La estrategia de presentación del programa electoral del Partido Popular ha sido muy inteligente, conferencia primero (como el PSOE), unos adelantos luego, un acto de presentación que daba un resumen del programa en diez páginas para, finalmente, días después, dejar colgada en la web del partido todo el programa (pueden descargarlo acá, una copia en esta web). En el PSOE fueron más «convencionales», la conferencia y tal, y luego una presentación del programa (solo colgado en la web del Candidato, ¿significa que cuando esa web desaparezca ya desde la página del PSOE no se podrá acceder al programa? Si es que ahora, en plena campaña, el portal del partido apunta a un programa inexistente -404- y hay que mal buscarlo en la de Pérez Rubalcaba… una copia en esta web). Del programa de gobierno del Partido Popular se está hablando mucho, centrado en temas de «familia» (y la clamorosa ausencia, por ejemplo, sobre algunas líneas con respecto al matrimonio entre personas del mismo sexo, si se les pregunta, están a la espera de la sentencia del TC, pero en cambio sí hablan del aborto, algo que también está pendiente de sentencia) y en temas «económicos y fiscales». El tema laboral solo se entra por la supuesta ausencia de las medidas contra el paro, en realidad discrepo con esta afirmación, estoy convencido de que las medidas propuestas por el PP no sirven para bajar el paro, pero son medidas indirectas para crear empleo (por tanto, contra el paro), también tiene un apartado sobre la reforma labora, tocando la negociación colectiva, y de eso hablaré.
El PP no trae nada nuevo en el pequeño apartado sobre la reforma laboral (de la página 36 a la 38), incluso en el resumen del programa las líneas ahí contenidas eran casi iguales al contenido de la noticia de Expansión que originó la entrada, en esta bitácora, de «Breves notas sobre el PP y la negociación colectiva», con lo que ya el contenido lo teníamos adelantado.
El diagnóstico que hace el partido que aspira a gobernar es que el sistema laboral en España es demasiado rígido, lo que hizo que las empresas en España tuvieran que despedir como mecanismo de ajuste. Lo interesante es que ya existían mecanismos para suspender contratos, para bajar el tiempo de trabajo (el sistema más usado en Alemania) y durante la última legislatura se mejoró el mecanismo del mismo complementándolo con un mejor funcionamiento de la prestación por desempleo cuando la rebaja del tiempo contratado de trabajo es superior a un porcentaje (como se hace en Alemania), por no decir que las empresas tienen otros costes y también pudieron, por ejemplo, reducir los beneficios, muchas empresas con números muy azules han aprovechado que el Pisuerga pasa por Valladolid para despedir o pre-jubilar. Pero bueno, es la cantaleta de siempre, la rigidez del sistema…
El objetivo (declarado) del PP es igualar el sistema español con «los mejores sistemas europeos» que han capeado la crisis sin tanto desempleo, evidentemente no van a copiar cosas como el salario mínimo allá existente, o el alcance de la prestación por desempleo, creo, además, que ellos son conscientes de que un tejido productivo distinto también hace que se pierda más o menos empleo con respecto a una bajada de producción puede, al margen de la legislación laboral, causar una mayor o menor caída del empleo, vamos, que si la construcción llegó a suponer el 14% del empleo y ahora no es el 8% (y siempre ha sido muy cíclico) es difícil pensar que esto se deba a la rigidez del mercado laboral, en países como Alemania no hubo una burbuja inmobiliaria ni un peso tan grande de la construcción en ningún momento. Por otro lado, la cultura empresarial es también distinta, acá primero se despide y luego se pregunta, en Alemania primero se baja el tiempo de trabajo (algo que ya se podía hacer en España, y que tras una reforma se intentó favorecer, algo que no se ha hecho). Es la industria quien menos empleo ha destruido en España, pero su peso es testimonial, en otros países también ha sido el sector que menos ha cerrado, pero su peso es mayor.
(Ojo, que en otros países la destrucción de empleo, en términos relativos, fue mayor en menos tiempo, pero o se han recuperado antes o es que pasaron de pleno empleo a situaciones malas, mientras que España pasa de una mala a una pésima y se nota más, vamos, que Estados Unidos, ejemplo máximo de mercado flexible, entre enero de 2007 y enero de 2010 ha aumentado su desempleo en más del 110% -el aumento de España en ese periodo fue de más del 138%-, pero es que en Estonia -otro de los Estados ejemplo en tema de flexibilidad- la destrucción fue del 238% -pero ellos están en una rápida recuperación actualmente-, en Dinamarca entre enero de 2008 y enero de 2011 la destrucción es del 128%, y es este país el mejor ejemplo de la flexiseguridad -¡lo inventaron ellos prácticamente!-, el mercado Alemán es mucho más rígido que el Español en cuanto a la negociación colectiva y participación de los sindicatos en las empresas, así como el sueco, en el primero de los periodos puestos en Alemania la tasa de desempleo se redujo en un 19% mientras que en Suecia solo aumentó un 34%.)
El PP dedica un par de párrafo a hablar de lo que normalmente se conoce como flexiseguridad (algo que CiU defiende en las Cortes con insistencia), aunque el PP no le pone ese nombre, más bien habla de seguridad y flexibilidad, la seguridad es para el trabajador desde la perspectiva de su empleabilidad (vinculado con la formación continua), esto es, que siempre podrá encontrar un trabajo cuando le echan del primero, y la flexibilidad para la empresa, para que pueda contratar-despedir con más facilidad (¿más que ahora? será más barato, pero más flexible es imposible) así como variar (mucho) las condiciones de trabajado durante el contrato (esto sí es más flexibilidad que ahora, y es algo que, curiosamente, no se puede hacer en un contrato mercantil), también se ponen como objetivo acabar con la segmentación entre temporales y fijos, esto es algo que todos dicen pero, salvo que el objetivo sea cargarse la definición, con el actual marco productivo se me antoja imposible (de paso les recuerdo la entrada «Mercado dual y contrato único», las medidas del PP van en esa línea, que es la tomada por las últimas reformas laborales).
Son 12 medidas «concretas» las propuestas por el PP, no iré una por una pero sí comenzaré citando el final de la primera:
«Esta reforma integral supondrá un cambio coherente y coordinado de la contratación, la negociación colectiva, el sistema de relaciones laborales, la formación orientada al empleo y la intermediación.»
No creo que en el plano de «intermediación» haya un cambio, este se produjo de forma efectiva con la reforma que le costó una huelga general al aun gobierno del PSOE, esto es: Más intermediación privada y con ánimo de lucro. Es un tema sobre el cual ha insistido el PP en el Congreso de los Diputados, y ha sacado algunos triunfos (aunque luego digan que sus enmiendas no son recogidas, buena parte de las mismas van en las transaccionales). Pero vamos a las medidas de verdad (la primera es una reiteración del diagnóstico y los objetivos realmente) agrupadas:
Negociación Colectiva y regulación laboral
Casi podría copiar y pegar lo adelantado hace un mes largo, pero agregándole un par de ingredientes extras. El PP primero habla de adecuar los ámbitos de negociación colectiva sectorial dentro del más «óptimo» (hasta ahora qué se negocia y dónde se negocia, en general, es decidido por los agentes sociales, más tras la última reforma sobre la negociación colectiva, que quitó la coletilla de «convenio colectivo estatal o en su defecto autonómico» para ciertas materias, lo que abría el paso de otros ámbitos para esas materias), este impulso, si es por ley, más bien sería una imposición, hablan de unidad del mercado, pero es que luego viene el meollo de la cuestión: Primará el convenio de empresa para condiciones salariales y laborales. Así que dejan fuera formación, seguridad, y grupos profesionales para los convenios sectoriales, y todo lo demás, lo que en el fondo más preocupa a trabajadores y patronos, va por convenio o acuerdo entre empresarios y trabajadores (ni siquiera hablan de convenios de empresa, lo cual deja la puerta abierta a pactos individuales o con sub-grupos de trabajadores en realidad). Una de las razones de los CC es que impiden el llamado «dumping social», esto es, que las empresas fijen los precios del trabajo por debajo de unos mínimos, lo que permite a todas competir en igualdad, si cada empresa fija sus salarios ese «dumping» será una realidad. ¿Dónde está ahí la unidad de mercado? Recuerdo, de la entrada enlazada, que Soraya Sáenz de Santamaría insistía que no debían primar los convenios autonómicos porque a igual trabajo igual salario… ¿Dónde queda eso si los salarios se deciden en cada empresa? (Sin contar con que actualmente los CC autonómicos pueden variar el salario del CC estatal, al igual que el resto de CC, siempre a más, claro.)
Las otras medidas son de flexibilizar o variar las condiciones de trabajo, así el PP propone aumentar las medidas de flexibilización dentro de las empresas para que estas se adapten al mercado (por ejemplo, más movilidad geográfica, funcional, modificaciones de las condiciones de trabajo como el número de horas contratadas, etcétera, insisto en la idea que eso no se puede hacer en un contrato civil-mercantil pero cada vez se hace más en uno laboral) y, algo que me aterra, es la idea de «adecuar la legislación laboral a las necesidades específicas de autónomos y microempresas», me aterra porque si tanto hablan de la igualdad de los trabajadores esa frase supone todo lo contrario, habrá (como ya los hay en la práctica) trabajadores de primera (en empresas grandes) y de segunda (en pequeñas empresas), ojo, hablan de trabajadores de autónomos, un autónomo es cualquiera realmente. Estas dos sentencias suponen menos derechos para los trabajadores, por un lado sus derechos se vuelven «flexibles» y por otro, según tu empleador, tus derechos pueden ser legalmente mermados (y otra vez, adiós negociación colectiva, ¿de qué servirá un CC si no es aplicable al 100% de las empresas?).
(En favor del PP cabe decir que el PSOE ya se cargó la negociación sectorial en gran medida, y que lo que proponen en su plan de gobierno es más de lo mismo.)
Contratos de trabajo y modelo austriaco
En una de las reformas laborales de esta legislatura se obligaba al gobierno para que creara un Fondo de Capitalización, en el último Real Decreto Ley de reforma laboral el gobierno aumentaba el plazo para la presentación de ese proyecto. Pues bien, el PP (medida 3) trae dicho modelo como promesa electoral, pero va más allá de lo propuesto por el PSOE: Este modelo sustituirá la actual prestación de desempleo, el fin de la medida es que «favorezca la movilidad y la formación continua». La movilidad en España la asegura la precaridad del mercado de trabajo (en Austria se puso como un incentivo para la movilidad, en su caso bajísima, igual que la temporalidad), en España no hace falta, como no lo hace para la formación continua. En realidad el cambio de modelo puede perjudicar a la mayoría de trabajadores, cuando se vive en precario (como hace la mayoría de gente, imposible estar 5 años en el mismo trabajo) ese fondo será constantemente vaciado e insuficiente. En el caso Austriaco, además, está ligado con la indemnización por despido, ¿lo harán así en España también? ¿Garantizarán la parte de la prestación no contributiva?
En el PP han abandonado el hablar de «contrato único», pero sí dicen que simplificarán los tipos contractuales existentes (medida 2), es cierto que actualmente hay muchos (superan la treintena), también es cierto que se usan, básicamente, cuatro tipos (con los matices que cada uno permite). No indican en qué sentido se reducirán, sí aseguran que será más «simple» y reducirá la flexibilidad (me gustaría saber cómo la reducen mediante cambios legales en sectores que funcionan de forma temporal, que es lo que abunda en España), a mí me aterra pensar que lo que harán será llamar fijo a contratos que de hecho son temporales (que es el fondo de la medida del «contrato único», vamos, como en Estados Unidos). En el PP aseguran que así dan «expectativas de estabilidad, flexibilidad y seguridad a todos los trabajadores y empresas», esto es contradictorio, si eres flexible no eres estable. Aunque mantengas el empleo. (Todo esto me recuerda mucho a la Corrosión del Carácter.)
Formación
Tal vez lo más interesante (o lo que menos me asusta, como prefieran verlo) está en la formación, muy vinculado a esa mejora de la empleabilidad, pasa de ser un instrumento manejado por la negociación colectiva (que es donde está el dinero para sindicatos y patronales, por cierto) a algo individual, así el esquema pasa de ser la empresa la que forma bajo una contribución obligatoria (es la que decide, dentro de un marco negociado, los cursos, luego los trabajadores se apuntan o no libremente) a uno de «bonos» (medida 8) donde la formación pasa a ser una decisión de la persona para mejorar. Lo curioso de esta medida es que resulta contraria a la inversión en capital humano, esto es, desincentiva los planes de formación de las empresas y pone la pelota sobre el tejado de los trabajadores. En la práctica eso ya está pasando, solo que ahora el trabajador contará con bonos. No sé cómo vincularán estos bonos al fondo de capitalización individual (supongo que ahora las cuantías de la Seguridad Social para formación y para desempleo irán a un único fondo que el trabajador podrá manejar) de la medida 3.
La medida 9 contiene una mención a la formación dentro de ese periodo de tiempo en desempleo, así la formación es impulsada como mecanismo para conseguir empleo (básicamente lo que ahora pasa, incluso las prestaciones están vinculadas a realizar cursos de reciclaje o mejora de la formación) pero se agrega la formación a empresas, cuya sola mención deja una gran interrogante sobre la propia medida.
El papel del Estado: Inspección e Impulso laboral
El papel del estado no desaparece ni se agota en el plano regulador (o re-regulador, como la medida para adaptar la regulación a microempresas y autónomos), sino que se mantiene en el resto de aspectos, de una forma algo distinta. Insisten en la idea de la colaboración público-privada para los servicios de intermediación laboral y selección de personal (es algo que la reforma del 2010 impulsó con fuerza, supongo que esta medida, la 9, del PP es reforzar o mejorar esos mecanismos, porque existir, lo que se dice existir, ya están ahí), esto en cierta medida significa (como viene pasando desde el 84) insistir en la privatización total del sistema de intermediación (nunca se ha dotado al INEM y a su sucesor de recursos e instrumentos que permitan que funcionen de verdad, así que su fracaso es la lógica aplastante de su diseño sin recursos).
Este impulso del trabajo también lo es del teletrabajo (medida 11) y de la conciliación familiar, así como los planes de reinserción para los que estuvieron lejos del mercado de trabajo (esto lo deberíamos conectar con la formación, supongo, aunque no lo mencionan), la bonificación (medida 12) para el primer contrato realizado por un «autónomo empresario» (¿hay otros autónomos? por definición un autónomo que contrata es un empresario), esta insistencia en las bonificaciones es tan generalizada en la legislación española (y en las propuestas del PSOE también) que en términos prácticos es costosa e inútil, España es uno de los países de la UE (creo que solo por detrás de Italia) que más peso tiene en este apartado, cuando está más que demostrado que las bonificaciones no crean empleo neto.
El impulso del trabajo tiene un tercer eje que sí me parece positivo (sí, alguna de las 12 medidas me debía gustar, ¿no?), que es permitir «la cotización por el tiempo real de actividad profesional a aquellos trabajadores que ya coticen jornada completa en el régimen general y que viene obligados a cotizar en el RETA» cuando realizan otra actividad económica alternativa en la que realmente no ocupan una «jornada completa», esta medida (la 6) tiene dos carencias, por un lado, deja fuera a los que estudian y tienen una actividad económica autónoma a tiempo parcial (esto es, personas que no cotizan en régimen general porque no trabajan) y a quienes tienen un contrato laboral a tiempo parcial (extrañamente no hay medidas para favorecer estos contratos, cuando son un clásico y es lo que triunfa en el resto de la Europa con tasas de desempleo bajos) y ocupan parte de su tiempo en una actividad económica. La otra carencia está en la forma de evitar que sea un coladero de fraude en las cotizaciones mediante el concepto de «por el tiempo real» (al ser este autodeclarativo), o las dificultades e incoherencias que plantea ese concepto. El tiempo dedicado en una actividad profesional no está necesariamente vinculado con el rendimiento económico, debería buscarse otro valor (o una batería de los mismos) para esa cotización parcial al RETA. Es el impulso del pluriempleo mediante la mezcla de empleo asalariado y autoempleo, de una forma en que no se perjudica a la Seguridad Social.
La inspección de Trabajo seguirá existiendo (medida 10), pero cambia, ya no solo perseguirá a las empresas sino también a los trabajadores (medida 10). Así, tal cual.Ojo, el impulso de la inspección es contra los comportamientos que supongan «un trato discriminatorio contra los trabajadores» (no en el plano de la seguridad o para evitar los fraudes en los contratos temporales, la verdadera lacra del sistema español), así que eso de vigilar el abuso de las medidas flexibilizadoras internas (algo que pasa demasiado) tampoco será impulsado, pero sí el «absentismo laboral injustificado». Actualmente ese absentismo solo es controlado cuando afecta a la Seguridad Social (que no se le caen los anillos para «espiar» a ver si las bajas son de verdad bajas, y con razón), pero ahora el acento se pone en términos generales, es una de las reivindicaciones históricas de la patronal (y que CiU ha llevado a las Cortes muchas veces), que el Estado se implique en la lucha contra el absentismo. Esto no tiene sentido. La inspección sirve para hacer cumplir la ley donde no existe autocomposición, esto es, el empresario si detecta ausentismo tiene instrumentos para atajarlo (sanciones que pueden llegar al despido disciplinario), el trabajador ante incumplimientos del empresario no tiene nada, o solo tiene instar a que otros (Inspección y Juzgados) hagan cumplir la ley, así que no tiene sentido que la inspección se dedique al tema del absentismo cuando el empresario ya tiene instrumentos para atajarlo.
Consideraciones finales
No voy a llamar idiotas a los trabajadores que voten ese programa (como lo hizo el portavoz del PP sobre los votantes del PSOE), cada quien vota lo que quiera por las razones que sean, a mí ya solo el apartado laboral (salvo esa medida puntual que veo positiva) me echan totalmente para atrás.
No creo ni en las razones ni en los objetivos que el PP nos presenta, ni en la utilidad de las medidas para conseguir los mismos, hace poco la OIT ya nos recordó que la moderación salarial, por ejemplo, no crea empleo neto, como no lo hacen todas esas medidas que el PP propone, tampoco mejoran las condiciones objetivas de los trabajadores, solo permiten más inseguridad, más flexibilidad (en el mal sentido), y más, bueno, todas las lacras en el sistema laboral.
Y reducir la temporalidad llamando fijo a empleo precario e inestable es hacer trampas al solitario. También es un programa que marca con más fuerza la individualización en las relaciones de trabajo, lo que nos devuelve a una relación asimétrica de amo-siervo, con una mayor segmentación de los trabajadores, lo que aumenta las desigualdades sociales… No sé, el modelo en general me parece un tremendo error.