Pena de Muerte en Perú para los violadores, un paso que no debemos dar.

Es curioso que en los tiempos que corren, con las banderas de la Democracia y los Derechos Humanos como estandartes propios se siga debatiendo las bondades de la pena de muerte. Es curioso, pero patético (una cosa no quita a la otra). Recuerdo más o menos bien las clases de Derecho Penal I y la breve pero intensa discución que generó los fines de las penas, por supuesto, hay quienes creen que sólo es el castigo y la intimidación lo que deben buscar (en este contexto, la pena de muerte podría cuadrar) otros tantos ven más fines en la misma, entre los que destacan temas como la reinserción social (difícil, pero toca buscarla).

Desde la víctima

El tema es peliagudo, ¿Por qué la sociedad debiera soportar a esas lacras que resultan violadores y demás? se preguntan muchos y cometen el mayor de los errores, ponerse en la mente de la víctima para pedir el castigo. Es lógico que una víctima pida el mayor castigo posible para con el agresor, no sirve de nada y no es aceptable, pero es completamente normal que la ira haga decir o pensar con el hígado. Pero el Estado no es ni puede ser nuestro sicario personal, nuestro vengador anónimo y pagado por todos. Hay quienes piden pena de muerte para ladrones y corruptos, sus argumentos sólo están llenos de venganza y hace tiempo que decidimos, por el bien de todos, dejar la venganza en sentido estricto para entrar en un sistema penal que, aunque aún le falta mucho para ser siquiera bueno, resulta aceptable.

Fuera del argumento "desde la víctima", no hay ningún otro que sustente la pena de muerte ¿Sale caro mantener a un preso? Sí. ¿Y? También lo es mantener la ayuda a los discapacitados. Lo sé, no es lo mismo desde una perspectiva "moral", donde un agresor culpable ha cometido un acto prohibido y repudiable, y el otro ha tenido una muy mala suerte, pero si hablamos en plata el tema se asemeja más de lo que parece. de todas maneras, y para abandonar la tal vez desafortunada comparación, si de cien podemos salvar y que vuelva la sociedad al menos a uno ¿Acaso no ha valido la pena? ¿Por qué hablan tanto de la Libertad, la solidaridad y la sociedad si son incapaces de intentar mejorarla? Antes se exiliaba a los miembros "no aptos" para la sociedad, se les desterraba. Muchos aportaron buenas cosas en otros países, al menos como un ciudadano más. ¿Vamos a regresar a ese sistema? No, peor, los mataremos.

Ilógica interna y disfuncionalidades varias

las violaciones de menores no suelen ser actos planeados, tienen más que ver con distintas patologías y enfermedades que, sin ser exculpatorias, están ahí y no las podemos obviar con tanta facilidad y alegría como para ponerles la pena de muerte. Un asesinato de un niño se pagaría más barato que una violación, siendo el primero posiblemente planeado y el segundo un arrebato (insisto en que no exculpo al violador, ni mucho menos), pudiendo ser el primero un sicario que se dedica a ello y el segundo, posiblemente, un don nadie que realmente no conoce la ley. El primero ha cometido un crimen irreparable, ha costado una vida en el sentido estricto de la palabra y su pena, si se produce esta reforma, será menor que la del segundo (desde el marco legal, no la pena en concreto que luego les corresponda, ese es otro tema).

En realidad, quien viole a un menor, si se produce la reforma, tendrá razones para matarlo, total, ya le cae (en abstracto) la máxima pena posible. Algo que actualmente no pasa. Las penas deben tener armonía interna, estar graduadas, no puedes poner a un hecho despreciable pero que no es el más grave la máxima pena. No es lógico, no es funcional.

¿Por qué lo propone el APRA?

No me cabe muchas dudas. No lo hacen por convencimiento de que así mejorará la situación, ni de lejos. Lo hacen por temas electorales. Es una de las pocas promesas que cumplirán y les saldrá muy barato hacerlo, tendrán el apoyo público y da la impresión de una férrea lucha contra uno de los tipos delictuales más aborrecidos por la sociedad. En otras palabras, se quieren marcar un tanto.

¿Qué nos costará ese tanto? Pertenecer a la CIDH y la vida de los condenados -sean inocentes o no, me da igual-. Es un precio demasiado alto como para resultar mínimamente aceptable. Si tenemos los pros en una mano ("la sociedad se libra de lacras") y los contras en la otra, nos caemos por el peso de la segunda mano. Si ponemos el precio en la segunda mano, también se nos romperá la mano por ese peso. Pero las razones en los "pros" del APRA son otras, son las dichas en el párrafo anterior, ganarán así puntos frente al electorado y para mantenerse en el poder, todo vale. Que se vayan un poquito a la porra de mi parte. Por unos objetivos electoralistas van a realizar una reforma constitucional que nos ocasionará sólo problemas.

Reforma constitucional necesaria

Para poder introducir la Pena Capital para los delitos de violaciones de Menores (¿se dan cuenta que la mayoría de edad de la víctima rebaja inmediatamente la pena en abstracto?) habrá que reformar la constitución (que la contempla sólo para uno de sus extremos) y denunciar un tratado internacional la mar de importante para nosotros. Se me ocurren muchas reformas constitucionales necesarias como para perder el tiempo en una negativa, es como si reformásemos la norma suprema para quitarnos el derecho a voto, para quitar el sistema electoral y reemplazarlo por la nada de la dictadura del primer pringado que tome el poder o, en fin, cualquier metida de pata que se les ocurra.

De hecho, el tema de la inseguridad ciudadana está patente en nuestras tierras, y se tiene que abordar desde muchos puntos distintos, pero no se me ocurre peor forma que un cambio legislativo para aumentar el alcance de la pésima solución que supone la pena capital. Las reformas que conducen a claras reducciones de derechos en pro de la seguridad o de castigar al culpable no sirven de nada. Y su precio, ya mencionado, es demasiado alto.

Consideraciones finales

No he entrado en desmenuzar argumentos a favor y en contra porque más abajo enlazo unos artículos que lo hacen bastante bien, sólo he dejado unos apuntes sobre la pena de Muerte y el APRA como impulsor de la propuesta.

Estoy totalmente en contra de la pena de muerte y me parece despreciable la utilización de un hecho como la violación de un menor para armar todo este revuelo y aprovecharlo con fines electoralistas, es de verdaderos canallas. Hace poco los medios aplaudieron a un perro por matar a una persona (como si la propiedad privada fuera más importante que la vida de una persona, nos ha jodido mayo con las flores), así que, enraigada una cultura de linchamientos públicos, no me extraña el favor popular ante una medida como la de quitar la vida a otra persona.

El Estado no puede tener el poder de ejecutar, es un mal comienzo el darle carta blanca para que pueda matar sin que la situación sea extrema o sin que medie necesidad (la persona ya está apresada, no es que nos encontremos en un tiroteo o salvando otra vida con un claro conflicto de intereses en que la muerte del agresor es el menor mal). Y cuando veamos que este tipo de crímenes no disminuyen ¿Cómo fundamentar todo el coste de implantar esta pena? Lo que es peor, cuando ejecutemos al primer inocente ¿Cómo justificarán dicha infamia?

Recomendaciones varias

A todo esto, he leído tres artículos muy interesantes sobre la pena de muerte que paso a recomendárselos, uno que aporta las opiniones tanto de Aurelio Pastor (coordinador de la Comisión constitucional) como de Walter Vásquez (presidente del Poder Judicial), uno que está a favor de hacer lo necesario para poder implantar la pena de muerte para las violaciones (en este caso, sería hacer una observación o denunciar la CIDH) y el otro recuerda el mayor peligro de la pena de muerte, que el Estado mate a un inocente por error. Así lo recoge el unañero Ocram, desde el Útero de Marita, en una entrada titulada "Contra la pena de Muerte" e ilustrada con uno de mis cuadros favoritos (Los fusilamiento del tres de Mayo del más que genial Goya).

Por otro lado, para recordarnos el tema internacional del asunto y algunos de los contras de la Pena Capital tenemos un buen artículo de José Alejandro Godoy en Desde el Tercer Piso, titulado "Una aberración jurídica en marcha". Es bueno recordar lo que significa la CIDH, es un seguro para todos los peruanos, es un seguro de vivir bajo la tutela de unos derechos que son para todos. Y renunciar a ella es regresar a las peores etapas del Perú, por la simple inseguridad que acarrean y la posibilidad para que los que ostentan el poder se pasen tres pueblos y medio.

Por último, un gran artículo firmado por Evaristo Pentierra en Perú Político nos trae a colación los argumentos a favor de la pena de muerte, los contrarios a la misma y unas consideraciones finales que, sin lugar a dudas, favorecen las medidas por la vida de las personas en un artículo titulado "Debatiendo sobre la pena de muerte". Esto es, se muestran contrarios a la pena de muerte tanto por razones de eficiencia (no es más efectiva que el resto de penas), como de seguridad jurídica (ante un error judicial, una ejecución es simplemente irreversible) y, de paso, nos recuerda el absurdo de la pena de muerte al ser una suerte de ley del talión ("aumentada", por cierto); pero nos recuerda una carencia en Perú, nuestro sistema penitenciario es incapaz de ayudar en la reinserción de los criminales a la vida social, y por ahí debieran comenzar las reformas.