«[E]s uno de los pocos que detallan con indicios generales la penetración chavista en los últimos años. Sin embargo, la información que contiene puede ser perfeccionada y podría servir para una investigación de tipo penal.» Fuente: El Comercio
¿Cuándo se ha prohibido el llamado socialismo del siglo XXI en el Perú? ¿Qué tipo de investigación penal? ¿Por qué delitos? ¿Y bajo qué pretexto se ha investigado a todas esas personas? Al final del artículo firmado por la «Unidad de Investigación» del diario conservador se acaba con un «se da cuenta de otros personajes que hoy son investigados por terrorismo», no sé si está puesto como un «extra» o quiere marcar causa-efecto (y después de investigaciones como la de Melissa Patiño…).
En Perú se sigue persiguiendo por cuestiones ideológicas, en su momento fueron el Partido Comunista y el APRA (sí, el APRA), bajo también ese tufo de «traición a la patria por aceptar ideologías extranjeras» (como si el liberalismo, el democristianismo y demás posturas políticas mayoritarias en el país no lo fueran también) y dicha postura de caza de brujas no trajo nada bueno al país. La constitución política del Perú, la de 1933, disponía en el artículo 53:
«El Estado no reconoce la existenica legal de los partidos políticos de organización internacional. Los que pertenecen a ellos no pueden desempeñar ninguna función política.»
Así pues, comunistas y apristas (no nos olvidemos qué se supone que es la Alianza Popular Revolucionaria Americana) quedaban constitucionalmente proscritos por su pertenencia a organizaciones internacionales. ¿Es esa misma lógica la que se sigue para perseguir con tanta furia a los chavistas en Perú? Mal vamos. ¿Es por un tema de malversación de fondos públicos? Lo dudo, no se menciona nada de eso.
¿Por aceptar dinero desde el extranjero? Salvo que sea por error en forma, es algo normal que diversas instituciones reciban ayuda de instituciones extranjeras e, incluso, de otros partidos políticos, o que partidos peruanos reciban dinero de gobiernos extranjeros, como hace un año y poco, cuando el APRA recibió una importante donación desde China, con amor. El problema no es que se reciba esos dineros, sino que los mismos «se oculten» o sean «opacos» (como pasa con unos suculentos sobresueldos de la pareja del líder del PNP, sea dicho).
Si el delito es que se hayan reunido, autoridades peruanas, con autoridades de países como Bolivia, Venezuela, Nicaragua o el que se tercie, ¿qué hacemos con reuniones de autoridades del PP español con la derecha peruana o de la visita de uno de los Jefes del PCCh -y vicepresidente del país- para pasar unas tardes simpáticas con el Presidente del Perú o las visitas de miembros del APRA a China?
¿Que el problema son las Casas de Alba porque, a la vez que tratan a enfermos (donde el Estado no lo hace, para más inri), realizan actividades proselitistas? Las Casas del Pueblo del APRA lo hacen (la de Pueblo Libre, hace unos meses, tenía consultas de dentista gratuito, eso sí, previo adoctrinamiento de la estrella), las misiones de la Iglesia Católica también, las de las demás religiones tres cuartos de lo mismo. O prohibimos los crucifijos en las clínicas de órdenes religiosas o dejamos de escandalizarnos por un póster de Chávez en una Casa de Alba.
Todo esto me ha recordado a la Segunda Tira del Niño Aprista, que reproduzco acá:
Pero fuera de bromas de segunda (como la tira), es preocupante que en Perú se investigue a personas por una cuestión puramente ideológica. No debemos volver, por enésima vez, a épocas de caza de brujas, no otra vez. La policía no se debe prestar a tamaño despropósito. Claro que si tenemos un presidente de gobierno que intenta justificar todos sus errores haciendo referencia a imaginarios complots internacionales en una suerte de guerra fría que solo se debe existir debajo de las sábanas en el dormitorio de García en Palacio de Gobierno, ahí sí que está todo frío, aunque no rígido.
Para estas confabulaciones judeomasónicas de rojos chavistas caviarones esclavos de ecologistas indígenas antiprogresistas separatistas traidores a la patria una, grande y libre, republicana y unitaria, y no sé qué tantas cosas más en el cacao mental que se ha inventado el estómoga del mentirosillo jefe de Estado del País recomiendo leer El Complot, de Carlos Iván Degregori (en la Revista Ideele). De nada.
Por lo demás, estén atentos, si ustedes piensan distinto a los poderes del país, miren si no están chuponeando sus comunicaciones. Es delito, por lo visto, pensar distinto que Alan. ¡Como si alguien supiera qué piensa tan incoherente y contradictorio sujeto!
Very Good