de los votos válidos, siendo en Perú los votos nulos y blancos considerados como inválidos (en España, por ejemplo, los votos en blanco son votos válidos), esta forma de presentar los datos oculta una dura realidad: El altísimo porcentaje de personas que no votan a partidos sino que o vician su voto o lo dejan en blanco. Así que acá va un cuadro de los resultados en Lima y Extranjero:

A primera vista unas cuantas consideraciones: El voto está harto disperso, al punto que si hablamos de votos válidos y sumamos los resultados de los dos partidos que más sufragios reciben están, ellos juntos, se quedan con 44,52% con la preferencia de limeños y residentes en el exterior, si hablamos de votos emitidos solo representan al 36,15%, y si hablamos del total de los electores hábiles en la circunscripción, solo el 31%. Cinco de los seis partidos que consiguen escaño, hablando en votos válidos, superan el 10% de las preferencias electorales, y si hablamos del porcentaje de votos emitidos nos encontramos que ningún partido supera el 20%, esto es, ningún partido puede decir que represente al menos a un quinto de los limeños y residentes en el extranjero que votaron.

También podemos ver algo: el 18,81% de los votos emitidos son o blancos o nulos (6,95% y 11,86% respectivamente). Esta cantidad es casi la misma que la del partido más votado en Lima (Fuerza 2011 tiene un 18,91% de los votos emitidos en la circunscripción), con lo que sería, si sumamos blancos y nulos, la segunda fuerza política limeña. Hay más gente que votó en blanco que al APRA, hay más gente que anuló su voto (o votó mal) que a Solidaridad Nacional. Aunque luego veremos una comparativa con las elecciones presidenciales y un juego con esos resultados, cabe destacar que el voto nulo y blanco para Presidente suma un 7,71% de los votos emitidos, cifra 11 puntos por debajo que la del Congreso. Para pensarlo bien.

Como curiosidad extra, los votos a partidos políticos en relación al censo electoral en Lima fueron inferiores que esos mismos votos en las elecciones al Congreso en España en el 2008 (esto es, el 69,63% de los limeños y residentes en el extranjero votaron por algún partido político, mientras que el 72,58% de los españoles en las Generales de 2008 votaron por algún partido político, ¿podemos decir que son más legítimas las elecciones peruanas porque se obliga a votar que el resultado de las españolas donde es voluntario si atendemos a los votos que reciben los partidos políticos en relación con el censo? Porque sí, en Perú vota más gente, pero no vota necesariamente a partidos).

Reparto de curules
Dejo para otro día un reparto pormenorizado con distintas fórmulas y esta vez haré uno más «sencillo», partiendo de los resultados oficiales aplicaré un reparto, primero, obviando la valla electoral (ese engendro) y luego contando a los votos blancos y nulos como si fueran formaciones políticas (o por separado o juntas -ya que la ley peruana los trata de igual forma-).

En el cuadro pueden ver que un partido se quedó sin representante (como veíamos al mencionar la barrera electoral) y ese escaño favoreció, ni más ni menos, que a Gana Perú. También se puede ver que si los blancos y nulos fueran una única formación, esta se llevaría 7 curules (el 19,4% de la cámara), siendo «perjudicados» los partidos «grandes», y si fueran por separado, sumarían 6 escaños (2 para los votos en blanco, 4 para los nulos). Ya que los nulos pueden ser votos mal realizados (esto es, existía la intención de votar por un partido pero, por error, se votó mal), mientras que los blancos responden a la idea de no votar por ninguno (salvo que el error sea dejar la casilla sin marcar…), al menos los votos en blanco deberían ser considerados en el reparto, y dejar, evidentemente, «vacío» los escaños que corresponden a dicho tipo de votos.

Esta tabla de escaños véanla en relación con la anterior, vean cómo el fujimorismo representa a menos del 20% de los votos emitidos y tiene el 25% de los curules de Lima, o cómo la Alianza por el Gran Cambio tiene el favor del 17,24% de los votantes pero se lleva el 22,22% de los escaños. Y así con todos, salvo con CR, que se quedó sin escaño por disposición legal nomás.

El distinto voto entre la preferencia presidencial y la del Congreso
No solo hemos visto que los votos en blanco y nulos son claramente superiores en el caso del Congreso que en el de Presidente (y eso que es la misma elección), sino que los partidos que se presentan a uno u otro poder del Estado también son distintos, tres partidos (APRA, CR y FS, aunque FS sigue apareciendo en los resultados de la ONPE como voto válido, algo que no deberíamos considerar así, por más que apareciera en la cédula de votación) no presentaron candidato presidencial, dos de ellos tuvieron una buena acogida en Lima (con 6% y 3% respectivamente). Esto nos debería hacer creer que en el caso del presidente, al no haber «pedido» el voto para una candidatura concreta ninguno de esos partidos sin «candidato a presidente» deberían haber más blancos y nulos (gente que quiere uno de esos partidos pero que, a falta de candidato, no vota -blanco- o lo hace nulo para presidente), pero es todo lo contrario, se vota más a presidente que al Congreso. Y se vota distinto además.

Fuerza 2011 ganó en Lima para el Congreso, pero para presidente fue la Alianza por el Gran Cambio quien «arrasó» (28,14% de los votos válidos). De los partidos «grandes» solo el fujimorista mantuvo más o menos invariable su voto presidencial con respecto al voto para el Congreso (podemos asumir que no recibió ni muchos votos apristas ni muchos votos de CR, al menos en la primera vuelta), así la diferencia es de tan solo un punto entre las dos elecciones (hablando del voto emitido, no el válido), mientras, que por ejemplo, PPK sacó 8,7 puntos (candidato presidencial) más que su partido para el Congreso, ¡8,7 puntos!

¿Por qué PPK fue incapaz de que el voto que para él iba fuera también para sus congresistas? Esta misma pregunta se la podemos hacer a Ollanta Humala (5,16 puntos de diferencia) y a Castañeda (3,05 puntos). Esta gran diferencia la podemos explicar gracias a los votos blancos y nulos, para presidente votamos más de forma válida que para el Congreso, mucha de la gente que apoya a PPK o a otros candidatos no apoyan, a su vez, a sus listas parlamentarias.

Los partidos políticos (o las organizaciones que se presentan como tales) deberían reflexionar seriamente sobre este punto, no se puede tener a un candidato presidencial con el 25% de los votos emitidos y que el partido no llegue al 18% de los mismos en la candidatura al Congreso, eso encima hace que, un posible gobierno de ese candidato, tenga menos apoyos en el Congreso que los que tendría si todos sus votantes lo fueran también de su lista parlamentaria. Los partidos deberían evitar caudillos que hacen campañas para sí mismos sin ayudar a sus listas del Parlamento.

En otro artículo ya me meto con distintos sistemas de reparto, juegos con presidenciales y al Congreso y con dos posibles cámaras en vez de una. Ya saben, estos divertimentos que no son más que eso en tanto que la legislación electoral también condiciona la forma en que se vota, con lo que lo que hago no puede ser extrapolable de forma inmediata.