Cada vez que el PSOE gobernante anunció un drástico recorte de derechos y libertades para los ciudadanos, o un paquete de ayudas para las grandes empresas financieras, o una subida de impuestos especiales e indirectos, lo hizo de la mano de una promesa: Subir los impuestos a los más ricos. Desde que quitó el impuesto de patrimonio y bajó el IRPF en sus escalas superiores (y dos veces lo ha bajado), es una promesa que se repite cada verano, o antes del verano, pero que no se concreta nunca. Otros años lo prometieron para los presupuestos, aprovechar el cambio de año, y tal, para subir impuestos. Nunca lo hicieron. No los directos, sí los indirectos. En alguna autonomía, sin querer queriendo, sí llegaron a plasmarlo en leyes, incluso con la aceptación del Partido Popular (como en Extremadura). Pero a nivel nacional, nada.
Imposible ver un gesto así en un gobierno que ha «perdido» dinero gracias a eliminar impuestos directos que gravaban las rentas más altas (como el de patrimonio), bajar las escalas más altas del IRPF, dar deducciones lineales en el IRPF para todo el mundo (como la maravilla de los 400 euros, medida por la que los más desfavorecidos no se pudieron beneficiar), o manteniendo sistemas impositivos que, nuevamente, solo alegran el rostro a las grandes fortunas (lo de las SICAV ya hasta aburre mencionarlo). El sistema fiscal, con el PSOE, ha seguido la misma línea que con el PP: Cada vez más peso a los impuestos indirectos (que perjudican a los menos pudientes con más saña) y menos impuestos directos (y las rebajas en el IS tampoco han faltado, por si las moscas), cada vez las rentas más altas pagan menos impuestos, y las rentas más bajas, como poco, los mantienen (y el cambio de peso no ayuda). Así que hemos visto cómo el IVA sube y el IRPF baja (sobre todo, insisto, en sus escalas más altas, aunque el mínimo para declarar también se ha aumentado).
Pero el PSOE insiste en prometer lo que no ha hecho y no piensa hacer: Subir impuestos a los ricos. Ahora el que se ha vuelto abanderado de la causa es el candidato socialista a la presidencia, Pérez Rubalcaba, Alfredo para sus amigos, que no deja de decir (desde antes del verano, además) que hay que subir los impuestos directos a los más ricos, y recuperar Patrimonio o algo que se le parezca (aunque solo ese impuesto ya hubiese evitado el recorte en pensiones de hace un tiempo, hay que decir que su función era más de control y policía sobre las grandes fortunas, para que no se escaquearan en otros impuestos, que de recaudación).
En España hay un alto índice de fraude fiscal (comparándolo con otros países de la Unión Europea, todos los que estén lejos del Mediterráneo), los empresarios, además, declaran poco (un promedio de nueve mil euros al año, mucho menos que el salario medio), y quienes más pagan son los que tienen (tenemos) rentas del trabajo, en tanto que son las más fácilmente controlables.
¿Quiénes son los más ricos? Si hablamos de rentas del trabajo, según la AEAT, el salario medio de 18,45 millones de asalariados es de unos 19 mil euros al año (en el 2009), pero no nos engañemos, el 57,55% de asalariados cobró menos de 17,4 mil euros al año, esto es, el grueso de la población asalariada cobra menos de dos veces el SMI (que no es alto).
168 mil personas, en cambio, cobran más de 87 mil euros al año, representan menos del 1% de la población asalariada. Mientras que el grueso de la población tiene una carga impositiva que, gracias a los aumentos en el IVA y demás, ha ido aumentando, los grandes salarios (y las más grandes fortunas) han visto cómo han pasado de pagar hasta el 53% de sus ingresos al año a menos del 45%. Ganando más de 43,7 mil euros al año (como salarios, insisto) solo hay un 7,23% de la población asalariada. Ganado más de 65,5 mil euros al año, en realidad, no se llega al 2,3% de la población asalariada.
No es difícil imaginar que rico es aquel que gana más que el 95% de la gente, y subir unos pocos puntos (hasta, por ejemplo, lo que pagaban antes de 2004) puede suponer una recaudación extra de 3 mil millones de euros, cantidad muy superior a lo ahorrado bajándole el sueldo a funcionarios y congelando pensiones (la gran mayoría de funcionarios no cobra más de 20 mil al año), en otras palabras, en vez de fastidiar a cientos de miles de ciudadanos con situaciones medias o bajas pagarían unos pocos algo más, ni siquiera mucho más, lo mismo que pagaban antes de todas las bajadas tributarias de los últimos años.
Pero no es el punto. No lo es por una sencilla razón: El PSOE no subirá los impuestos. Toda promesa de Pérez Rubalcaba, más que una promesa del próximo presidente, es un caramelo para que los ciudadanos les voten y ellos no pierdan por goleada las elecciones. Las van a perder, por mucho o por poco es lo que está en el juego, el PSOE promete lo que no hará ni ha hecho en los últimos 7 años, promete lo que no cree, promete lo que no haría si gobernara, y lo hace para que el ciudadano medio, ese que tiene un salario de mileurista, vote por ellos en vez de por quienes siguen prometiendo rebajas en los impuestos (al menos ya no ponen de ejemplo a ingleses y alemanes -claro, ganaron prometiendo bajar los impuestos, pero al final los han subido-).
El PSOE miente al decir que ahora toca a los ricos también pagar la crisis, mientras que los pobres, ese más del 50% de la población española, la venimos pagando desde que comenzó, pagamos sus rescates, pagamos sus ayudas, pagamos viendo cómo nos recortaban los salarios, pagamos viendo cómo nos alargaban las vidas laborales, pagamos con las tres reformas laborales que llevamos en los últimos dos años (¡tres! cada cual peor que la anterior, haya o no acuerdo con CCOO y UGT), pagamos con el recorte constante en los servicios públicos (sanidad, educación, prestaciones sociales, lo que toque), pagamos y queremos que la carga de la crisis, que no es nuestra responsabilidad, por lo menos se reparta mejor. Y eso es lo que promete el PSOE, pero lo promete sabiendo que no lo hará.
Y no lo hará por dos razones: Porque cuando pudo no lo hizo (incluso es el principal culpable de que los ricos hoy paguen menos impuestos que en el 2004) y porque es el que nos ha pasado la factura a todos los ciudadanos con sus recortes y reformas. Es el PSOE el que ha corrido a firmar una reforma constitucional que da pena, y es el PSOE el que a punta de decretos nos ha clavado reformas tributarias y laborales contraproducentes para los ciudadanos, es el PSOE el que se demuestra incapaz de defender una educación y sanidad dignas para todos, es el mismo PSOE el que ha seguido la ruta liberal en todo lo económico, y esto es así desde antes de la crisis. ¿Por qué iba a cambiar nada de eso Pérez Rubalcaba? Finalmente él es parte de ese PSOE que tanto daño ha hecho a los trabajadores de este país.
Miente. Y sabemos que miente. Y lo hace para que no se hunda su barco declarado de centro izquierda por más que siempre fue una derecha liberal en lo social (frente al PP, una derecha conservadora en lo social), y lo quieren hacer a costa de los sentimientos de izquierda de la población. Sin dudas es necesario en este país una izquierda de verdad, y un centro izquierda que también lo sea, no tener dos grandes partidos (con el 90% de la cámara) aplicando recetas de la derecha económica que solo se distinguen en matices (como pasa con Demócratas y Republicanos en Estados Unidos).
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