Hace unos meses hablé del revuelo producido por la salida de un condenado por terrorismo de cárceles peruanas, en ejecución del Decreto Legislativo Nº 927, que Regulaba la Ejecución Penal en Materia de Delitos de Terrorismo, dado el 19 de febrero del 2003, el mismo que finalmente se eliminó del ordenamiento jurídico justificándose, la retirada de esos beneficios, en mentiras varias, en afirmaciones sin sustento en la realidad (reglas de tres simples en que todo condenado con la condicional era parte del entramado narcoterrorista) y demás sandeces demagógicas con las que nos alimentan cada vez que hablan de delitos. En Perú existe una irretroactividad de la ley penal no favorable, por ello los condenados en el pasado (a todos los que pilló en la cárcel el Decreto Legislativo Nº 927, esto es, hasta que entró en vigor la derogación del mismo a finales del 2009) se les sigue aplicando los beneficios carcelarios, por ello Lori Berenson saldrá en libertad condicional el día de hoy (ojo, no es «liberada», estar «liberada» o en «libertad condicional» son dos cosas radicalmente diferentes).
La estadounidense Berenson (casada con un peruano y con un bebé también de nuestra nacionalidad, lo que imposibilita su expulsión del país, por más que desde el gobierno se suelten bravuconadas varias) fue arrestada, hace más de 16 años, por un intento de secuestro de varios congresistas y de toma del Congreso de la República, planificado por una cédula del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), plan que no llegaron a ejecutar y por el que un tribunal sin rostro en el fuero militar condenó a sus principales integrantes a cadena perpetua (entre ellos, a Berenson), cuando el juicio se tuvo que repetir en el fuero civil, por terrorismo y traición a la patria, las salas penales la condenaron a 20 años, ya ha superado 3/4 de la condena y cumple con otros requisitos exigidos, así que, con todas las savalguardas que se ponen y las prohibiciones exigibles, lo que corresponde en un Estado de Derecho es dar la libertad condicional a la ex terrorista del MRTA, y por supuesto, vigilar que cumpla con sus deberes (como presentarse en el juzgado), no delinca más ni se acerque a otros sentenciados por terrorismo (o mantener contacto con ellos).
Pero como siempre, nuestros inefables políticos sacan su artillería del miedo, la mano dura y demás, resulta patético que desde el fujimorismo se pida endurecer una legislación que ya está derogada (insisto, si mantiene efectos es porque la Constitución y los tratados internacionales de los que Perú es parte impiden la irretroactividad de la ley penal no favorable), ¿cómo lo harían?, y se pida eso mientras que quieren la impunidad de los delincuentes del bando del Estado, desde el ex presidente de la república (condenado por delitos contra la humanidad, ni más ni menos) hasta el último soldado que ejecutó extrajudicialmente a un detenido. Pero bueno, ¿qué podemos esperar de un partido que favoreció el juzgamiento en el fuero militar por jueces sin rostro y condenó a tantos inocentes a la cárcel por meras sospechas? Por no hablar de las masacres, ejecuciones extrajudiciales, golpe de Estado, etcétera, que su gobierno propició.
Hablamos en todo momento de una condenada sin delitos de sangre por una verdadera barbaridad de años, que el gobierno en su día se negó a extraditar a Estados Unidos para que cumpliera allá su pena, así que toca apechugar con dos factores: a) Ya no puede ser expulsada del país; b) Si cumplimos la ley su puesta en libertad condicional es conforme a Derecho. Nos guste o no.
Pero estos días se ha iniciado, por enésima vez, una campaña pública de infundir el terror con la cantaleta de «liberan terroristas» (cuando hablamos de personas que ya han cumplido buena parte de sus larguísimas condenas y cumplen con los requisitos para entrar en libertad condicional), de ver amenazas donde no las hay para «distraernos» como poco, y mantenernos asustados y exigiendo el cobijo de un Estado omnipresente y violento. Y les funciona. Encima ese amarillismo vende muchos diarios.
¿Siempre es la misma cantaleta no? Igual fue cuando salió el tema de la ley del arrepentimiento y se armó todo un circo porque Elsa Malpartida había firmado el acuerdo -SECRETO- ese. Y todo el mundo se llenaba la boca de indignadas y cucufatas frases de horror. Y ahora igual… en Perú21 han sacado esta imbecilidad de noticia, que la verdad, hasta me da vergüenza, ajena y propia, porque después de todo, eso no es más que un reflejo de la sociedad de la que forma parte.
Pero lo peor, peor de todo es lo que recuerdas respecto a cómo la gente repudia a esos delincuentes, pero tolera felices a los Castañedas, Kouris, delCastillos, Quimpers, Keikos, Kenyas, Alanes y demás porquería que abunda en nuestro estado.
Salud
Cierto, tenemos una “intolerancia” melodramática con ciertos delincuentes, en cambio con otros, no solo les toleramos, sino que les seguimos votando y “denunciamos” (como hacen los fujimoristas) una persecución a uno de los mayores delincuentes del país porque se pide que con él también se cumpla la ley y no tenga beneficios “extras”.
Hasta luego y gracias por el comentario ;)
[…] forma en que la damos, también lo es. Son decisiones políticas, y tienen consecuencias. El que a Berenson, en todas las noticias en periódicos como Perú 21 o El Comercio se la llame siempre «la […]