JdM: minirreseña de «Clic, el momento perfecto»

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Juego de Clic, el momento perfecto - Carátula

Como minirreseña de hoy toca «Clic, el momento perfecto», juego diseñado por Anthony Nouveau con arte de Ronny Libor, Sören Meding, Gyula Pozsgay y Maja Wrzosek, publicado originalmente por Corax Games en 2020 y traído a la península ibérica y en castellano por Mebo al año siguiente.

Te metes en el papel de quien le toca fotografiar, tomar una captura del momento perfecto, a un grupo más bien disfuncional y pesado de personas que quieren que sus deseos se cumplan por completo pasando olímpicamente de las necesidades del grupo. Ey, ese es tu trabajo, no me mires así, yo no puse las reglas.

Estamos ante un juego competitivo de memoria y colocación donde de verdad tenemos que tomar una foto.

Vamos al lío:

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Imagen totalmente errónea

Captura de pantalla de El Comercio

La imagen que precede esta nota es una captura de pantalla del inicio de «Perú compró dos aviones italianos para la FAP por US$ 121,9 millones» (otro día hablo sobre el tema, ahora sobre la forma de colocar imágenes). ¿Ven la foto? Uno espera que la ilustración de una noticia aporte información, o al menos la acompañe. Lo que uno no espera es que la imagen sea exactamente lo contrario, esto es, ni dé información ni acompaña; más bien, esa fotografía desinforma.

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Ciudad de la Victoria

Que me había olvidado de ponerlo por acá… ¡Fotos de Segovia! No era el mejor día para pasear (palabra del niño garúa), pero era el que era, sin más, así que había que tomar las fotos como se pudiera… Iba a decir que es la típica ciudad castellana, su muralla, sus alcázar, su barrio judío, la sinagoga reconvertida en iglesia, una macrocatedral gótica y todo eso, pero no es típica, ¡tiene un acueducto romano inmenso! Y cochinillo.

Cividât en imágenes

Fotografías de Cividale del Friuli, Udine, Italia. Pequeña localidad al oriente del país, huele a Edad Media por todos sus costados, dejando atrás su largo pasado incluso prerromano, se conservan perfectamente incluso pequeñas casas con tanta historia como los grandes castillos de la época. El río que la «corta», incluso, le da un especial carácter.

«Internet» no es una fuente

La captura corresponde a una noticia sobre una cantante en Perú21, pero es algo generalizado que merece ser rectificado: «Internet» no es una fuente. Ni significa que todo lo publicado pueda usarse alegremente sin citar correctamente la fuente. Es un error que veía bastante en medios no profesionales (como son las páginas personales, las bitácoras como la presente, y un largo etcétera) que inexplicablemente se ha contagiado (desde hace bastante) en medios que se pretenden serios, y que se ponen furiosos cuando se usa su contenido sin pasar previamente por caja, digo, por pedirles explícitamente permiso (como marca la ley).

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Fotos de Verona

La pequeña Roma, Verona. Vea las fotos en De Igual a Igual. La ciudad me encantó, tiene «todas las épocas», por decirlo de alguna forma, castillos, edificios romanos, renacentismo, paredes pintarrajeadas con bonitos e interesantes murales, y un largo etcétera. Famosa por lo de Romeo y Julieta, lamentablemente, inunda, la imagen romántica de esa tragedia, una ciudad que vale demasiado para opacarse a sí misma por dicha obra.

De fotos y otros

Hoy se repartió, con el diario Público, la primera entrega de Maestros de la Fotografía, coleccionable que hace libros de las mejores fotos de una variedad amplia de temáticas. El primer número es un monográfico de la Guerra Civil española (1936 – 1939) y tiene por portada aquella tomada por Endre Ernö Friedmann (más conocido como Robert Capa, seudónimo bajo el que también publicaba Gerta Pohorylle, su pareja, conocida como Gerda Taro), en la que se ve un miliciano republicano siendo abatido justo en ese momento, la foto se supone tomada en Córdoba en 1936, nomás comenzada la guerra. Es «la foto» de la Guerra Civil, y es «la foto» más cuestionada.

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Una imagen vale más que mil palabras

Y las frases hechas mienten tanto como las improvisadas. Estamos en el mundo de lo visual, de lo multimedia incluso, donde las palabras han cedido todo su terreno a las imágenes, los sonidos, y próximamente, en sus cines favoritos, a los olores. Y para ello se han (nos hemos) escudado en una gran mentira: Una imagen vale más que mil palabras. Lo podemos repetir cuantas veces creamos conveniente, mejor si es antes de dar paso a una serie de imágenes que «hablarán por sí solas», pero no porque usemos un latiguillo mal construido significa que decimos algo cierto.

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