Sobre periodismo y baños, que diría Sifuentes

«Antes el poder económico influía en la prensa, ahora el poder económico hace la prensa.»
César Hildebrandt

Mientras leía el bastante sensato artículo de Marco Sifuentes en Perú 21, «La pared de mi baño es más grande que la tuya», sobre, una vez más, la relación de los periodistas con el «comentarista digital», no dejaba de acordarme «malos ejemplos» en la prensa tradicional (lo que él indica como el típico y salido de tono comentario en FB es algo que he visto en portadas de diarios de tirada nacional), a la par que me acordaba de una anotación de Versvs de hace ya un par de años titulado: «Por qué dejar de leer los periódicos es una necesidad inminente» (título que ya es toda una provocación).

El artículo de Sifuentes, creo, se debe leer desde la perspectiva del «deber ser» del periodismo, esto es, el mejor periodismo como tal (eso quitaría validez a esos ejemplos que pensaba de mala prensa, así como sobre las notas basadas únicamente en lo que la gente escribió en twitter, FB, los comentarios de la propia noticia, etc.), pero no levantaría la cuestión sobre lo que Versvs expone.

Sifuentes concluye (les recomiendo todo el artículo):

«El viejo periodismo se construyó sobre un mercado en el que tenía el monopolio de la información (y la opinión). El periodismo de ahora vive en una situación completamente distinta: la sobreoferta de información (y la opinión). Pasamos de una economía de la escasez a una de la abundancia. Nuestro viejo juego ahora lo juega todo el mundo, dejando en evidencia lo fácil que siempre nos la llevamos. Tenemos que jugar otro juego, ofrecer algo más, algo mejor o, sino, la única diferencia será que nosotros tenemos más grandes las paredes de nuestros baños.»

Esa realmente no es una defensa de los medios tradicionales, o marcando la ruta de los mismos, esto es, no está haciendo una distinción del periodista en un medio tradicional (sea o no en la web o impreso) y el resto de la gente (finalmente Marco estuvo implicado en el inicio y desarrollo de La Mula), sino entre lo que debe ser el periodismo para seguir teniendo razón de ser.

Ese extra que pide Sifuentes para diferenciarse del «comentarista agresivo» lo puede realizar cualquier persona (esa es nuestro principio en De igual a Igual), sea o no un periodista formado para dicha tarea y pagado con ese objetivo (aunque, presumimos, ellos tienen doble ventaja para dar el extra que el resto del mundo, una formación específica en comunicación y un incentivo económico).

Personalmente sigo viendo los medios (nuevos y viejos, juntos pero no revueltos) con una utilidad clara, y solo les pido que sean veraces en su contenido (I y II), que no manipulen a sabiendas (I, II, III, III y V) o mientan directamente (I, II, III, IV y V), vamos, que el periodismo no solo tiene que darnos un contenido más elaborado que el «comentario rabioso», sino que debe ganarse y tener esa integridad en dicho contenido elaborado (la manipulación requiere de elaboración).

Antes de acabar esta entrada, y saltando tal vez a un tema anexo a la misma, me permito recordarles algo dicho por acá hace también un par de años:

Cierto que Internet se ha vuelto una forma barata de comunicar y ampliar audiencias, pero sin contactos y recursos, por ejemplo, no se puede sostener una Unidad de Investigación en condiciones, y las que ahora existen o se dedican a las anécdotas o simplemente rebotan información dada ya masticada y editada por quién sabe (salvo honrosas excepciones). Sin recursos poco daño se puede hacer al poder (político o económico, tanto da que da lo mismo). Sí, se puede dar información que incomode, pero no se llega lejos con ella.

Pascual Serrano (periodista español muy conocido por el proyecto Rebelion.org, y durante un par de años fue asesor editorial de Telesur) defiende que el futuro de los medios independientes (alternativos) está en los medios comunitarios apoyados por el gobierno de forma económica, donde el medio sea plural y democrático y pone como ejemplo las experiencias en Venezuela, Bolivia y Ecuador, pues bien, como ya sabemos, quien paga manda (por eso los anarquistas se niegan a recibir subvenciones para sus actividades), y como bien señalan (en varias ocasiones) medios independientes como El Libertario, en Venezuela (no sé si en Bolivia o Ecuador pasa lo mismo) el dinero solo va para los medios comunitarios adeptos al régimen, sino te quedas sin plata, y pasa lo que pasa, a la quiebra, sin recursos, lo mismo de siempre, con lo que el medio comunitario alternativo depende del Estado con lo cual nunca se enfrentará al mismo. Además, gobiernos como el de Venezuela descabezan las organizaciones sociales y «cambian», dinero mediante, o presiones varias, a los dirigentes por unos más favorables al chavismo, y eso bien lo saben los sindicalistas trostkistas del país hermano (entrevista en RTF).

(…)

[S]í que hay que recordar la labor a lo largo de la historia de los periodistas comprometidos, que incluso dieron su vida para un mundo más justo, y que informaban a la par que hacían pedagogía. Tal vez eso es lo que falte, más que grandes recursos para equipos de investigación de primera línea.

En fin, en esas estamos, en esas nos encontramos…

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