Los más optimistas dicen que no, que ya no es algo que agarre, que en esta Europa el fascismo es imposible otra vez, pero la realidad se empeña en demostrarnos que la extrema derecha se va reacomodando, que la deriva derechista de la Unión se radicaliza entre los votantes jóvenes, permitiendo un relevo generacional que no se debería dar… Los votantes en Austria, tras el tímido triunfo socialdemócrata sobre la «derecha moderada» en las pasadas elecciones (de hace dos años) y el gobierno en esas coaliciones que no funcionan, han castigado al Partido Popular austriaco creando un importante flujo de votos a la extrema derecha, que entre dos partidos acaparan el 30% de los votos.
Nada nuevo bajo el sol, el discurso del miedo y odio que llevan en sus actos y palabras los partidos mayoritarios (como el Partido Popular o el Socialdemócrata) termina jugando en su contra y beneficiando posiciones de odio. Porque, lectores, la extrema derecha es odio, es exclusión pura y dura, es racismo, es discriminación, es clasismo, es destrucción de los vínculos por ideales falsos de la perfección humana en un colectivo determinado, que no tiene más argumento que la arrechura de querer sentirse superior a sus iguales, y que busca en cabezas de turco los culpables de que el Sistema en que vivimos no funcione (porque no funciona, y los partidos mayoritarios nunca dan salida alguna al statu quo).
Los discursos que apelan al sentimiento, al odio, a los instintos básicos y juegan la carta de la pertenencia a un grupo cerrado para aumentar su poder, así los jóvenes caen en el facilismo del odio al prójimo:
«El 25 por ciento de los votantes en este segmento de edad [menores de 3 años] ha apostado por esta formación [Partido Liberal (FPÖ)] y por su líder Heinz-Christian Strache, por delante de los democristianos del ÖVP y los socialdemócratas del SPÖ.«
Hay que tener en cuenta, además, que es la primera vez que en Austria se vota desde los 16 años, grupo en que el apoyo a la extrema derecha se dispara. Entre el proletariado, el voto ultranacionalista también ha aumentado, las políticas de la UE que culpabilizan y criminalizan al inmigrante consiguen que en el imaginario popular el no-nacional sea el culpable de absolutamente todo, y ante la crisis económica, el voto es el contrario al partido que gobierna, que en el caso de Austria son los dos grandes.
La llave del gobierno la tendrán las minorías, y en este caso cobran importancia los grupos ultras, el Partido Socialdemócrata (SPÖ) de Werner Fayman consigue el 28,6% de los votos (frente al 35,34% del 2006), los democristianos del Partido Popular (ÖVP) de Wilhelm Molterer se quedan con un 25,1% (9 puntos por debajo que la vez anterior), el Partido Liberal (FPÖ) del ultranacionalista Heinz-Christian Strache sube casi 7 puntos y se coloca como tercera fuerza con el 17,9%, mientras que la Alianza para el Futuro de Austria (BZÖ) del neofascista de Jörg Haider supera los dos dígitos y se coloca con el 11,9% de los votos (en el 2006 obtuvo 4,11%).
Haider se niega a negociar (por ahora) su entrada en un posible gobierno de coalición con los otros partidos de la derecha, los ultranacionalistas se perfilan como un socio clave para el Partido Popular si es que pretende quitar el poder a los socialdemócratas, que lo tendrán francamente difícil para gobernar con tranquilidad… Los verdes se quedaron muy atrás de sus propias expectativas, con tan solo el 9,8% de los votos, quedando relegada en gran medida del juego político altamente fragmentado.
El gobierno austriaco se presenta como difícil, tras la ruptura entre democristianos y socialdemócratas que, además, ha posibilitado el aumento brutal de la extrema derecha, siempre recordando que el actuar de dichos partidos han favorecido los discursos racistas y fascistas.
Fuentes:
De nuevo nos olvidamos del tema de las percepciones, asi como aqui los locales sienten que les quitan «sus plazas» de la guarderia, alla hay mucho de percepcion en cuanto a que los inmigrantes turcos no se han integrado a la sociedad austriaca, y que ademas se aprovechan del estado del bienestar, mientras a la clase media la clavan a punta de impuestos.
Tengo una prima que vive ahi, y me dice que eso es lo que la gente siente ahi, que en una sociedad con ciertos valores el machismo de ellos siga imperando, no les termina de cuadrar (una amiga peruana de mi prima se metio con un turco y vivia al susto con el).
Tenemos un caldo de cultivo ideal para que Haider consiga adeptos, en base a proclamas de no olvidar al austriaco y de exigir integracion al inmigrante, y que esta inmigracion no cambie el modo de vida de dicha sociedad, como me decia ella, lo pedido por Haider no era nada del otro mundo y calaba rapido en la poblacion.
Entonces ademas de lamentar como prende el racismo, tambien hay que cuestionar a los partidos mayoritarios lo que han hecho para evitar esas percepciones, exigir condiciones para los beneficios del estado del bienestar, disgregacion en la vivienda (por las peculiaridades de su VPO hay nuevos barrios de vencidario mayoritariamente turco) y similares. Mucho entra en el juego de percepciones y si no se hace algo en ese sentido el germen para que la ultra derecha gane adeptos esta ahi… Por ejemplo, regresando al caso de los colegios y guarderias, mucho se podria hacer en cuanto a esa percepcion el que pesen algo mas que ahora la antiguedad en el vecindario como la distancia al centro, de esa manera el local sentiria que no tiene todas las de perder a la hora de que sus hijos apliquen a una plaza.
Si, mi postura es algo cinica, pero es que lamentablemente las consecuencias son peores si dejamos que las percepciones del dia a dia sigan propiciando un terreno fertil para la asumpcion de ideas de ultra derecha.
Salud Ernesto
«Entonces ademas de lamentar como prende el racismo, tambien hay que cuestionar a los partidos mayoritarios lo que han hecho para evitar esas percepciones,»
Completamente de acuerdo. Y no solo son necesarias políticas activas en el sentido que indica, si no discursivas que no vayan contra dichas políticas o contra elementos integradores (las declaraciones de Corbacho o Rajoy son leña al fuego, aumentan esa percepción de «El Enemigo»).
Por otra parte, Haider es populista a más no poder, pide frente a cada público lo que ese mismo quiere oír, luego salta con declaraciones de justificación a las SS que descolocan a cualquiera, incluso, y estoy seguro de ello, a muchos que votan por él (pero que se quedan con esa parte del discurso que sí les gustó y luego saltan «pero esto, en concreto, sí me gusta» y no se fijan en el total).
Gracias por el comentario ;)
Nos vemos.