Poco a poco, aunque nos cuesta, vamos tirando inútiles fronteras que nos separaban de nuestros vecinos, hermanos, hasta entonces, a todos los efectos excepto el de búsqueda de un destino común, con la integración, por fin, podremos mirar a un futuro con un objetivo conjunto, poco a poco, aunque no eliminamos las fronteras de las mentes más dispuestas a discriminar entre lo igual. Aunque las fronteras no desaparezcan, sino que se crean nuevas, más lejos de nuestras casas, las fronteras del nuevo ente "integrado"…
Pero no hay que perder la esperanza en los procesos de Integración, paso a paso, golpe a golpe, verso a verso, nos iremos acercando a ese viejo lema aún vigente, pero nunca cumplido, Libertad, Igualdad y Fraternidad; con una visión más amplia que nuestro pequeño poblado, incluyendo a nuestros vecinos, sintiéndonos todos uno sólo.
Al menos ya hemos entendido que solos no somos nadie, que necesitamos unir fuerzas, esfuerzos, ayuda mutua, para poder salir adelante, que las cosas son difíciles, y que las puñaladas con el vecino, típicas disputas fronterizas, van desapareciendo, nunca tuvieron el menor sentido…
Eso sí, los mandatarios se equivocan al realizar esto a espaldas de la población, de darle un perfil sobre todo económico, guardándose esa pequeña esfera de poder que no quieren soltar ante nadie defendiéndolo bajo grandes palabras que no significan nada, otra usurpación al pueblo de lo que le pertenece, su futuro, sus decisiones, porque la Integración parece que se construye, en la mayoría de los casos, al margen de las poblaciones, de arriba a abajo, siempre con la desinformación de quienes trabajarán y vivirán en ella.
Pero poco a poco subsanaremos errores, demostraremos cómo funcionar sin darnos las espaldas, cómo esas fronteras inexpugnables a la antigua usanza no son más que estorbos para nuestro desarrollo, cómo el hermanamiento supera las diferencias, de igual a Igual.
Hay que recordar que integración no es sinónimo ni de asimilación ni de colonización, todo lo contrario, es unión pero no uniformación, no es perder lo propio, la nota cultural que forma parte de nosotros mismos y de nuestra microsociedad, es participar todos en un proyecto común limando las asperezas sin cañones y dejando de lado arcaicas estructuras que sólo nos separan a los unos de los otros, para de una vez cumplir con el tercer enunciado, la fraternidad.