Hoy sabemos que en España tiene sus días contados uno de esos impuestos para ricos que no sirven para recaudar, y que tiene naturaleza directa, estoy hablando del impuesto de Patrimonio, importante (como todo conocedor del derecho fiscal) no tanto en cuanto a su recaudación si no como controlador de las fortunas privadas, es un elemento clave en la persecución del fraude fiscal. Es un impuesto, digámoslo, difícil de ejecutar, de controlar, de llevar acabo, pero es importante para conocer los grandes patrimonios y los cambios que hay en él, y que no se defraude en el Impuesto Sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), o al menos, su fin es ese. Realmente el PSOE se afana, con su política fiscal, en demostrarnos lo alejado que está de esa izquierda de la que dice formal parte.