El pasado domingo fueron las elecciones suplementarias para elegir a los 22 ediles tras el resultado de la revocatoria, donde Susana Villarán ve cómo la oposición es absolutamente mayoritaria en el consistorio, así que le toca pactar -novios no le faltan-. Acá pueden ver los resultados oficiales.
Al comienzo pensé en hacer un artículo sobre la derechización de Lima, pero además de ser una Perogrullada -ya lo era-, eso supondría que la elección de Susana se ganó por la izquierda, y no fue del todo así -de hecho, la revocatoria se perdió por la izquierda, y que se mantuviera Villarán es una muestra de cómo cierta derecha le apoyó-. PPC -que quedó segundo en las elecciones por el pelo de un calvo- fue el gran vendedor, sin dudas -ahora es la primera fuerza en el municipio provincial-, mientras que Susana Villarán -su nopartido, porque encima el suyosuyo ya ni inscripción tiene, ¡gracias legislación electoral absurda!- es la gran perdedora, casi sola se queda de sus iniciales aliados.
Luego de darle vueltas, otros temas me vinieron a la mente: las elecciones con pocos partidos, lo parejo de los dos primeros -PPC y SP-, la poca diferencia con el cuarto, quinto y sexto -SU, PP y AP-, mientras que el partido de la alcaldeza fue goleado -TD, penúltimo-; esto curiosamente dio otra conclusión que me arruinó el típico artículo comparativo: con 22 escaños y poca diferencia real, repartir por Resto Mayor método Hare y con el D’Hondt. El reparto, que se hace entre todos -si no me equivoco-, da como resultado que hasta el Partido Humanista -el menos votado, que aún así superó el 5% de los votos válidos- se lleva un regidor.
Nulos y blancos. Esa es la clave en estas elecciones -y otras tantas, la verdad-, en Lima tenemos una gran tradición de nulos y blancos. El 23,13% de los votos emitidos se dividen entre nulos (19,8%) y blancos (3,35%). Piensen que el PPC sacó el 22,73% de los votos emitidos, menos que la suma anterior. En Lima, descontando los que realmente se equivocan, mucha gente vota con el mismo motivo por nulos que por blancos, esto es, como queja e impugnación al sistema que les obliga a ir a votar y los malos candidatos que tenemos.
Nuevas elecciones municipales para la Municipalidad Metropolitana de Lima 2013 | ||||||||
Partido | Resultado oficial (99,62%) | Reparto | Rep. Con ByN | |||||
V | %VV | %VE | %CE | # | %# | # | %# | |
Nulos/Blancos | 1207229 | — | 23,13% | 18,74% | — | — | 5 | 22,73% |
PPC | 1186374 | 29,57% | 22,73% | 18,42% | 7 | 31,82% | 5 | 22,73% |
Somos Perú | 1040212 | 25,93% | 19,93% | 16,15% | 6 | 27,27% | 4 | 18,18% |
Perú Posible | 445249 | 11,10% | 8,53% | 6,91% | 2 | 9,09% | 2 | 9,09% |
Siempre Unidos | 430280 | 10,72% | 8,24% | 6,68% | 2 | 9,09% | 2 | 9,09% |
Acción Popular | 400281 | 9,98% | 7,67% | 6,21% | 2 | 9,09% | 2 | 9,09% |
Tierra y Dignidad | 305906 | 7,62% | 5,86% | 4,75% | 2 | 9,09% | 1 | 4,55% |
Partido Humanista | 203646 | 5,08% | 3,90% | 3,16% | 1 | 4,55% | 1 | 4,55% |
Votos válidos | 4011948 | — | 76,87% | 62,28% | — | — | — | — |
Votos emitidos | 5219177 | — | 100,00% | 81,02% | 22 | 100 | 22 | 100 |
Censo electoral | 6441869 | — | — | 100,00% | — | — | — | |
Notas: V: Número de votos | %VV: Porcentaje de votos válidos | %VE: Porcentaje de votos emitidos | %VCE: Porcentaje de votos con respecto al censo electoral | #: Curules | %#: Porcentaje de curules asignado | ByN: Blancos y Nulos. | ||||||||
Cuadro de elaboración propia a partir de los datos de la ONPE. |
Si se fijan, si repartimos tomando en cuenta los escaños de los votos nulos y en blanco -ByN en adelante-, resulta que sacarían 5 regidores, los mismos que el PPC -que caería dos; con este reparto da, curiosamente, el mismo porcentaje de votos emitidos que de curules ocupados-. Casi todos los «pequeños» -de PP para abajo- no verían afectado lo recibido -salvo Tierra y Dignidad, que de 2 pasaría a 1; con 2 está sobrerrepresentado-, SP caería dos -6 a 4-.
Esto nos debería llevar a una reflexión, de todos los que fueron a votar, el 23,13% no sintió simpatía por ningún partido -unos cuantos habrán votado mal, de hecho-. La respuesta ante tanto voto blanco -luego nulo; antes el blanco primaba- el Estado, hace mucho tiempo, decidió que el blanco valiera como nulo -sino queda fatal ver que los votos válidos, en porcentaje, son increíblemente bajos-, esto es, no valiera, en vez de abordar políticamente el problema -desafección-.
Esa es nuestra respuesta para -casi- todo: ocultar los problemas. Por eso los medios siempre dicen que el PPC sacó un 29,57% de votos -si se fijan, menos que la cantidad que en unas regionales evitarían la segunda vuelta-, olvidándose agregar la coletilla «válidos». Si hablamos de emitidos son el 22,73% -menos de uno de cada cuatro votantes-. Si ya hablamos -dios no lo quiera- de los votantes -personas que están en el censo-, resulta que los ganadores tuvieron solo el 18,42% -menos de uno de cada cinco-; la izquierda mucho peor, 4,75%, patético.
¿Es viable un sistema en que el 22,73% votan a propósito nulo y blanco? ¿Es viable un sistema en que el ganador se pelea con esos votos contra todos? ¿Cómo es posible que, ante esos resultados que no son nada excepcionales, los partidos sigan celebrando sus pírricos resultados?