Hace ya muchos años, en un curso de un tema bastante interesante, hablando (creo) de distintas perspectivas, se puso de ejemplo que en China la palabra «crisis» se escribe mezclando las palabras «riesgo» y «oportunidad» (como dos caras de la misma moneda); en la presentación aparecía un dibujito que no era un ideograma ni harto de vino (en otros lados al menos escriben bien la palabra, este no era el caso). Se dice de muchas formas, donde en el fondo se quiere indicar que en la forma de pensar china hay una mezcla de ciertos conceptos para generar una suerte de armonía que en nuestros idiomas no vemos, pero es un «error» común, una lectura equivocada de la escritura y de las palabras (qué rayos, hasta hay una entrada en la Wikipedia explicando el equívoco). Bueno, por si las moscas, le pregunté a un amigo chino sobre el tema y se rió bastante. Bien.
¿A qué viene esto? Pues que me recuerda mucho el cómo funcionan muchas teorías de la conspiración de distintos temas, parten de algo que puede ser, al menos, parcialmente real, de lo que se sacan conclusiones algo raras que refuerzan ideas más bien estrambóticas y que muchas veces demuestran un fuerte desconocimiento de la materia sobre la que están hablando, a veces se han quedado con una parte tan pequeña de la realidad y han adornado tanto el entorno y pueden terminar defendiendo que la Luna es más pequeña que su dedo porque, de forma efectiva, si colocan la mano en una determinada posición, tapan la luna.
De pequeño, disfrutaba mucho con ciertas teorías más bien «raras» (dignas de los programas paranormales), una de mis favoritas, sin dudas, es que la tierra es hueca y que existe todo un mundo dentro del mundo, con una serie de entradas en distintos puntos estratégicos del globo (que servían de explicación para determinados mitos, sobre todo griegos); esa teoría permitía soñar con todo tipo de seres especiales, con dinosaurios aún vivitos y coleando, con una especie de bola de plasma que iluminaba todo el centro de la tierra y nos daba un mundo donde siempre era de día, ¡y con nazis que habían escapado de la Segunda Guerra Mundial para cobijarse en el interior del planeta! Los nazis estaban reconstruyendo sus fuerzas, listos para azotar el mundo (ahora que lo pienso, eso explicaría, mediante concretas infiltraciones, el crecimiento de la extrema derecha –por si no lo pillan, esto es una broma; de mal gusto, pero broma–). Otras que me encantaban tenían que ver con la vida fuera del planeta y su relación con nuestro mundo: los contactos que ya se habían hecho, el Área 51, las bases secretas al otro lado de la Luna, el dominio en la sombra por parte de élites de otro planeta, etcétera.
Mientras más entendí cómo funcionaba el mundo, menos creíbles me resultaban algunas teorías de estas (una vez que entiendes cómo se calcula la masa de la tierra y por qué el centro no podría ser el que te están explicando, la teoría pierde fuelle). No dejan de tener encanto literario o mítico, pero como explicación del mundo que nos rodea no tienen demasiado sentido.
Incluso cuando vas aprendiendo cómo funcionan otras cosas de nuestro mundo, no solo las naturales: por ejemplo, una de las teorías de la conspiración afirma que lleva una eternidad existiendo motores de agua y que la industria petrolera impide su uso. Vale, estas teorías van variando, pero algunas afirman que se llegó a patentar un motor funcional, pero no existe número de patente y, sobre todo, si se patentó, existiría un documento público con el diseño; aunque fuera comprado, habría quedado registrado y de público conocimiento, además, 20 años después de su publicación, ya cualquier persona podría hacer motores de agua. En EE. UU. se llegó a enjuiciar por estafa a uno de los supuestos inventores de un motor de agua, quien, en el tribunal, fue incapaz de demostrar que su motor fuera funcional (y un motor). ¿Esto ha reducido o limitado la extensión de teorías de la conspiración sobre los motores de agua? No, para nada, simplemente ha quedado claro que hubo un tipo que fue un estafador y ya. La inexsistencia de las patentes (que se registraron) simplemente muestra el poder de estas empresas. Y así a todo.
Por supuesto, quienes defienden las teorías extrañas (sobre todo las conspiraciones –o conspiranoicas–, quienes dicen que descubren la verdad oculta y todo eso), te dirán que esas son las teorías «falsas» con las que se tapa la verdad, que nada de eso está demostrado, frente a lo suyo, que es lógico y queda demostradísimo, aunque haya cero pruebas de nada.
Es como lo de los encuentros con extraterrestres, en el momento que media humanidad lleva una cámara en el bolsillo, ya casi han desaparecido los avistamientos, pero eso da igual, te pondrán un vídeo de un punto raro en una grabación hecha con Súper8 como la prueba irrefutable de los platillos voladores. Pues qué bien.
Las conspiraciones existen; quiero decir, hay teorías de la conspiración que se han visto que eran verdad (al menos parcialmente); pero eso no significa que cualquier conspiración exista o tenga un elemento realista que permita su existencia más allá de la fantasía o ciencia ficción.
Voy a hablar de tres teorías de la conspiración vinculadas con la ciencia (al final, en los próximos artículos), en tanto que me resultan particularmente curiosas y lo haré con tono humorístico (o eso intentaré) pero, a la vez, intentaré explicar un par de cosas que creo que generan problemas en dichas teorías (bueno, en la primera ni lo intento, creo que va de suyo).
También intentaré no sujetarme a las declaraciones más estrambóticas que encuentre por ahí, porque hay cada cual que, si se toman como la punta de la teoría conspirativa a la que hace referencia, en realidad generaríamos un «hombre de paja» que es muy fácil golpear.
Eso sí, antes de dar paso a las notas, una de estas teorías especialmente curiosas: sí existe el espacio y sí hemos llegado a la Luna, el engaño está en que no fuimos en un cohete con un módulo espacial, nuestra tecnología no permite que un cohete salga al espacio, sino que fuimos a la Luna mediante la teleportación (acá hay dos subteorías: es una tecnología que nos han dado los extraterrestres o es una tecnología desarrollada para el uso y disfrute de las clases dominantes pero de la que no nos quieren hablar).
Hay otras teorías de la conspiración vinculadas con temas políticos que entiendo mejor, tanto su existencia como su mantenimiento, entre otras cosas porque se definen desde un encuadre ideológico concreto, con lo que la explicación tiene un sentido teórico y práctico; también el motivo para incentivar ciertas teorías conspirativas, aunque no se crea en ellas (la extrema derecha política y dirigente es adepta a algunas de estas, como la del reemplazo poblacional, y estoy bastante seguro que algunas de las personas que azuzan esos fuegos no se creen lo que dicen, pero políticamente les viene bien –y esto sería una teoría sobre otra teoría conspirativa, qué cosas–).