¿Soy yo o esta vez hay más «pomposidad» y huachafería varia para recibir a Juan Carlos que a cualquier otro jefe de Estado de países de habla hispana -cuanto menos-? Porque entre cañonazos van y vienen y caballos apostados en las inmediaciones de Palacio, todo sazonado con una cantidad brutal de militares de todas las ramas bien cuadrados ellos, puestitos para rendirse ante un rey que hace años sus ancestros negaron potestad sobre nosotros, pero nada, que no aprendemos y le volvemos a abrir las puertas…