Desde el momento en que se inició la segunda vuelta de las últimas presidenciales, el humalismo se despojó de toda su izquierda en esa hoja de ruta pactada con la derecha para derrotar al fujimorismo (aunque tuvo reflejo posterior, esa sangría de los congresistas más reconocidos a la izquierda y la expulsión, hace ya un tiempo, de todos los izquierdistas de sus ministerios), pero, no nos engañemos, Humala nunca fue de izquierdas ni quiere serlo. Gana Perú se presentó con un programa de amplio espectro, que traía consigo un apoyo claro a un tipo de capitalismo más o menos estatista, plan que nunca cumplió por esa ruta que, al final, ha sido más de lo que ya teníamos.
Estos días los medios más «tremendistas» se han dedicado a rescatar el plan original, el de la Gran Transformación, para azuzar el «miedo» de que Humala cumpla las promesas electorales con las que ganó la primera vuelta, dos temas han centrado dicho miedo, el de REPSOL y el apoyo de Perú a Maduro en UNASUR (un apoyo que poco tiene de amistad, es más un «ganador apoya a ganador» que otra cosa, aunque hay medios peruanos que están siendo más caprilistas que el propio Capriles en su lucha contra las autoridades electorales venezolanas)…
¿Alguien de verdad creyó que esos dos hechos eran una vuelta a la programática de La Gran Transformación? ¿Con el gabinete actual? El miedo vende, y no hay nada más miedo a la derecha que comanda los principales medios del país a un giro aunque sea un poquito al centro-centroizquierda. Eso sí, ha tenido suficiente intensidad como para que el vocero del oficialismo nos recuerde lo que son, así Jaime Delgado, nos dice que nada que ver, incluso asegura que la compra de las estaciones de la multinacional nace de una oferta de la propia compañía y que el gobierno estudia de forma «técnica» y no «ideológica»… Esto, esto… El gobierno debería estudiar la compra desde ambas perspectivas, el plano político (eso es la ideología) es total y absolutamente importante. Pero bueno, parte del «más de lo mismo» es pensar que lo que tenemos ahora no responde a un esquema ideológico, que solo la izquierda es ideología. Error.
Mientras tanto, los primeros grandes aliados del humalismo, los que se subieron al carro electoral al inicio de la construcción del frente amplio (tras, eso sí, el recuerdo del fracaso del 2006 y el parcial triunfo de Ollanta en aquellas elecciones), siguen con sus planes de presentarse a las elecciones, bajo la forma de partido, integrada desde el centroizquierda de Fuerza Social hasta el Partido Comunista peruano, y viendo que toda la izquierda ha huido del humalismo, ¿por qué esos medios presentan un giro a la izquierda del gobierno como una «posibilidad» siquiera?
Es que ponen una noticia y la contraria juntas sin siquiera hacer la mínima reflexión de cómo abordan ambos temas, como si fueran inconexos o no tuvieran nada que ver.
La vena autoritaria del gobierno no es sinónimo, ni de cerca, de izquierda política. Ni siquiera es un giro, ha sido una constante en el candidato y luego presidente que la hoja de ruta ni tocó.
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