«En el mundo, el conflicto entre izquierdas y derechas terminó con la caída del Muro de Berlín. El conflicto es ahora con los efectos perversos de la globalización.» Ollanta Humala se sincera.
Hace ya más de un mes Carlos Mejía reflexionó, en la web del Partido Comunista Peruano (PCP), sobre «Los dilemas de la izquierda», en el que advertía que «la estrategia de llegar al ejecutivo y/o legislativo de la mano del nacionalismo humalista es una alternativa condenada al fracaso», e indicó con bastante tino que el «Humalismo (…) va a optar por moverse hacia el centro político en la expectativa de ganar en segunda vuelta» y la entrevista publicada en Perú 21 al líder humalista deja claro que Ollanta ni plantea ni quiere plantear una alternativa no ya socialista, sino de izquierdas siquiera.
La entrevista sirve realmente de poco, la podemos leer en clave electoral por más que falten aun varios años para el inicio de la campaña (al menos formalmente hablando), y ya sabemos que lo que se dice de cara a la cita electoral, por esta clase de políticos, es como para no creerlo. Queda claro, eso sí, que el nacionalismo que pregona Ollanta no tiene nada que ver con el proyecto de país socialista que muchos izquierdistas veían en el humalismo, deseosos de la conquista del poder político por medio electoral.
Ni siquiera es que Ollanta Humala caiga en el más que ambiguo socialismo del siglo XXI (y eso que desde Venezuela, como poco, se le quiere como al hijo que no tienen en el Palacio de Gobierno peruano), es peor, directamente huye de la izquierda, de declarar el partido que dirige (que aunque sus siglas sean PNP, en el logo va una O bien grande, demostrando más culto al líder que otra cosa) «no es clasista», es un «royecto de familia en el cual se incluye a todas las clases sociales», a diferencia, sin ir más lejos, de las organizaciones político sindicales que sí son clasistas. ¿Qué izquierda puede haber en un proyecto así? Cada vez me recuerda más el nacionalismo humalista al primer aprismo, ese anti-imperialista, que era denunciado por los partidos comunistas como un engaño para los trabajadores y campesinos, un proyecto más de las urguesías, esta vez las nacionales frente a las internacionales, pero burguesías finalmente.
«Que yo soy nacionalista. En el mundo, el conflicto entre izquierdas y derechas terminó con la caída del Muro de Berlín. El conflicto es ahora con los efectos perversos de la globalización.», declaró Ollanta Humala.
Quienes consideran perversa la globalización actual nos dividimos en izquierdas y en derechas, no la derecha neoliberal (mercantilista, si se quiere), claro, pero derechas finalmente (incluso las pequeñas burguesías nacionales de países no favorecidos). Al comienzo del movimiento antiglobalización eso quedó bien claro, los grupos que asistieron a las primeras reuniones eran de todo menos homogéneo. Pero sí existe una respuesta de derechas y una de izquierdas a lo que es la actual globalización, hay, en cada una de esas, un lado internacionalista, alterglobalizador, y uno autártico. ¿En toda esa gama dónde se ubica Ollanta Humala y su partido? Decir que no se es ni de izquierdas ni de derechas nos retrotrae al fujimorismo (entre otros muchos partidos que dicen «huir» de las «ideologías»), que tanto tiempo ha abanderado el no tenemos ideología, somos pragmáticos, pero sí la tenían y tienen, y bien de derechas, autoritaria y neoliberal. ¿Si Ollanta llega al poder qué soluciones pondrá?
Si queremos un cambio real en Perú, desde la izquierda clasista, no nos podemos apalancar en el seguidismo de proyectos dizque transversales, «de familia», que ni fu ni fa con la izquierda (¡que niegan la necesidad de hablar de izquierdas y derechas!), como es el humalismo (y eso que la vez pasada vivieron acusando a diestro y siniestro de derechistas a otras formaciones, ¿por qué si el conflicto no está en izquierda-derecha?). Y no, tampoco podemos aceptar que esas declaraciones hay que entenderlas como un engaño necesario para llegar al poder, la mentira jamás puede ser la base del accionar político salvo si admitimos los medios de la burguesía como válidos y nos ponemos a su nivel.
Excurso: Aprovecho para recomendar un artículo de Rubén Kotler publicado en De Igual a Igual: «El bicentenario es el proyecto de la burguesía», critica, justamente, los proyectos nacional-burgueses. No son nuestro proyecto. Lo mismo pasa con ese nacionalismo interclasista de Humala.
Todo es parte de una estrategia, tiene q edulcorarse un poco (negar la izquierda es una estrategia riesgosa, pero calculada) a fin de romper los anticuerpos que tiene el humalismo en una Lima clasemediera que se ve mas pragmatica que el resto del pais que es mas reinvindicacionista.
Asi como Lourdes tiene un problema en sintonizar con las clases populares, Umala tambien lo tiene verde para hacer clic con una Lima que ha ido prosperando y que ve en el un Evo Chavez capaz de retroceder lo que se ha avanzado (que no es poco pese a las desigualdades, la verdad sea dicha) en la economia.
Sería un grave error de OHT de virar hacia el centro o hacia la derecha, porque para empezar, ya están ocupados esos sitios, y de otro lado, le dejaría el espacio a otro aventurero que le podría hacer mucho daño. Lamentablemente OHT tiene que quedarse donde está solo que tiene que bañarse y cambiarse de ropa para poder venderse mejor.
Salud
También veo esto en clave electoral, pero no deja de ser un «sinceramiento» el que diga que para él la dialéctica izquierda-derecha está pasada. Esto debemos tomarlo en buena nota quienes nos consideramos a la izquierda del espectro político. Son los asesores del PNP quienes ven a la izquierda (al discurso de clase finalmente) como un lastre político del que se quieren deshacer.
Está claro, además, que el electorado de izquierda (de clase) en Perú es realmente insignificante, y Humala no necesita de cuatro votos mal contados sino, justamente, de no perder en ciudades como Lima -como indica Ernesto-. Recordando un poco: En Lima provincia Ollanta, en la primera vuelta, quedó segundo, a más de 12 puntos de UN. ¡12! Y para el Congreso UPP quedó como cuarta fuerza en Lima-Extranjero (UN, AF y APRA por delante). En la segunda vuelta el García sacó millón y pico de votos más que Ollanta en Lima, siendo la diferencia general de todo Perú de unos 700 mil votos. O sea, las elecciones las perdió en Lima (y en otros distritos costeros como Callao y La Libertad).
En todo caso sí es cierto que, por ejemplo, Chávez llegó al poder con un discurso bastante distinto a lo que luego ha ido haciendo (sea lo que sea que hace), igual pasó con Fujimori o con Menem (que, si no mal recuerdo, fue el cínico que dijo aquello de «si dijera en la campaña lo que voy a hacer cuando gobierne, no ganaría las elecciones» o algo así), con lo que el discurso actual del «nacionalismo ni de izquierda ni de derecha» puede ser un «engañabobos». Lo que me lleva a pensar que un político que basa su discurso electoral en engaño no es de fiar para nada. Y Ollanta no lo es.
Hasta luego y gracias por los comentarios ;)
A diferencia de lo que dice jaime del c. en su comentario, el espacio «centro» hasta ahora esta vacio para las proximas elecciones. Ese fue el juego de alan en las elecciones pasadas, podriamos hablar de una estrategia parecida ahora? quizas, aunque le resultara mucho mas dificil a humala lograr abarcar ese espacio…
saludos
manuel
Aún sin conocer a fondo la política de tu país tengo la sensación de que sucede algo parecido «las izquierdas» españolas y sus múltiples ramificaciones
Salud
@manuel: ¿El Centro vacío? Estoy de acuerdo en que ese fue el juego de Alan, y con «el centro» ganó (hay que ver cómo, en su campaña, fue bajando el tono y finalmente dejó todos sus postulados principistas por adoptar los de la derecha, como con el tema del TLC), pero yo diría que el discurso centrista (que no las prácticas -ni siquiera sé si existen prácticas «de centro») está presente en casi todos los partidos con representación institucional, con más o menos autoritarismo, pero ahí está… (Tal vez el problema sea de conceptualizar qué es centro y resulte que no estamos hablando exactamente de lo mismo :P.)
@JRMora: ¿En lo que la izquierda tira al centro y habla de progresismo donde antes decía izquierdismo? Sí, sería básicamente el mismo «proceso»… ¿O se refiere a que internamente no se aclaran qué son o cómo lo son, siendo internamente más incoherentes que un neonazi negro y judío? En eso también :S.
Hasta luego y gracias por sus comentarios ;)
Lógico, Ollanta Humala no es de Izquierda, es alguien que habla mal del sistema, de EEEUU y de la derecha, pero no es de izquierda, parece contradictorio, pero es así, al igual que Chávez se ha convertido en dictador, Humala nos presenta ese mismo riesgo, un nacionalismo interesado, para defender una manera de pensar tergiversada de bien social y un proyecto familiar, como lo dices Jomra. Lo que está haciendo Chávez nos debe alertar con respecto a Humala, la izquierda no necesita de estos personajes para emerger, necesita de soluciones prácticas para los problemas sociales, respetando la libertad individual.