Sobre las elecciones, dos aproximaciones

 

Tras las elecciones siempre se hacen todo tipo de análisis y comentarios, barriendo para casa mientras sea necesario, y es hora, como quien dice, de jugar sobre las posibles alianzas poselectorales, al menos para la investidura, o como dice D. Ernesto, ahora empieza el intercambio de cromos. No creo que este año la gobernabilidad sea difícil, las tres mayorías simples anteriores (93, 96 y 2004) se mantuvieron con menos escaños de la primera minoría (PSOE o PP), aunque es cierto que ahora el gobierno no cuenta, a primera vista, con un partido que le dé los suficientes votos para llegar sin problemas a la mayoría absoluta (salvo CiU, otra vez), pero la receta de Rodríguez Zapatero de ir con unos o con otros sin demasiado problema (cuestión que el PP nunca ha sabido hacer -y no sé si le honra o le quita posibilidades-), hace pensar que el gobierno no será demasiado difícil. En fin, me interesa más remarcar algunas cuestiones electorales, y comienzo con una que me parece importante: Ganó el bipartidismo.

Política antagónica

«Esta «política antagónica» o adversary politics se basa en la convicción de que las cuestiones políticas son de más fácil solución si se plantean en término de dos -y sólo dos- alternativas en contraposición»1

Lo que ya se decía a comienzo de la democracia española, poco a poco va siendo cada vez más claro y con más fuerza, tanto en la forma de hacer política de los dos grandes partidos, como la fórmula en que se han ido creando dichas fuerzas, como las maneras de enfrentar los problemas tanto como gobierno como oposición, y por supuesto y sobre todas las cosas, la manera en que se plantean las campañas políticas, donde el voto en contra y el voto útil cobran fuerza junto con todo tipo de simplificaciones sobre las políticas del adversario y el entendimiento de cómo solucionar los problemas. Y nada de esto es bueno. El sistema electoral, tal como está planteado, favorece a las mayorías provinciales, y por primera vez los dos partidos principales superan el 83% de los votos totales.

En 1982, el año en que un partido sacó la máxima mayoría absoluta obtenida en unas elecciones generales, la suma de los dos primeros partidos es del 74% de los votos válidamente emitidos (aunque en escaños ocuparon el 88% de la sala), esta vez, los dos partidos mayoritarios suman el 83.75% de los votos y ocupan el 92% de la cámara. A esto hay que agregar que en todas las provincias, absolutamente todas, la mayoría de la provincia votó a favor de uno de esos dos partidos nacionales (siendo los partidos nacionalistas, históricamente primeros en su provincia, desplazados al segundo lugar, esto ha pasado, por ejemplo, en Guipúzcoa y Vizcaya).

Por otra parte, este es el año que el tipo de reparto mediante circunscripciones pequeñas se ha tomado más «víctimas», así pues, si no fuera por Barcelona y Madrid (dos circunscripciones grandes), más de un millón doscientos mil votos no hubiesen tenido representación parlamentaria. Izquierda Unida (el gran perdedor de estas elecciones) y Unión Progreso y Democracia, ambas formaciones de ámbito estatal, suman el 5% de los votos válidamente emitidos y ocupan el 0.85% de la cámara.

Son los partidos «regionales» en zonas con circunscripciones relativamente grandes (Barcelona) o al menos con fuerte fragmentación del voto (Álava) las que permiten la representación justa de algunos partidos en cuanto a la relación de votos-escaños, así pues, CiU tiene el 3.05% de votos y ocupa el 3.14% de la cámara, el EAJ-PNV tiene el 1.20 de los votos pero ocupa el 1.7% de la cámara, y así con todos los partidos los partidos regionales, que más o menos respetan la relación entre votos recibidos y curules ocupados, con la disfunción, eso sí, de Coalición Andalucista que tiene más votos que Nafarroa Bai pero no ha conseguido representación (y todo esto en contra del discurso de partidos como el PP o UPyD).

Como ven, el sistema está pensando para favorecer a los partidos de ámbito estatal mayoritario, generando en la población la idea del necesario voto útil en las regiones donde no existen partidos regionales fuertes, y al final los medios y los partidos plantean las elecciones en clave de dos, o el PSOE o el PP, sin posibilidad real para que las minorías sean o escuchadas o representadas. Salvo esas minorías que son, en sus propios feudos, mayorías reales (tanto en Cataluña como en el País Vasco, el PP no tiene «representación real» frente al partido regional, así pues, CiU y el PNV se han situado como segundos en sus propias circunscripciones, siendo el PP quien recoge las migajas).

«Si la «representación proporcional» que prescribe la constitución es entendida como principio político que apunta a definir un determinado tipo de de democracia representativa, habría que convenir en la existencia de una discordancia entre tal prescripción y el plano de la práctica y la legalidad electoral, dando alguna base para exigir el respeto a la previsión constitucional y corregir el rumbo desviado que fomentan las normas de desarrollo de la misma»2

Aunque el nacimiento de un cuarto partido de ámbito nacional (¿hace cuanto que no ocurría esto?) es una buena noticia en términos generales, de pluralidad de opciones con un discurso global, no deja de ser menos cierto que está subrepresentado, y que el sistema electoral español se dirige a crear grandes coaliciones pre-electorales que, a su vez, fomentan la política antagónica (no hay que olvidar qué son el PP y el PSOE y cómo ambas formaciones se formaron en su configuración actual). ¿Cuanto podrá durar un partido como UPyD sin diluirse en una coalición mayor o perder lo conseguido gracias al voto útil? ¿Estamos ante un nuevo CDS?

Sobre los problemas en concreto del sistema electoral y posibles soluciones al mismo los abordaré en otra entrada.

Sobre la concepción de España y triunfos electorales

Esta legislatura se ha caracterizado por la constante acusación, por una parte, de «rompe España» y por otra de «va contra la pluralidad», y según se ven los resultados electorales, el PP se ha hecho más fuerte en las zonas más españolistas mientras mantiene la caída en las zonas más nacionalistas, que a su vez se han alejado un poco del independentismo y se han sumado al proyecto ambiguo y ciertamente no demasiado coherente del PSOE.

Así pues, en el País Vasco el PSE-EE (PSOE) ha aumentado unos 85 mil votos representados en más de 10 puntos porcentuales (estos cambios se deben, entre otras cosas, al aumento de la abstención, que ha golpeado con más fuerza a los partidos nacionalistas, eso y que en Vizcaya se ha repartido un curul menos). El EAJ-PNV ha perdido su lugar como primera fuerza electoral de Euskadi, bajando en casi 120 mil votos (5 puntos porcentuales, un solo escaño menos, de 7 a 6), mientras que Eusko Alkartasuna (EA) perdió su representación en el Congreso de los Diputados tras quedarse sin más de 17 mil votos en Guipúzcoa, cayendo del 11.53% de los votos al 7.85% (en esa provincia el PSE-EE pasó de 98 mil votos a 125 mil, consiguiendo ponerse como primer partido de la provincia y obteniendo 3 de los 6 curules repartidos). Mientras tanto, el Partido Popular vasco perdió casi 30 mil votos cuando en casi todo el estado ganó, y esta pequeña bajada le costó un curul al partido de Mariano Rajoy.

En Cataluña pasa tres cuartos de lo mismo, debe ser una de las comunidades autónomas con un baile de escaños más pronunciado. En una comunidad donde la participación bajó unos cuatro puntos y medio, el PSC-PSOE subió cerca de cien mil votos y ganó 4 curules, CiU, aunque perdió votos en términos absolutos, ganó 0.2 puntos de votos válidos lo que le valió para aumentar un escaños (de 10 a 11) en el Congreso. Aquí el PP también se benefició, al igual que CiU, de la menor participación general, consiguiendo 20 mil votos menos aumentó en un escaños (y casi un punto entre los votos válidos). Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) e Iniciativa per Catalunya Verds – Esquerra Unida i Alternativa (ICV-EUiA) perdieron entre los dos unos 400 mil votos, cayendo de unos 6 escaños en total (ERC pasó de tener 8 a tan solo 3 e ICV-EUiA de 2 a 1).

Unión Progreso y Democracia (UPyD) con un discurso nacionalista español ha conseguido entrar en el Congreso, atacando de forma clara a todos los partidos regionales (entre otras cosas, proponiendo una fórmula de valla nacional que «corrija» el reparto provincial), acusándolos de estar sobrerrepresentados en el Congreso (cosa que es, en realidad, falsa), a la par que atacaba en inconsistente modelo nacional del PSOE. Pues bien, el partido de Rosa Díez ha conseguido un promedio nacional del 1.2% de los votos, pero donde realmente ha calado su discurso es en Madrid (circunscripción que por su propia amplitud -35 escaños a repartir- permite la entrada de terceros o cuartos partidos sin mucha dificultad, teniendo el mínimo realmente en donde se encuentra la valla, en el 3% de la circunscripción), donde ha conseguido casi la mitad de sus votos totales (131 mil) y un más que digno 3.76% de los votos. En las provincias españolistas pero con un PP muy fuerte, UPyD ha estado por debajo de la media nacional de votos (Murcia, Castilla y León, Navarra, Valencia, etc., con las excepciones concretas de Valladolid y Soria), al igual que en las comunidades con nacionalismos propios UPyD estuvo lejos de ser una opción (en el País Vasco, lugar de procedencia de muchos de los insignes miembros de UPyD y donde más política han hecho, en tanto que nacieron como queja ante la negociación del PSOE con ETA, la presencia de ANV en los ayuntamientos y la «venta» de Navarra), siendo el séptimo partido. En Cataluña tuvo, de lejos, sus peores resultados. Si bien es cierto que ahí peleaba «contra» Ciudadanos – Partido de la Ciudadanía, no es menos cierto que sacar, en total, tan solo el 0.16% de votos no puede considerarse un resultado aplaudible (y Ciudadanos estuvo lejos del escaño, con tan solo 27 mil votos, 0.74% de los votos válidamente emitidos, de los cuales 24 mil fueron en Barcelona, siendo su presencia en el resto de provincias catalanas más bien nula).

Canarias, otra de las zonas con partido propio, ha visto reafirmado el cambio en la intención de voto que vimos en las locales (donde el PSOE pasó a ser el partido más votado), así pues, el PSOE ha ganado un escaño junto con 50 mil votos, mientras que el PP, aunque ha subido 4 mil votos, tan sólo ha conseguido el segundo lugar (en el 2004 era el partido más votado, ahora es el PSOE) y Coalición Canaria – Partido Nacionalista Canario pasa de 3 escaños a 2, con una pérdida de 70 mil votos en total, sin contar con que desaparece del Senado en la elección directa, al perder los tres escaños que tenía en favor del PSOE en las circunscripciones uninominales y del PP en las grandes. UPyD no llegó al 0.4% de los votos.

En Galicia, comunidad donde se mezcla el nacionalismo regional y el nacionalismo estatal fuerte (el del PP), las cosas no cambiaron mucho, el escaño que perdió A Coruña en el reparto general (que en dicha circunscripción lo dejó de ganar el PSOE) fue compensado a favor del PSOE en Ourense (donde el PP, aunque sigue siendo el partido más votado, perdió casi 27 mil votos lo que favoreció al PSOE para que se llevara dos escaños en total), así pues, el PSdeG-PSOE mantiene casi la misma cantidad de votos, el BNG también, sólo el PP (que pierde un escaño en total) cae 95 mil votos (en contra, siempre, de sus números nacionales, que son de subir muchos votos y escaños). UPyD no llegó a los 10 mil votos, quedándose con el 0.56% de los válidos.

¿Qué significa esto? Sin lugar a dudas que la gente se siente más cómoda, en ciertas zonas, con la inconsistente concepción de España del PSOE (de sus filiales regionales realmente), y que, al menos en esta elección, el nacionalismo más combativo ha visto reducido su poder en favor de posturas nacionalistas más moderadas (las federadas al PSOE a fin de cuentas), mientras que el camino emprendido por el PP o partidos de nueva cuña como Ciudadanos o UPyD no tienen reflejo real en estas zonas, que los exabruptos nacionalistas y los «se rompe España» no atraen votos en las zonas donde supuestamente está ocurriendo el cisma, donde el discurso catastrofista sobre el futuro de la nación no está produciendo efectos reales, mientras que en otras zonas, donde los medios de comunicación transmiten una idea de ruptura total y persecución bílica de lo español es donde más ha calado la retórica españolista (Madrid como el más claro ejemplo, no sólo por el escaño conseguido por UPyD, sino por el aumento del PP).

Notas:

1.- SANTOLAYA, Pablo. «Significado y alcance de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General». Revista de Estudios Políticos. Nº53 (Septiembre – Octubre de 1986) p. 18.

2.- «Significado y alcance…» ob. cit. p. 29.

4 comentarios en «Sobre las elecciones, dos aproximaciones»

  1. Pues si… cada zona tiene su propia logica. Es divertido como tu amigo FJLS insiste que ahora es peor porque el voto separatista se siente comodo votando por el PSOE y que por lo mismo ya se nos vienen todas las desgracias.
    Y si.. ya tenemos bipartidismo asentado en España, no es sano para la democracia, pero era un resultado previsible con este sistema electoral que castiga a las ciudades frente a los pueblos pequeños.

    Rajoy se queda… de momento, y por lo que parece, la palabra autocritica sigue ausente en Genova, al margen de las antipatias que tenemos con ellos, la reflexion deberia partir del hecho de que no basta apoyarse en el nucleo duro de votantes de derecha de toda la vida, el juego de la crispacion entre otras cosas procuraba que el indeciso se convenciera de que el PSOE es tan malo que no merece respaldarlo y siendo que no va a respaldar al PP.. pues a quedarse en casita, la estrategia ha fallado por lo que si estuviera en Genova pensaria en ver como hacer para ganar respaldos dentro del segmento abstencionista. Si se persiste en el camino actual el PP no va a caer de momento… pero crecer… complicado.

    Caso aparte son los lios del ERC luego de su caida (una de las buenas noticias de la noche), seria interesante tratar de entender su caida: mala imagen de sus lideres y de su accion en la Generalitat… percepcion de voto util para frenar al PP?

  2. Salud

    Creo que la autocrítica la perdieron en el 2000, cuando ganaron con mayoría absoluta (el PP pegó un cambiazo en las formas de hacer política y de valorar sus propias decisiones)… Sobre el tema de la estrategia, creo que en vez de hacer que los pesoeros se queden en casa los consiguió radicalizar. Creo que era el propio Elorriaga quien decía que sus votantes los ven como más de derechas que lo que realmente son (y ya es decir).

    Lo de FJLS no tiene nombre, estos días no ha dicho más burradas porque no puede, desde lo del «atentado de ETA planeado por el gobierno» hasta repetir el «España se rompe» por enésima vez (recuerdo cuando dijo que el Estatut era parte del pacto entre ETA y el gobierno, junto con la entrega de Navarra y otras tantas cosas más que no han pasado), ya se le fue la cabeza por completo.

    Sobre lo de ERC: Tema interesante, tengo que meterme más en su blogocosa para ver bien por dónde van las críticas. Creo que el comienzo del fin fue el tema del Estatut y el apoyo al gobierno, recordemos que las bases le dieron una patada a la ejecutiva y obligaron a que esta cambiara el «nos abstendremos» por «votaremos que no», fue el gran divorcio entre las bases y sus políticos (y eso en un partido asambleista es una patada fuerte)… ¿Se habrán abstenido? Parte de hecho sí, pero ¿Por qué? ¿Y el resto?

    Hasta Luego y gracias por el comentario ;)

    PD: Más bien diría que se priman las provincias pequeñas sobre las grandes, más que un tema de ciudad-pueblo. Pero sí, es la idea ;).

  3. Ha sido bastante clarificador e interesante tu analisis sobre las consecuencias de las pasadas elecciones.

    Sólo una cosa, es a nivel ortografico, y no soy el más adecuado para indicartelo, ya que soy incapaz de poner ina tilde de forma correcta. Y es que me da una poco de pena, que habiendo residido cerca de 3 años en tierras vizcainas, todavía cometes el error de referirte al territorio historico de Vizcaya o Bizkaia (en euskara) como VIZKAYA, y por otro lado, otro fallito de nada que sigues manteniendo a lo largo de años la de sustituir la «Z» por la «S».

    Nos emos

    Pd: Sé que soy bastante hipocrita, pèro como voto de buena voluntad, me comprometo a ser más atento a la hora de poner las tildes.

  4. Saludos

    Un gusto que me lea Don Iván :D.

    Gracias por las correcciones. Ya corregí ese «Vizkaya», imperdonable desde todo punto de vista (aunque es un error que cometo demasiado :S). Por otra parte, no encuentro errores con Z/S :S, si puede, márqueme las palabras que están mal.

    Hasta luego y otra vez gracias por las correcciones, espero que todo esté bien en la República Independiente de Barakaldo ;)

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