Una vez que Alan García llegó al poder y se instaló en Palacio de Gobierno, tras los malos resultados para el aprismo, la propuesta de AF se volvió más jugosa. García, al parecer, se comprometió a revisar los juicios pendientes al ex presidente Fujimori (y esto parece cierto ante la pasividad del gobierno en el tema de la extradición, no hay que olvidar que los dos procuradores anticorrupción que llevaban en caso de Fujimori renunciaron a su cargo por considerar que el gobierno de García "no quería extraditar" a Fujimori), mientras tanto, Alberto Fujimori se refugiaría en algún otro país hasta el 2011, para postular otra vez a presidente sin haber hecho oposición alguna al gobierno aprista. A la par que el fujimorismo, durante estos 5 años de gobierno aprista, apoyaría las medidas impulsadas por García. Dentro de este pacto estaría también la presencia del fujimorismo en la mesa presidencial del Congreso (gracias a los votos apristas la tercera vicepresidencia la consiguió un fujimorista), junto con la presidencia de una comisión.
El artículo falla al considerar la política peruana, menciona a la fujimorista Alianza por el Futuro (AF) como la "primera mayoría nacional parlamentaria" (cuando cuenta con sólo 13 escaños) o menciona que los votos del fujimorismo sumados con el del aprismo dan mayoría absoluta al gobierno (cuando los 36 escaños del Partido Aprista Peruano -PAP- sumados a los 13 de AF quedan lejos de la mayoría). Es cierto que dan mayor apoyo al gobierno, y que en las últimas actuaciones parlamentarias de ambos grupos hemos visto unas preocupantes coincidencias, tanto en rumbo como opiniones. A ello hay que recordar el apoyo de los conservadores al proyecto dirigido por el APRA. Esto es, para el gobierno no es tan necesario el apoyo de una fuerza que prácticamente sólo tiene fuerza en Lima y un par más de departamentos, pero aún así, no les viene nada mal un apoyo de 13 votos en un congreso lleno de partidos.
El gobierno de García, como parte del trato, intentaría influenciar en La Moneda para que esta mueva los hilos y consiga que la Corte Suprema de Chile no extradite al ex mandatario peruano Alberto Fujimori. Se supone que García ha conversado sobre este tema con la presidente de Chile, Michelle Bachelet, para convencerla de los "efectos negativos" que tendría para ambos países la extradición de Fujimori.
«"A Chile le conviene que García se fortalezca y pueda gobernar. Además, si Fujimori llega preso a Perú podrían avivarse sentimientos antichilenos, a la vez que está el riesgo de que Santiago se enemiste con la posible futura Presidenta, Keiko Fujimori, que postulará si no lo hace su padre", expresa un destacado fujimorista limeño.» Destaca el artículo de El Mercurio.
Ricardo Núñez, un senador del Partido Socialista (PS), tuvo contactos con el gobierno peruano. Aunque el senador niega los contactos, manifiesta que está de acuerdo en que la extradición de Fujimori «no le conviene a nadie». El artículo recuerda que Bachelet lanzó duras críticas contra Alberto Fujimori cuando era candidata presidencial, ahora en el poder no está convencida de presionar de alguna forma a la Corte Suprema para que no extradite al ex mandatario peruano. Por su parte, la ministra Paulina Veloso es contraria a que Fujimori quede en libertad. A su vez, el gobierno japonés parece defender a Fujimori (que cuenta también con nacionalidad japonesa), a quien aún creen deber algo por la liberación de la casa del embajador de Japón de un comando del MRTA en 1997.
La última palabra, en todo caso, la tendrá la Corte Suprema de Chile, esperemos que se respete su independencia. Y no olvidemos que la persecución de genocidas (como lo es Fujimori) no es un tema político, sino de justicia.
Publicado también en De Igual a Igual.
Siempre los presidentes se protegen…