Así pues, el Ejército Republicano Irlandés (IRA por sus siglas en inglés) ha decidido deponer las armas, y la respuesta desde Londres ha sido la más sensata, cumplir el acuerdo de Viernes Santo, comenzando por el desmantelamiento de las torres militares en el Ulster.
Esperemos que esto sirva para, en el tiempo más breve, que se restablezca la autonomía de Irlanda del Norte (suspendida en el 2002) y que las relaciones de Unioonistas con Independentistas, de Protestantes con Católicos, se "normalice", y dejen de darse los constantes roces, insultos, espionajes, y matanzas, donde el poder británico intentaba combatir con fuego un "ejército" capaz de matar donde le diera la gana (como, lamentablemente, demostró en varias ocasiones).
Uno de los conflictos más viejos en la Europa occidental parece que ya finaliza, IRA cambia de estilo (¿se disolverá el Sinn Fein?), ya no matará, aunque seguirá en sus trece con los mismos pedidos, pero realmente lo que importa, es que no habrá muertos sobre las mesas. No más sufrimiento humano para llegar a un resultado político.
¿ETA tomará nota de esto?