No son «brotes»

Existe una idea generalizada sobre el «aumento del racismo» junto con la aparición de «brotes» de «racismo» (eventos violentos con odio racial de por medio). Junto con esto, no faltan quienes indican el clasismo que subyace al problema (elemento que existe, pocos se quejan del extranjero millonario; pero no es único o principal). Esos eventos violentos (palizas acá y allá, hechos puntuales o no tan puntuales) tal vez sean algo más visibles ahora, pero no son nuevos. Que sean visibles tiene un pequeño elemento positivo, es que ya son noticia (no son «normales» ni simplemente «justificables» fuera del delito de odio), el negativo es que se acompañan normalmente de un discurso racista, racializador y clasista, en otras palabras, justo la forma inversa a como se deberían estar presentándose (estoy generalizando, hay medios que tratan correctamente estas noticias).

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A vueltas con la segunda en Francia

Existe cierta obsesión por parte de determinados medios (o los dueños de esos medios) para señalar a cierta izquierda institucional como la culpable de todo, sea por acción u omisión. Resulta al menos «curioso» cuando, en la gran mayoría de los casos, ni gobierna ni está cerca de hacerlo. Incluso es «culpable» de querer llegar al objetivo que tienen todos los partidos: gobernar. Ser la primera fuerza política. En el caso francés veo que se pone mucho énfasis en lo que dice y hace La France Insoumise, plataforma que quedó cuarta en los comicios. Se nos dice, con aire acusador, que Mélechon guarda silencio y que dos tercios de sus militantes se quedarán en casa mientras que solo un tercio votará por el candidato derechista Macron, con lo que serían responsables de no parar a la ultraderechista Le Pen.

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