Existe una fuerte sensación de que Rodríguez Zapatero improvisa. No sé si improvisa, pero sí lo parece. Se fija demasiado en la aritmética del Congreso de los Diputados, está demasiado pendiente a las encuestas de opinión y no tiene lo que hay que tener para marcar líneas de actuación a largo plazo. O eso parece. Las idas y vueltas con el tema de los impuestos continúan y la mala gestión de la medida del subsidio no contributivo para parados que han agotado la prestación por desempleo acrecientan esa idea de un gobierno que improvisa, mientras tanto el baile por los presupuestos no queda claro de si el gobierno elegirá a la izquierda parlamentaria o al PNV como pareja de último momento, ante el desafuero previsible de la enfadada quinceañera de CiU.