No no no y no. Y mil veces no. Tantas veces como sea necesario. No una y otra vez. ¿A qué tanto no? A aceptar la falacia y el golpe bajo como argumento de debate, a aceptar que a los que mandan se les deba juzgar de forma distinta que al resto de ciudadanos. ¿Cuándo se ha visto que a un asesino se le tenga que dejar libre porque debemos de valorar “el resto de su vida” en el momento de dictar sentencia?
Si Manuel, por llamarle de alguna forma a nuestro monigote recién creado, es un gran médico y salva 50 vidas al año, bien, eso hay que aplaudirlo, pero en si el juicio es por mandar a matar a su padre, sicario mediante, el que sea un buen médico nos tiene que dar exactamente igual. ¿No es cierto?
¿Entonces por qué los fujimoristas insisten tanto en que se debe juzgar a Fujimori teniendo en cuenta todo su mandato? ¡Claro que no! Una de las mejores cosas de la sentencia es que evita todo ello, y lógicamente lo evita en tanto que no afecta a lo juzgado.
Otra cosa es la política criminal, concentrada en cuatro casos que son por los que se le ha condenado, planeada y llevada a cabo por Alberto Fujimori desde un gobierno que mantuvo el ajusticiamiento como fórmula represiva.
Pero ni siquiera se ha “juzgado” esa política. A Fujimori no se le ha condenado por ella, más bien, “gracias” a ella (por eso es autor mediato, por montarla y dirigirla), tampoco se ha entrado a valorar si era o no necesaria, porque presumimos que el Estado de Derecho niega justamente esas políticas, todo lo que no se ajuste a Derecho y crear un destacamento como el Colina con licencia para matar no es ajustado a Derecho; Tampoco sus resultados, salvo cuatro en concreto, dos matanzas y dos secuestros. Así que no y mil veces no, no hablamos de un procesamiento a la lucha contra el terrorismo (¡faltaría más!) ni mucho menos una puesta en cuestión de los resultados buscados, hablamos en todo caso de un procesamiento a la guerra sucia y criminal, y la han restringido únicamente a cuatro casos, los más claros sin dudas, de todos los que se han probado.
Se ha probado, y es lo que importó para la sentencia, que Fujimori comandó una organización criminal que se fundó en el seno del Estado por medio de la cual se produjeron crímenes de lesa humanidad. Ni más ni menos.
La aplicación del Derecho no tiene nada que ver con encuestas de popularidad, no tiene nada que ver con el “sentir del pueblo” (¿qué pueblo? ¿el 28% de los limeños que quieren libre a Fujimori?), no tiene nada que ver con que mucha gente considere a Fujimori el mejor presidente de la historia peruana (no sé cómo, entre tanta porquería, pueden elegir una), tiene que ver con la aplicación de ese Derecho a un caso concreto (cuatro que son uno). Ni más ni menos.
A los fujimoristas
Y, por favor gente fujimorista, si creen que Fujimori fue el “pacificador” del Perú, y en esa “pacificación”, como todos, incluso ustedes saben, se dieron tantísimos casos de ajusticiamientos, matanzas y demás, acepten que Fujimori conocía todo ello, si creen que Fujimori era un pobre ignorante que no sabía ni qué hacía el SIN y el SIE, no llamen al ex presidente, el golpista Fujimori, “pacificador”, porque es incoherente con los argumentos con los que defienden a su líder. O era un ignorante o no lo era, pero no puede ser que todas las operaciones exitosas vengan casi de órdenes directas y operativas de Fujimori (como cuando se habla del rescate de la residencia del Embajador de Japón, en que tantas veces ustedes hablan del genio militar de Fujimori) mientras que todo lo criminal, negativo, errores y demás fueron cometidos por otros. Por favor, no insulten la inteligencia de los peruanos de esa forma.
Si ustedes, gente fujimorista, creen que esos crímenes están justificados porque eran “necesarios”, simplemente no pidan justicia para el autogolpista, no sean tan hipócritas, porque ustedes saben perfectamente qué es la arbitrariedad, no hablen de democracia, porque no creen en ella, y entiendan que, los que sí creen en el Estado de Derecho, lo apliquen correctamente, y que en la aplicación del Derecho los criminales pierden, aunque sean pocas veces y tras tantos años de cuasi impunidad como los vividos por Fujimori.
No es un triunfo, por favor, del terrorismo, en ningún caso, entre otras cosas porque se ha aplicado el orden que Fujimori subvirtió, no tiene nada, absolutamente nada que ver, la sentencia con el “rebrote senderista”, porque ese rebrote lleva tiempo existiendo (¡nunca desapareció!) y porque esos terroristas no son el Sendero Luminoso que asoló el Perú durante tantos años, no buscan revolución alguna, simplemente son narcotraficantes, que incluso piden la cabeza de Abimael, y llevamos meses con una sangría de muertos, de emboscadas de “narcos” y de “excesos” (crímenes) por parte de un ejército comandado por incapaces de plantear una estrategia integral para hacer desaparecer esa lacra y que tienen el gatillo demasiado fácil ante inocentes.
A todos
No entiendo el debate de si las víctimas de los crímenes en La Cantuta y Barrios Altos eran o no senderistas, si los apoyaban o les gustaba el color rojo y los polos del Che, no entiendo que si se considera que no los eran se defienda el “sesgo político” del tribunal, y no lo entiendo fundamentalmente porque aun siendo los terroristas más peligrosos del mundo, el balearlos sin más, el secuestrarlos y ajusticiarlos, vamos, el realizar ejecuciones extrajudiciales es igual de criminal sobre una persona con antecedentes o buscada por la justicia que sobre un menor.
No entiendo que se le dé tantísima importancia, sobre todo por los que creen que la sentencia es o excesiva o no debió ser condenatoria, que se agarren a ese hecho como a un clavo ardiente, porque un crimen lo es independientemente de cómo podríamos considerar a la víctima, y si pagaba o no sus impuestos (por decir algo).
Para los que dicen que tras tanto tiempo no se puede ni probar ni dejar de probar la culpabilidad de las víctimas, solo dos cosas: No eran el objeto del proceso, para nada, el juicio no iba de la inocencia de las víctimas (¡faltaría más!); Si hubiesen sido juzgados en su momento no serían víctimas, si la policía (el SIE o quien fuera) tenía pruebas tan claras, lo que tocaba era el arresto, no el ajusticiamiento.
Si no sabemos si eran o no senderistas (la sentencia dice que no hay prueba alguna que indique que lo sean, y eso que la defensa de Fujimori ha intentado demostrar que lo eran), en gran medida es porque el Estado los mató y nunca los juzgó. Ese estado comandado por Fujimori.
Creo que no te había visto antes tan contrariado, Jomra >__<
Salud
Pero me quedé más pancho tras escribir :D.
Hasta luego ;)