Mientras voy como una tortuguita acabando estas notas, veo cómo el tema de la reforma laboral sigue discutiéndose y, por suerte o por desgracias, se escapa bastante a lo que fue la reforma de 2012, tanto en temas como en fondo. Pero vamos todavía con lo de 2012 y la «derogación». Y sigo con las notas e ideas que había tomado ya hace un mes largo, que si no es apostar a caballo ganador y eso está feo.
Así que acá tenemos la quinta entrada sobre la cábala de la reforma laboral, ahora más centrada en esas cuestiones que significaron generar un desequilibro en favor de la empresa. El Derecho Laboral (así, con sus mayúsculas) está en ese mundo de lo privado (afecta a relaciones privadas) donde una de las partes tiene mucho poder (empresa) y la otra muy poco (personas trabajadoras), por ello, en el Derecho se crean una serie de figuras que «protegen» a las personas. Esto es habitual en todos los ámbitos donde el poder de negociación es muy distinto (por ejemplo, el Derecho del consumo o todo el Derecho de Protección de Datos).
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