Publicado en el BOE el Real Decreto-ley 3/2012, de 10 de febrero, de medidas urgentes para la reforma del mercado laboral (PDF, otros formatos). La reacción de los sindicatos mayoritarios ha sido tímida: Movilizaciones primero, luego ya se verá. Ya avisan que dependerá de la acogida de las primeras, creo que las centrales sindicales se dan por vencidas, aceptan que no tienen capacidad de convocar una gran huelga general, como la del 2002 (la del 29-S no fue tan grande) y prefieren perder sin luchar y que se les vea enteros que parecer que han perdido, por más que haya sido cumpliendo su función (dicen ser sindicatos de clase): Luchando. Otros sindicatos ya montaron movilizaciones el mismo 10.
Les prometo una opinión larga y farragosa (sí, así me las gasto con las promesas) cuando haya podido analizar con profundidad la larga reforma, sí quiero dejar clara una primera impresión: Esta reforma rebaja a niveles increíbles los derechos de los trabajadores, no elimina la complejidad de muchos «tipos de contrato» sino que crea nuevos, no ayuda a clarificar las causas del despido sino que las amplía e incluso suprime (¿¡un año de periodo de prueba!? y para cualquier puesto, sí, cualquiera, para dependiente, un año, para limpiador de cristales, un año, para barrendero, un año, para médico, un año… ¿qué sentido tiene? Fácil: que en vez de contratos temporales -media de 9 meses- se hagan contratos de estos indefinidos que son aun más precarios, durante un año se puede despedir sin pagar nada, este año ya se tenía que pagar 9 días por año trabajado con los contratos temporales, así se intenta «incentivar» lo «indefinido» sobre «lo temporal», haciendo que lo temporal dure más tiempo y tenga más derechos que lo indefinido, y no por mejorar a lo temporal), no apoya, como dijeron, la contratación a tiempo parcial (uno de los nuevos tipos de contrato -para pymes- es solo a jornada completa, ¿por qué?), se bonifica más la contratación de personas que cobran el paro, en detrimento de los que no lo hacen (así que no hay incentivos para contratar a un parado sin prestación, pero sí para un parado con prestación, ¿está el gobierno más preocupado en colocar a los parados que le cuestan que a los que no le cuestan, aunque su situación sea más precaria?), la reforma no cambia el patético e ineficiente sistema de bonificaciones a la contratación, sino que insiste en el mismo (¡y esto lo criticaba, y con razón, el PP!).
Y la reforma abarata el despido. Otra vez. El despido improcedente, se entiende. Y se amplía el despido libre y gratis (en ese año de prueba). Y se amplían las causas objetivas para el despido, lo que es peor, se invierte la carga de la prueba.
De paso, pero solo de paso: ¡se han cargado la negociación colectiva! El descuelgue del convenio será más fácil que nunca, ¡valiendo las pérdidas previstas para realizarlo! Lo peor es que es una presunción, toca a la parte que va contra ella (los trabajadores, por ejemplo), probar que la presunción no es cierta, lo que lleva a una inversión de la invertida carga de la prueba, esto es, a que los trabajadores, en términos prácticos, no nos podamos defender judicialmente con pruebas imposibles.
También se acabaron los ERE, no es que ya no se produzcan despidos colectivos, sino que para eso ya no se necesitará de autorización administrativa. ¿La razón para cargarse los ERE? Es que salían caros. En serio, lean la exposición de motivos (básicamente dicen que las empresas, durante el periodo de consulta y para que no se impugnara el ERE en vía tanto administrativa como judicial, tendrían a pagar altas indemnizaciones, y eso no está bien -para el gobierno-, así vuelve más fácil el despido colectivo). Así me gusta: Para que se contrate más se favorece el despido. ¿Sirve? No, pero así imponen una agenda que pedían también en tiempos de vacas gordas, ¿cómo no colarlo en las vacas flacas?
Hablando de tiempos, en el 2002 intentaron cargarse los salarios de tramitación, ahora vuelve la burra al trigo, y se columpian de lo lindo: Se pagarán esos salarios solo si, tras la declaración de improcedencia, el empresario decide readmitir al trabajador. ¿Perdón? En el 2002 tras la Huelga General se restituyeron los salarios de tramitación en parte, ahora, con los mismos, se incentiva que el empresario nunca decida readmitir al trabajador, al menos en todos los casos en que: a) el juicio sea largo; b) el trabajador llevara poco tiempo en la empresa. Le saldría más caro readmitirle que pagarle los 45 días / año, o los 30 o los 33, dependiendo de qué tipo de contrato tuviera.
En fin…
Excurso: Los votantes del PSOE se podían sentir traicionados por ese partido tras las reformas del 2010, contando el decretazo laboral y otras medidas antisociales, ahí el PSOE hacía lo contrario a lo prometido, ustedes, trabajadores que votaron al PP, nos han fastidiado a todos, el PP no quería hablar de su reforma laboral, pero no eran desconocidos sus planes, ĺa literalidad de la letra sí, pero no la música.
8 comentarios en «Un golpe llamado reforma laboral»