Lisboa, Unión Europea, religión y preámbulos

Hoy se ha publicado, por fin, la ratificación realizada por España del Tratado por el que se modifican el Tratado de la Unión Europea y el Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea, hecho en Lisboa el 13 de diciembre de 2007 (Tratado de Lisboa, para los amigos), pueden verlo en: BOE-A-2009-18898 (PDF, 192 páginas, más de 6 megas). El Tratado de Lisboa fue ratificado en España por el Congreso de los diputados el 26 de Junio de 2008 y por el Senado el 15 de Julio de 2008, pero hasta que no se ha publicado en el BOE no entraba en vigor «internamente» (y no son pocos los tratados que se quedan en dique seco durante años esperando o ser ratificados o ser publicados, lo cual es incluso peor), en concreto este tratado entrará en vigor a todos los efectos, dentro del reino de España, el 1 de diciembre del presente año… Pero de esto no les quería hablar, sino, más bien, de un detalle que no había visto hasta ahora.

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El tratado de Lisboa y el «Sí» irlandés

Irlanda dijo «no» al tratado de Lisboa, Irlanda ahora ha dicho que «sí» al Tratado de Lisboa. ¿Qué ha cambiado en este tiempo entre una y otra votación para que la opinión pública varíe? Por un lado, se apresuran a señalar, la crisis económica ha golpeado fuerte al milagro liberal, y ven en las instituciones europeas un colchón que sueñan no perder nunca (y les han vendido la necesidad de ratificación como un requisito para la continuidad de la Irlanda de la UE) y por otro, una serie de «garantías» que permiten que Irlanda siga siendo un paraíso socialmente conservador,con lo que muchas posturas por el «no» o han cambiado o se han relajado al punto de no hacer campaña en favor de su postura, habiendo conseguido ya lo que pretendían (como en el tema del aborto).

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Irlandeses paran en seco a la Europa del capital

Los mandatarios que firmaron el tratado de Lisboa lo tenían claro: Para seguir avanzando en la Unión Neoliberal de Europa (también conocida como Unión Europea) el texto del nuevo tratado debía ser aprobado por los parlamentos o gobiernos (según toque) evitando en todo caso pasar por los referendos. Así pues, países donde el «no» fue dado al Tratado por el que se establecía una Constitución para la UE serían evitados, sus ciudadanos ignorados, y la UE se dotaría de nuevas normas para funcionar con 27 miembros (el problema es que el tratado de Niza es insuficiente).

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