Hay un PP liberal, dialogante y constructivo, y luego está el PP que se presenta a las elecciones, intolerante, reaccionario y realmente conservador (tan pero tan a la derecha, que Rodríguez Zapatero le parece «la izquierda más radical que hay en Europa», palabra de la lideresa) cuya agenda es la de la nacionalcatolicista Conferencia Episcopal española (lo vimos, sin ir más lejos, en las declaraciones sobre el aborto de Mayor Oreja… lo que no entiendo es por qué, siendo para ellos una aberración el aborto, no intentaron ilegalizarlo en todo supuesto y cómo es que hubo tantísimos abortos durante sus legislaturas y nadie puso el grito en el cielo frente a lo que ahora llaman genocidio).
Ahora que quieren olvidar el tema de los aviones (máxime cuando Mariano Rajoy, de frágil memoria, ha acusado al PSOE de ser quien puso en campaña el tema -claro claro, por ello el PP no hizo un vídeo que explica que «Rajoy Viaja Como Todos», pasajes que normalmente son pagados por el Congreso de los Diputados, como al resto de miembros de la cámara baja-), así que vuelven a la caverna para «acusar» de «rojo» a Rodríguez Zapatero (cuya postura de tercera vía es más que evidente hasta cuando estornuda) y para levantar la indignación de las familias de bien con una hipocresías total hablando de la retirada de la patria potestad de los padres sobre sus hijas de entre 16 y 18 para el tema del aborto. Poco más y les falta decir que se las van a comer. O que las obligarán a abortar o a tener relaciones sexuales y que ante este panorama la violación ya no debería ser delito… Ah no, que eso ya lo dijeron, por boca, eso sí, de la editorial de una revista propiedad de la Conferencia Episcopal.
(Y es que esto de campaña a las elecciones europeas tiene poco o nada, tenemos a un PSOE hablando de las medidas en clave interna, la mayoría disparatadas, incoherentes o directamente reaccionarias, recordando lo feo que es el PP, y hablando de los trajes de Camps -tiene tela el apoyo total de Rajoy a Fabra, ese cacique, y a Camps- y a un PP hablando de la corrupción del PSOE -nepotismo y malversación de bienes públicos básicamente- y de lo malas que son leyes como la del aborto que, además, se parece mucho a la «media europea»; el resto de partidos, bien gracias, los nacionalistas haciendo campaña contra Madrid y en favor de su interlocución directa con organismo de la UE -lo más europeo que dicen-, IU depende de quién hable y la izquierda anticapitalista, estos sí, hablando de luchar contra la Europa del Capital y otras medidas europeas como la de los inmigrantes…)
«[Q]uiere ser radical y aprueba unas leyes, unos proyectos de ley como éste del aborto que sorprenden, es indignante -se ha corregido enseguida- que a las niñas de 16 años se les quiera permitir abortar sin, como dice Zapatero, la interferencia de sus padres. Esto es quitar la patria potestad a los padres y a mí me parece realmente sangrante», declaró Esperanza Aguirre.
¿Cómo se puede ser tan hipócrita? Del aborto ya hablé, sobre todo de este tema, pero me parece importante recordar ciertas cosas: los menores de edad pero mayores de 16 son plenamente capaces de operarse sin consentimiento paterno en todo proceso con tres excepciones: «La interrupción voluntaria del embarazo, la práctica de ensayos clínicos y la práctica de técnicas de reproducción humana asistida» (artículo 9.4 de la ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica).
Si se fijan, dos de las tres excepciones a esa suerte de mayoría de edad a los 16 (que no es tal, simplemente es la eliminación del consentimiento por representación de los padres con respecto a los hijos, que es justamente lo que plantea la ley del aborto) recaen únicamente en las mujeres. ¿Por qué? La ley, como se indica por la fecha de aprobación, es del PP, donde se trasluce esa falsa moralidad en cuanto al sexo y esa consideración de una mujer menos independiente que el hombre, menos capaz de decidir sobre su cuerpo.
Es tremendamente hipócrita decir que el PSOE pretende «quitar la patria potestad» a los padres en temas tan delicados como los médicos cuando fue el propio PP quien aprobó esa ley de autonomía del paciente. Esa autonomía, como ya señalé, tiene tres excepciones, dos que «carecen de justificación médica. Responden exclusivamente a convicciones morales, por no decir religiosas», en palabras de Salomé García. En el Congreso de los Diputados, la ministra de Igualdad (que se ha coronado usando el lenguaje políticamente correcto para decir, en un claro lapsus brutus, que los hombres tenemos derecho a estar embarazados) ironizó diciendo que las niñas se pueden operar las mamas sin ese consentimiento mientras que la bancada del PP se horrorizaba y el PSOE aplaudía…
Hace unos días ya, Isaac Rosa planteó la cuestión dándole la vuelta: Si pueden tener relaciones sexuales y un hijo sin consentimiento paterno, además de casarse, ¿por qué necesitan ese consentimiento para abortar? Claro que es mejor que la menor consulte y hable con sus padres, claro que es mejor que los mismos acompañen a la menor, pero no se puede «obligar» a la menor a tener un hijo porque los padres no consientan el aborto. En esta línea Salomé García escribió: «Pero entonces [si las mujeres necesitan consentimiento paterno para abortar], muchos reclamaríamos lo que dicta la lógica: que se convierta en obligatoria la aprobación de los padres para permitir a una mujer de 16 o 17 años traer un hijo al mundo».
Como indicó una de las columnistas de Público (no recuerdo quién), también hace unos días, si esa menor no acude a los padres, estos tienen que plantearse por qué ocurre eso. Ellos, como padres, posiblemente han fallado, no han tendido puentes de comunicación con la hija. También puso el acento en la intransigencia conservadora de muchos padres antiabortistas, que obligarían a la hija a tener al niño, hipotecarían una vida que no es suya, ¿cómo pretenden que la hija, sabiendo la respuesta, les consulte nada?
Excurso: Con esto no digo que el PP se deba posicionar a favor de la reforma de la ley del aborto, ni mucho menos, sí pido que no sean hipócritas con los argumentos que usen para defender su postura, o que al menos expliquen por qué lo que antes estaba bien luego ya no lo está.