Estaba anunciado, hace unas semanas, el General en retiro Edwin Donayre avisó que estaba esperando la señal de Dios para saber si se presentaba a… ¿a presidente? ¡a político profesional! Eso, a político profesional. Seguro que a Presidente. Lo mínimo. La cosa es que todos esperábamos el buen criterio de Dios para no dar señal alguna a tremendo militar en retiro, tristemente famoso por mostrar ese nacionalismo exacerbado, cavernario y antichileno, pero recordado también por querer impunidad de los suyos, por aplaudir a golpistas y otras lindezas que desearíamos que gente con armas no hiciera o dijera, pero la realidad nos contradice constantemente. Como decía, la idea es que Dios, en todo su poder, no se apareciera. Pero el Nazareno nos ha jugado una mala pasado, una broma tal vez, o pura esquizofrenia del candidato, se apareció, ¡señal de Dios! Y ahora Edwin Donayre, personaje de triste recuerdo y rabiosa actualidad, anuncia que se presentará en las elecciones tras recibir «la señal divina del Señor Nazareno».
Día: 13 de abril de 2009
Mentiras sobre medias verdades
O cómo detectar la demagogia barata aplicada sobre una realidad reformulada es tomarnos por idiotas.
Detesto (y esa es la palabra) cuando los políticos profesionales nos toman por idiotas, «juegan» con la realidad para aplicar una demagogia barata. Este finde tenemos dos ejemplos de ello: Arenas, líder del Partido Popular Andaluz, exigiendo elecciones anticipadas y Urkullu, líder del Partido Nacionalista Vasco, diciendo que el lehendakari de Euskadi es Ibarretxe porque «así li ha decidido la ciudadanía vasca». Y en los dos casos el fallo es el mismo, «hacernos creer» que vivimos en un sistema presidencialista.