Volvió el IP, pero no para quedarse

El sábado se publicó el Real Decreto Ley 13/2011, de 16 de septiembre, por el que se restablece el Impuesto sobre el Patrimonio, con carácter temporal (BOE – PDF). Hasta que no lo vi publicado no me creí su aprobación, si les digo la verdad. No olvido que hace unas semanas puse en entredicho que fuera verdad. Viene con trampa, en parte al menos, es un impuesto que nace «con carácter temporal». El candidato del PSOE promete, en todo caso, crear un tipo impositivo especial para los más ricos que reemplazaría a este impuesto (¿ese no es justamente el impuesto del Patrimonio?), ver para creer.

En la exposición de motivos encontramos lo siguiente:

«El Impuesto sobre el Patrimonio se estableció por la Ley 19/1991, de 6 de junio, y fue materialmente exigible hasta la entrada en vigor de la Ley 4/2008, de 23 de diciembre, por la que se suprime el gravamen del Impuesto sobre el Patrimonio, se generaliza el sistema de devolución mensual en el Impuesto sobre el Valor Añadido y se introducen otras modificaciones en la normativa tributaria. Esta norma, sin derogarlo, eliminó la obligación efectiva de contribuir por el Impuesto sobre el Patrimonio, entre otras razones por haber disminuido su capacidad redistributiva al gravar principalmente patrimonios medios.»

¿Cuándo dejarán de repetir lo de «gravar los patrimonios medios»? Nunca fue verdad. Ese impuesto no llegaron a pagarlo ni el 6% de los contribuyentes, así que es difícil, sino imposible, considerar que una persona que se encuentra entre el 5,5% de los más ricos del país tenga un «patrimonio medio», por no decir que los patrimonios más bajos entre los que sí tenían que pagar algo, no llegaron a ingresar, de media, 190 euros al año (cantidad que está lejos de ser una gran carga para alguien que tiene una base imponible de hasta 300 mil euros -esto tras las exenciones y bonificaciones existentes en ese entonces-).

Es falso también que fuera un impuesto en que el grueso lo pagasen esas clases medias, solo hay que ver unos datos para eliminar ese error de nuestras mentes: La gente con patrimonio superior al millón y medio de euros fue solo el 4,85% de los que liquidaron ese tributo en el 2008 (para el ejercicio del 2007), y entre ese 4,85% abonaron el 58,44% de lo recaudado (o sea, de 2,12 millardos euros totales ese 4,85% de ciudadanos pagó un total de 1,23 millardos de euros). Si es que 233 personas (las personas con más de 30 millones de euros en sus patrimonios, el 0,02% de los contribuyentes de ese tributo), ellas solitas, pagaron en total 25 millones de euros más que los primeros 496.965 declarantes del impuesto (el 50,64% de los que declararon el impuesto).

Además, si ese era el problema, lo que tocaba era reformar, por ejemplo, el mínimo exento, o las exenciones sobre la vivienda principal hasta el 100%, y ese tipo de cosas, no suprimir un impuesto en que el grueso era pagado por una minoría dentro de los que declaraban ese impuesto. Ambas cosas (sin llegar al 100%) es lo que hace este Real Decreto Ley, aumenta el mínimo y sube la cuantía exenta de la vivienda habitual.

Esta restitución es, insisto en ello, temporal. La ley del Impuesto del Patrimonio, aunque parezca increíble, no fue derogada (lo menciona el párrafo citado supra), y a las Comunidades Autonómicas, por su falta de obligación y siendo un tributo cedido, se les compensó económicamente, al reactivar el impuesto el modelo de financiación no varía (que está establecido por Ley Orgánica), con lo que técnicamente es una «chapuza» monumental, donde el Estado hace una cosa y las Comunidades harán lo que les dé la gana y el Estado terminará pagando los platos rotos (acá en vez de acusar de «rompespaña» a quienes se nieguen a seguir a la autoridad central, parte de la derecha españolista juega a romper España negándose a aplicar el impuesto allá en donde gobierna).

El impuesto nace con dos años de vida, y tal vez menos, la primera declaración se hará en el 2012 (se cuenta el patrimonio a 31 de diciembre de 2011) y la última, si nada cambia, en el 2013. En otras palabras, dos, y solo dos años, los más ricos pagarán un poco más de impuestos, si es que el PP cuando llegue al poder cumple su promesa (nunca dicha de forma suficientemente tajante, por si las moscas). Es un impuesto que nace para morir, dentro de la contienda electoral, con poco recorrido, y como una rectificación parcial del PSOE.

Es, al menos, sano que el PSOE comience a reconocer que se equivocaron en algunas cosas, como no pinchar la burbuja inmobiliaria a tiempo (hoy Blanco lo ha vuelto a recordar, excusando al ejecutivo, eso sí), como quitar algunos tributos o en algunas medidas fiscales (Pérez Rubalcaba el otro día reconociendo que en la época de bonanza se equivocaron un poco en la política fiscal), lástima que parezca una rectificación más por el lado de los gestos a su electorado que una autocrítica sincera y con intención de cambio.

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