«Increíblemente una de las medidas que más resistencia ha causado por unos ha sido aplaudida en secreto por otros ha sido el anuncio de la bajada de salarios de los empleados públicos, que se sonríen pensando que ya les tocaba pagar algo a ellos también, la envidia que les tiñe mancha el firmamento de la postura contraria al tijeretazo del gobierno de Rodríguez Zapatero, que dice ser socialista y obrero, ambas palabras tan lejanas a la práctica diaria de su ejecutivo.»
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