Tengo muchísimas para hablar por aquí, pero la verdad es que no he conseguido ponerme en serio a escribir algo coherente. es difícil hablar de la situación actual teniendo en cuenta las múltiples. Cuestiones que están por analizar. No sé ni por dónde comenzar. Sí, en realidad lo de Gaza. Ya he intentado hablar de esto otras veces, en realidad, tenía escrito una entrada bastante larga sobre el tema. Pero, entre unas cosas y otras, se quedó en el tintero y ya está desactualizada.
Lo primero es que debemos encuadrar el conflicto en lo que es: en todos estos años de ocupación, en la represión constante sobre el pueblo palestino y en que Israel no es un Estado democrático, por más que nos lo quieran vender como tal. No es un Estado que respete los derechos humanos (me dirán, y con razón, que qué Estado los respeta… bueno, sí, pero digamos que hay niveles de cumplimiento e Israel se encuentra lejos de ser uno de los países que más o mejor respetan los derechos humanos).
Nos encontramos con un problema básico en todo este este tema. Y es el mal funcionamiento del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, su incapacidad absoluta para mantener la paz cuando los intereses de uno de los cinco miembros con derecho de veto están siendo cuestionados. En concreto, lo estamos viendo en el caso de Rusia contra Ucrania y en el caso de Israel contra el pueblo palestino. No puede ser que el CSONU sea incapaz de intervenir simplemente porque un Estado dice que no. Y esa negativa no se justifica desde el bien de la humanidad, si no por sus intereses particulares única y exclusivamente.
Pero este problema de base, que ya lo teníamos de antes y que lo seguimos teniendo y lo seguiremos teniendo mientras la configuración sea la actual. Nos encontramos con. La impunidad absoluta que tiene Israel en la comunidad internacional son pocos los países que se atreven a indicar. ¿Qué es lo que hace Israel? Son crímenes de guerra que lo que hace Israel es genocidio o como poquísimo limpieza étnica. Que los planes de Israel desde hace más de 60 años son con desplazar a la población Palestina y quedarse con esas tierras. Que Israel durante todo este tiempo ha maltratado, ha reprimido y ha destruido a la comunidad Palestina. Es cierto. El pueblo palestino ha crecido en número, pero sus condiciones son de las peores del mundo en una zona que no es precisamente. Atrasada o con problemas estructurales. Como nos encontramos en otras zonas del mundo. Todo lo contrario, se nos presenta como una zona. Israel. De lo más moderno.
A Israel se le quiere justificar (y se autoexculpa) desde el «derecho a la legítima defensa», no, en ningún caso un ataque represivo es legítima defensa; no, en ningún caso atacar lugares que están prohibidos en el Derecho Internacional es legítima defensa; no, en ningún caso reprimir a un pueblo en su conjunto es legítima defensa; no, en ningún caso sitiar población civil es legítima defensa; no, en ningún caso bombardear población civil es legítima defensa; no, en ningún caso… podríamos continuar con casi todo lo que ha hecho Israel en los últimos meses (y también aplicarlo a los últimos años).
No estamos hablando de legítima defensa, nunca lo ha sido. Los ataques de Israel son de represión pura y dura, son de venganza. La «venganza» ha estado en el discurso del Gobierno israelí desde el primer momento. La deshumanización del pueblo palestino ha estado desde el primer día, «son animales y los tratamos como tales», parafraseo lo que dijo un ministro. La idea de desplazar a la población, de eliminarla del territorio, de acabar con ella, «invitarla a salir» del país ha estado desde antes de esta escalada en un conflicto bastante largo. Es parte de la ideología del Gobierno. Sí, puede ser que sea de la parte más extremista del Gobierno, pero es el Gobierno. Y, además, es lo que hemos visto en los últimos 80 años; ya demasiado tiempo.
No podemos cerrar los ojos y simplemente creer que todo esto está bien. No podemos justificar la represión israelí sobre el pueblo palestino, como lo están haciendo los gobiernos de ese mal llamado «Occidente». Todos los países o apoyaron a Israel o se pusieron de perfil, algunos ya, tras meses de sinrazón, tímidamente hablan de que hay que detener esta masacre. Hay que poner un alto al fuego, al menos temporal, dicen. Hay que hacer algo con todo lo que está pasando, insisten. Pero no lo hacen. No usan ese poder que han empleado otras veces para nada, no se atreven a dar el paso de combatir lo que está mal; más bien, alzan solo un poquito la voz, más para su propio público interno, con miedo de molestar al sionismo y con miedo a enfadar a Estados Unidos, ese gran aliado y cabeza de «occidente» que es parte y razón del problema y que, sin dudas, está con Israel.
Aquí encontramos la gran diferencia entre la respuesta de ese «occidente», entre grandes comillas al conflicto en las tierras de Canaán y la que dio ante la guerra de Ucrania con Rusia; son diametralmente distintas. En el caso ruso, quedó clarísimo que cualquier bombardeo sobre población civil ucraniana estaba en contra del Derecho Internacional. Eran delitos de guerra. Y las sanciones se han ido imponiendo; es cierto que se ha protegido más los intereses de los países que pueden poner las sanciones que otra cosa, y que por eso estas sanciones se han centrado en determinadas personas o determinadas empresas y no en el global de la situación para poder detenerla, pero algo se ha hecho. De muchos foros «culturales» (artísticos o deportivos) se ha excluido a Rusia como participante, sin afectar demasiado a su gente (parece una tontería, pero Rusia fue expulsada de Eurovisión al momento de invadir Ucrania; algo así no se ha hecho con Israel, ¿cuál es la diferencia? Que, en este caso, ese «occidente» está con la fuerza opresiva).
En el caso de Israel, más bien se justificó las masacres, se justificó la guerra, se justificó la matanza. Nos llevamos la mano a la cabeza cuando pasa algo muy concreto en un hospital o una escuela, pero se mira a otro lado cuando se recuerda el sitio de la Franja de Gaza o todo lo que ocurre en una Cisjordania ocupada. Pero, en realidad, estamos permitiendo que toda esa situación represiva se mantenga. Estamos permitiendo meses de sitio contra una población entera, meses de sitio y ataques contra una región. Algo inconcebible. La Franja de Gaza desde hace mucho tiempo es la cárcel más grande del mundo, y ahora es la cárcel más grande del mundo en las peores condiciones posibles.
Efectivamente, el gobierno de Hamás tampoco es democrático, seguramente sea un mal en sí mismo para la región; ¿acaso eso justifica algo lo que está pasando? ¿Da pie a que se cometan mayores crímenes de guerra? ¿Acaso la población palestina está importando en algo dentro de las acciones israelíes? Si se defiende que con Hamás el pueblo palestino sufre, no se puede, a la vez, bombardear a ese pueblo en favor a que eso le mejorará la situación. Tampoco expulsarles de sus tierras y repartirlas entre colonos israelíes, menos cuando también hablamos de represión en la parte palestina que no está controlada por Hamás (¿y ahí cuál es la excusa?). Es una mala burla que un país donde no hay igualdad entre la ciudadanía (y ya hablamos internamente, también con la población judía) reclame que su modelo es respetuoso con los derechos humanos. No, no lo es.
¿Detener los crímenes del Estado de Israel es justificar de alguna forma ataques terroristas? Aprendamos a separar las cosas; la represión israelí, actual y pasada, las escaladas de conflictos y la búsqueda de detener esa sinrazón criminal no es justificar a Hamás o sus actos en concreto, una cosa es perseguir un delito y otra sitiar una región entera con la excusa de castigar un delito.
Sí, sé que no estoy diciendo nada nuevo ni nada distinto, pero parece que hay que decirlo más: hay que parar los crímenes que está perpetrando el Estado de Israel.