Lo bueno (y malo) de las salas de espera es que se tienen lecturas viejas para ojear en esos ratos muertos en que uno espera (y desespera) una serie de revistas más bien viejillas; además, uno tiene tiempo de detenerse en columnas o páginas que, de otra manera, no hubiese leído. Así me encontré con «Lo que callamos los hombres» (subtitulado «Cuando somos nosotros los que lloramos») de Carlos Galdós, en su sección «Hombre de a pie» (página 70 del Somos de 11 de febrero de 2017, posteriormente publicada en la web de El Comercio). ¿Por qué me pongo a escribir sobre un texto sin ton ni son de hace ya más de un mes? Porque me parece relevante para explicar cómo asumimos con normalidad el machismo.
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Elecciones peruanas: La mujer en los planes de gobierno
Cuando varios candidatos dicen que mantendrán al ministro de educación actual me planteo qué demonios estamos eligiendo. Esto es, cuando uno compara varios planes de gobierno, más allá de lo mal que están escritos, comprueba que la base ideológica es la misma. No son iguales, no digo eso, pero es una competencia entre matices de lo mismo. Y no es raro que esto ocurra, incluso nuestra constitución, que dice respetar la libertad ideológica, ya enclaustra el juego democrático en una ideología más o menos concreta, con lo que el gobierno no es más que un gestor de prioridades dentro de un margen más bien angosto de juego.
Ese machismo de Morales
Espero que le pase factura. El Presidente de Bolivia, Juan Evo Morales Ayma, tiene algunos gestos más que machistas, que olvidan que la igualdad de hombres y mujeres no se consigue solo con nombrar ministras (que, encima, tiene ese retintín de «deben probarse» que no se dice cuando se nombra a varones para dirigir ministerios), sino que es algo que debe existir en todo lo que cada quien hace. Declaraciones como «cuando un jovenzuelo embaraza a su compañera, es preferible escapar al cuartel y cuando sale del cuartel, es intocable ese soldado» demuestran el machismo imperante en el pensamiento de Morales. No es la primera vez que suelta alguna perla homófoba o machista.